sábado, 7 de agosto de 2010

Cátedra Divina 97

Mi amor de Maestro y el bálsamo maternal de María descienden sobre vuestras heridas. La Madre está siempre junto a Mí para unir su tierna enseñanza a la lección que os doy y su manto protector lo extiende sobre esta hmnanidad que camina alejada del sendero que con mi ejemplo le dejé trazado en la cruz.

Con cuánto amor vuelvo a vosotros después de haber sido crucificado y desconocido en el Segundo Tiempo. Vengo corno Padre, como hermano, como Maestro, como amigo.

Ahora sois vosotros los que lloráis, porque ante mis palabras de perdón se estremece vuestro espíritu, mas ese llanto os purifica y os conduce al sendero que mañana como discípulos míos tendréis que recorrer.

En verdad os digo que son pocos los que habiéndome escuchado en este tiempo, no han sentido que su corazón se conmueve. Por eso, mientras unos se entregan a mi servicio llenos de sumisión y desinterés, otros permanecen escuchándome en espera de que Yo les señale su misión. Unos bendicen mi nombre aun en las más duras pruebas; otros sólo me buscan cuando me necesitan, mas Yo a todos les trato como a discípulos muy amados. Hay quienes comprendiendo la importancia de ese mensaje, aprovechan hasta la última de mis enseñanzas, éstos serán los fuertes cuando mi Palabra cese de escucharse bajo esta forma; también están aquellos para quienes mi comunicación no ha tenido mayor importancia, conformándose con escucharme y por tal motivo dejan pasar inadvertido el sentido de mi enseñanza. Estos serán de los que mañana suspiren por mis complacencias de este tiempo, y de entre ellos surgirán los que traten de revivir mis manifestaciones, olvidando que el tiempo que he señalado para mis revelaciones siempre ha sido limitado.

Yo os digo, que hasta las lecciones divinas tienen un término. ¿No partió Moisés una vez que hubo revelado a su pueblo mi Ley? ¿No recordáis que Yo, en Jesús, me elevé de entre los hombres cuando concluí mi misión de Maestro y redentor, luego de deciros "Todo está consumado"? Así en este tiempo, cuando mi revelación haya sido transmitida y los cerebros preparados hayan dejado manifestar mi mensaje y aquellos a quienes he llamado "Plumas de Oro" hayan anotado mi palabra y mi mundo espiritual haya entregado su mensaje, también os diré: "Todo está consumado". Entonces callará esta voz y una nueva etapa se presentará ante los discípulos: la comunicación de espíritu a Espíritu.

Nadie ignorael día señalado por mi voluntad para que ésto sea, por lo tanto sabed que ese instante se aproxima, comed y bebed el pan y el vino de la verdadera vida para que mañana no tengáis hambre ni sed en el camino.

Es tiempo de luz para este pueblo al que estoy llamando de diversos lugares de la Tierra. Entre las multitudes descubro a los que han de seguirme; unos tienen deudas conmigo, a otros se les ha prometido su heredad. Son espíritus a los que he enviado a morar la Tierra, haciendo que encarnen en materia de varón o bien de mujer, y en estos instantes los encuentro en edad de niños, de adultos y de ancianos.

Vengo en pos de los espíritus con los que he de formar mi Pueblo, para reunirlos y darles nuevas lecciones que les hagan dar un paso hacia adelante en el sendero de su evolución.

Cada vez me he presentado ante mi pueblo en diferente forma para poner a prueba su sensibilidad espiritual. Así en este tiempo comunicándome a través del entendimiento humano le estoy probando en su fe y en su espiritualidad, cuando le digo: "Heme aquí en Espíritu ante vosotros como os lo prometí.

También en el Segundo Tiempo puse a prueba la fe de aquellos hombres, cuando les dije a través de Jesús "Yo vengo del Padre, mas quien conozca al Hijo conoce al Padre". Muchos siglos atrás, sobre la cumbre del Sinaí, Yo le había dicho al Pueblo: "Yo soy Jehová, vuestro Dios".

En cada era me habéis estado esperando y sin embargo cuando me habéis tenido delante de vosotros no me habéis reconocido debido a vuestra falta de vigilia y de espiritualidad. Os digo que cualquier forma que revista mi presencia, siempre encerrará verdad y esencia divina.

Os he dicho que me he valido de diversas formas para manifestarme al mundo, mas éstas no han sido un disfraz para ocultaros mi Espíritu, sino para humanizarme, limitarme, y así hacerme escuchar y sentir de los hombres. Ahora os digo que antes de externar vuestro juicio, oigáis esta voz hasta que llegue el instante de vuestro convencimiento o de vuestra iluminación, cuando en el espíritu se haga la luz.

yo sé que estáis juzgando a los portavoces por quienes os doy mi palabra y que les juzgáis impuros, pecadores e imperfectos; mas Yo os digo que no vine a buscar hombres o mujeres que fuesen puros, por el contrario, a pecadores para elevarlos por medio de mi comunicación. ¿Creéis que existan los puros de corazón, los limpios de cuerpo y de espíritu por cuyo conducto me hubiese manifestado? Yo os digo que ni entre la niñez les hubiese encontrado.

Si he venido a comunicarme con los hombres por medio del entendimiento de algunos de ellos, es porque el hombre constituye la obra máxima de cuanto deposité en la Tierra, si consideráis que le doté de espíritu. ¿Qué mejor intérprete que él podría encontrar mi Espíritu para hablar con la humanidad ? Ahí tenéis la razón de por qué en todos los tiempos ha sido el hombre mi mejor conducto para expresaros mis divinos pensamientos.

Así, con amor y esmero infinitos, he venido cultivando al espíritu humano para elevarlo a las regiones de lo eterno y lo perfecto.

En medio del Paraíso de mi Creación, fue puesto el hombre para que gozase en la obra de su Padre, se llenase de sabiduría y siendo grande espiritualmente fuera parte de mi concierto divino. Al hijo amado le hice príncipe en la Tierra, dándole potestad sobre los seres inferiores a él. Todo su camino ha estado iluminado por la luz de mi Espíritu, luz a la que vosotros llamáis conciencia.

En su largo camino de evolución el hombre ha visto maravillas, mas apenas se encuentra en el principio, porque aun le falta mucho por conocer. Sabed que cuando os hablo de maravillas, no sólo me refiero a las que habréis de encontrar por los senderos de la ciencia, sino también a las revelaciones espirituales.

Este tiempo que vivís es de sorpresas y de luces para vuestro espíritu, tiempo en el que todas las potencias y sentidos del espíritu despertarán en lo más escondido de vuestro ser. Escuchad, meditad, ascended de párvulos a discípulos aprendiendo en el Libro que os revela mi Palabra. Estudiad la Naturaleza y asomaos al Universo que os habla también con voz de Maestro, ya que en todo estoy presente. observad con amor o al menos con interés, y comprobaréis que todo señala el camino de la verdad. Nunca como ahora habéis estado preparados para comprender que todo habla de Mí y que en todo está mi huella como sello indeleble del Autor de la Vida.

La ciencia material os ha revelado muchos misterios, sin embargo, nunca esperáis que sea vuestra ciencia la que os revele cuanto tenéis que saber. La ciencia de los hombres de estos tiempos, también tuvo sus profetas de los cuales la humanidad se mofó y juzgó extraviados de la mente, mas después al comprobar el cumplimiento de lo que ellos predijeron, os habéis maravillado.

Si en esta forma se cumplió la palabra de los profetas de la ciencia, aquellos que predijeron el fruto pasajero de la ciencia humana ¿ Cómo será el cumplimiento de las profecías de los videntes de Dios, al anunciaros el establecimiento de un Reino de paz, inmortal en el corazón de la humanidad?

Ahora los videntes anuncian un nuevo mundo, son profetas enviados por Mí, a los que debéis escuchar y si hubieseis estado preparados analizando mis palabras y promesas de los tiempos pasados, nada de lo que os he manifestado en el tiempo actual os habría sorprendido, pero os he encontrado fatigados, enfermos y ocupados en vuestra vida humana, por lo que antes de revelaros grandes lecciones de sabiduría, he tenido primero que sanaros, consolaros e inspiraros la enmienda y regeneración, para haceros penetrar en el caminoo de la paz, única forma en que pudieseis pensar en la vida espiritual.

Unos años tan sólo me restan para estar con vosotros a través de esta comunicación y debéis aprovechar mis enseñanzas. Los tiempos no pasan sobre mi Espíritu, pero si pasan sobre el hombre, por lo tanto, estos años que tan largos os parecen ahora, pero que ante vuestro espíritu son breves, aprovechadlos. Yo prometo derramar sobre vuestra mente torrentes de sabiduría, que será lo único que os deje después de mi partida. Ni oro, ni nombres, ni títulos os dejaré, tan sólo mis enseñanzas.

Esta simiente ya comienza a dar sus frutos entre vosotros, porque si ayer materializabais vuestro culto hacia Mí, ahora en cambio, tratáis de espiritualizaros para aproximaros a la Verdad.

Por un crisol de dolor ha tenido que pasar vuestro espíritu para lograr dar un paso en el sendero de la espiritualidad y llegar a ser maestros de humildad y de paciencia, de fortaleza y de fe. De vuestro espíritu espero la comprensión y el respeto hacia los demás.

No juzgaréis a vuestros hermanos por la forma en que elevan su culto; en verdad os digo que sólo Yo sé descubrir en los corazones las flores de la fe y de amor, cuyo perfume recibo como la mejor ofrenda del espíritu. Tampoco desconoceréis a quienes no reconozcan en María a la ternura divina que se hizo mujer para que en su seno de virgen tomase forma humana el Verbo. Ella también en estos tiempos ha venido a adoctrinaros, porque en el corazón de la Madre tampoco existen secretos para los hijos. De cierto os digo que su Voz de Madre será oída por toda la humanidad de este tiempo. En Mí podéis encontrar todos los amores, porque lo mismo os hago sentir mi presencia y mi fuerza de Padre, que hago llegar hasta vuestro ser un hálito maternal o le doy a vuestro espíritu el gozo de escucharme como Maestro.

Dejad que esta simiente germine en vosotros, para que de fondo de vuestro ser puedan brotar todos los afectos que debe y puede manifestar el espíritu, tanto para con su Padre celestial como para con sus hermanos, amándoos los unos a los otros.

¿Imagináis el gozo que habrá en el Reino Espiritual cuando por fin se amen todos los que han vivido para pecar, reñir y profanar? No podéis imaginar el gozo de vuestro Padre ni la alegría que habrá en el Mundo Espiritual. Os creó mi Espírtu para que me acompañaseis, porque estaba solo. Mas os destiné para que os amáseis los unos a los otros y con vuestro amor me llenáseis de felicidad.

Soy vuestro Padre y tengo hambre y sed de vuestro amor, porque es habéis apartado del camino que señala la conciencia. Yo os formé para amaros, mas todavía no miráis esa luz en plenitud. Os pierden vuestras ambiciones terrestres y aunque algunas veces volvéis vuestro pensamiento a Mí y os sentís agradecidos de mis beneficios, no habéis comprendido que el mejor homenaje que vuestra gratitud puede ofrecerme es el de ese amor entre hermanos, de que tanto os habla mi Doctrina.

Discípulos amados: Cuando así me escucháis, os parece difícil o imposible llegar a agradarme, mas esa duda no es de vuestro espíritu sino de la carne, porque ella es frágil, en cambio el espíritu fue creado para obras grandes y dignas de quien le dio la vida.

Os traigo esta enseñanza para elevaros a la vida verdadera, sin embargo, tened en cuenta que la salvación de la humanidad no se realizará en un instante, pues así como necesitó de tiempo para descender espiritualmente, también precisará de tiempo para elevarse. Ese tiempo que solamente Yo puedo proporcionarle, se lo daré para que lleve a cabo su regeneración, su purificación y restaure cuanto haya destruido en sí y en sus semejantes.

Aunque sólo una corta parte de humanidad ha escuchado mi palabra en este tiempo, nadie piense que fueron escogidos por justos, porque los hallé pecadores, como a todo el género humano; mas en mis juicios así estaba designado.

Mañana, cuando la esencia de esta palabra haya llegado a todos los corazones, sabréis que mi testamento fue repartido sobre todos mis hijos, y encontraréis que en cada uno de mis pensamientos y en cada una de mis lecciones, hubo una caricia para aquellos a quienes llegue mi mensaje.

Vuestras heridas han cicatrizado; mi bálsamo ha sido en vuestro corazón. Ahora oídme, porque pronto iréis a buscar a quienes llevan también dolor en el espíritu y en la carne: ¿Quién podrá comprender mejor sus penas sino aquellos que las han vivido?

la vida, siendo maestra, convierte a los párvulos en instructores, para que éstos, con la luz, el saber y la experiencia, puedan ser consejeros y guías de sus hermanos.

Mi Doctrina, unida a las lecciones de la vida, hacen que el espíritu se ilumine con el faro luminoso de la conciencia, alumbrando los pasos del hombre. Mientras esa luz no logra reflejarse al exterior por medio de buenas obras, pensamientos elevados y palabras con esencia espiritual el hombre tendrá que sentirse débil, temeroso, egoísta y desconfiado; pero cuando esa luz comience a dominar las tinieblas de su mente, a manifestar su esencia, entonces llegará la paz al corazón, aparecerá la fe y la confianza en la vida, fortaleciendo el espíritu para que pueda atravesar con serenidad las horas difíciles, las grano des pruebas que todo destino encierra.

Mi palabra es el camino, es la divina ley que os guía hacia la perfección, es la luz que eleva al espíritu pero que se ha visto empañada cuando la carne, por su dureza, se ha impuesto desoyendo el llamado interior de su conciencia. Entonces, ¡Ay del espíritu que ha cedido bajo el impulso de la materia y se ha dejado dominar por la influencia del mundo que le rodea, cambiando su puesto de guía por el de un ser indefenso al cual llevan de un lado hacia otro las pasiones y las flaquezas humanas a semejanza de las hojas secas cuando son llevadas por el viento sin dirección fija! El hombre más amante de la libertad teme someterse a la Voluntad Divina, temeroso de que su espíritu llegue a sujetarle privándose de muchas satisfacciones humanas que él sabe que le dañan y abandona el camino que lo lleva a la vida verdadera .

Teme la carne la lucha con el espíritu y busca la forma de tentarlo con los placeres del mundo para impedirle su libertad o al menos para retardarla. Ved cómo el homre lleva en sí a su propio tentador, es por ésto que os he dicho que cuando llegue a vencerse así mismo, habrá ganado la batalla.

Mucho de lo que os digo en esta comunicación lo están recibiendo de manera intuitiva infinidad de hombres, porque ya es el tiempo en que la vida con sus lecciones haya hecho luz en muchos espíritus, encaminándolos a la meditación y a aprender a oír la voz de la conciencia. Ellos caminan hacia la verdad, comprendiendo que esa es la senda que conduce a la paz, a la verdadera libertad y al supremo goce que da el vivir en armonía con Quien os ha creado.

Estudiad a fondo mis lecciones, discípulos, porque así como habéis visto cumplirse todo lo que anunciaron los profetas del Primer Tiempo, así veréis realizarse todo ello que os he anunciado por boca de estos portavoces. A cada paso y en cada día, una de mis palabras se cumple sin que de ello os déis cuenta.

Es menester que mi palabra salga de vuestra nación para que sea creída y obedecida como pasó con Jesús, que tuvo que dejar la aldea de Nazareth, donde pasó su infancia, para ser creído en otras tierras.

En 1950 cesaré de daros mi palabra a través de estos portavoces, pero quedará guardada en los corazones donde aliente la fe, los cuales la llevarán a otras naciones.

Yo me serviré de hombres de buena voluntad y de corazones celosos de la pureza le mi Doctrina, para hacer llegar a la humanidad este mensaje de amor y de perdón. Los que se levanten como emisarios, llevarán dulzura en su palabra y en sus obras, mas nunca llevarán amargura. Sus ojos sabrán llorar por el dolor ajeno y sus sienes se blanquearán padeciendo por sus hermanos; vivirán y morirán amando, perdonando y bendiciendo, y llegarán al fin de su camino sin amarguras, sin fatiga ni desengaños.

El discípulo del Tercer Tiempo tendrá presente en su vida, que el fruto de la siembra espiritual no se recoge en la Tierra. ¿Por qué entonces muchos que se dicen discípulos míos se desaniman ante la ingratitud, o la indiferencia de la humanidad?

Yo he traído infinita dulzura en mi palabra para que la llevéis a través de la vida, ya que mi Verbo en vuestro espíritu es fortaleza, aliento, alegría de amar y servir. El buen discípulo nada tendrá que temer y sabrá atravesar sereno por caminos ásperos y pruebas dolorosas, su mirada siempre vigilante mediante la oración, sabrá descubrir las celadas que le tiendan a su sus enemigos.

Estas palabras las dejaré escritas, y llegarán a mis discípulos del futuro, y ellos, al estudiarlas, las encontrarán frescas, vivas, y su espíritu se estremecerá de gozo al sentir que es su Maestro el que les habla en ese instante.

¿Creéis, que todo lo que os he dicho, sea solamente para los que me han escuchado? No, pueblo amado, con mi palabra estoy hablando para los presentes y para los ausentes; para hoy, mañana y siempre; para los que murieron, para los que viven y para los que han de nacer.

Decís que mi Palabra y mi Obra son muy grandes, infinitas, y os empeñáis en limitarlas a través de vuestras obras. ¡Ah si supieseis prepararos, venciendo vuestra materialidad, elevando vuestro espíritu por medio del buen análisis y de una vida recta, qué maravillas y prodigios contemplaríais!

Os parece risible que a veces por boca del portavoz os dé lecciones dirigidas a toda la humanidad, porque consideráis inmenso vuestro mundo e incalculable el número de seres humanos, que ignoran mi comunicación, a lo cual os digo que cuando hablo a la humanidad, no solamente lo hago para los presentes, sino también para los que esperan el instante de llegar a habitar la Tierra, mas debéis saber que vuestro mundo, delante de Mí, es como un átomo, y el número de hombres que lo habitan. insignificante en comparación con todas las criaturas espirituales que forman mi Reino.

¿Os parece a veces demasiado pobre el medio que fue elegido para comunicarme? No es la primera ocasión en que como Padre hago uso de la mente humana para que escuchéis mi palabra, mis mandatos y revelaciones. Este es un medio del cual me he valido en todos los tiempos para hablar al hombre, y debéis notar que siempre ha venido la divina palabra por conductos humildes, sencillos y en apariencia rudos.

Estudiad y trabajad, discípulos. Mirad que con insistencia he llamado a la puerta de vuestro corazón hasta que me habéis abierto. Os hablo a veces en sentido figurado. pero siempre lo hago con la misma sencillez con la que vosotros habláis; es que mi palabra viene ahora a explicar lo que en aquel tiempo es dije en parábolas y por ello no se ha llegado a comprende su verdadero sentido. ¿Por qué transitar Por caminos oscuros, cuando Yo con mí palabra os he mostrado un sendero luminoso?

A los que me escuchan les digo que abran sus ojos a la luz de esta Doctrina para que admiren su grandeza.

Cuando comenzaba esta comunicación a través del entendimiento de los primeros portavoces y les hablaba a los primeros discípulos sobre el adelanto que tendrían los que detrás de ellos vinieran, diciéndoles que mi palabra se perfeccionaría en los labios de los nuevos portavoces, aquellas multitudes suspiraban y envidiaban a los postreros que hablan de llegar a la mesa del Maestro a saborear el fruto ya sazonado. De cierto os digo que aquel fruto maduro que predije, es éste que estáis saboreando, porque debéis saber que mi palabra está alcanzando su culminación dentro de esta forma de comunicación con vosotros. Sólo unos cuantos años faltan para que llegue el año de 1950 y en él os diga adiós el Maestro.

Mañana, a los que no me oyeron a través de esta enseñanza, dentro de su tiempo, les haré llegar mi mensaje. Unos lo recibirán por el testimonio de los que me escucharon; otros lo recibirán por medio de los escritos, y otros, por los dones de intuición e inspiración. Así se cumplirá la profecía de que mi Espíritu estaría en este tiempo derramado en todo espíritu y en toda carne.

A vosotros toca limpiar el sendero apartando obstáculos y tropiezos dejando así una huella de caridad y amor a los que después vengan por este camino en busca de espiritualidad.

Ya está cerca el despertar espiritual de la humanidad; no desesperéis al mirar que pasan los años, sin que se advierta un cambio favorable en la moral de los hombres. Velad, aprended, trabajad y sabed esperar. ¿Creéis en mi palabra? no olvidéis que os he dicho que "Todo ojo me verá, todo entendimiento me comprenderá y toda boca hablará de mi palabra".

Ese tiempo se aproxima pero es menester que el pueblo que me escuchó esté limpio de pecado y se encuentre fuerte en su fe para que de testimonio de Mí, como Yo he sabido darlo de vosotros al comunicarme por vuestro entendimiento.

Anotadas quedarán mis palabras en el libro de Oro, para que después de 1950 nadie diga que hace falta mi comunicación. En mis lecciones, que son para todos los tiempos, os dejo sabiduría, órdenes, profecías, sustento y bálsamo.

Aprenderéis a leer en el libro de mis enseñanzas, Para que cuando leáis para vuestros hermanos, aquellas palabras vayan saturadas de esencia divina y los que escuchan, vivan Y sientan como vosotros vivisteis Y sentisteis al Oírme a través del portavoz.

Discípulos: alejad de vuestro corazón vuestras penas mientras. Oís mi lección. Sentid la divina unción y conservad mi fuerza en vuestro ser. Yo os quiero sanos, nunca enfermos, llorosos o débiles.

Muchas veces creéis que os castigo cuando el dolor os hiere, mas Yo sólo os enseño, sois vosotros los que atraéis el dolor. Ha mucho tiempo habéis sido llamados para llevar a cabo una misión tan grande y habéis desoído mi voz. Mas ahora os hago saber que esa paz que mucho habéis buscado sin encontrarla, os la dará vuestro cumplimiento en mis leyes. Mirad como los que han cumplido se encuentran a salvo, libres de vicisitudes.

Os he dicho que no habéis venido a la Tierra sólo una vez, sino que vuestro espíritu ha tomado envoltura tantas veces como le ha sido necesario para su desarrollo y perfeccionamiento; ahora debo añadir que también de vosotros depende que el tiempo para llegar a la meta se acorte o se prolongue, según vuestro anhelo.

Mi luz está vibrando en todas las moradas donde habitan mis hijos. Así se encuentra la Tierra envuelta en esa claridad. Vuelvo a deciros que se está cumpliendo la profecía de que "todo ojo me verá, todo cerebro comprenderá y toda boca pronunciará mi verbo cuando el espíritu se prepare". Esto os he anunciado y ya es llegado el día en que mis palabras se cumplan.

Cuántos discípulos y cuántos párvulos del Segundo Tiempo sintieron el deseo de presenciar el cumplimiento de mis promesas, para vivir y palpar lo que hoy se está verificando. Aquel anhelo de saber les hizo prepararse y alcanzar mayor elevación, sin embargo, no les fue dado entonces contemplar realizadas algunas profecías porque a ellas les estaba reservada otra Era.

Yo habría de venir cuando el mundo estuviese en su mayor altura de materialismo, para manifestarme en Espíritu y hablaros a través de hombres, mujeres y niños y enseñaros la comunicación perfecta con mi Divinidad.

Quiero convertiros en sembradores de la verdad y que ésta se manifieste en vuestras palabras y en vuestras obras. A cada quien le serán confiados algunos cargos para que todos tengáis parte en la misión espiritual que habrá de desempeñar mi Obra.

He prometido a esta nación que en ella no habrá guerra si mis discípulos practican mi enseñanza. Ellos, al contemplar en otras naciones los estragos que causa la división y el odio, me piden que en este suelo no se derrame sangre. Yo sólo les pido que oren y velen para que se hagan dignos del cumplimiento de esa promesa. No quiero veros llorar; si la injusticia reina y sufrís la tiranía y el rigor de quienes os gobiernan, no me culpéis; Yo os he dado el poder para que hagáis grandes obras que transformen vuestra morada en un valle de paz.

Está profetizado que muchos pueblos desaparecerán, esta familia que es la humanidad habrá de verse azotada por grandes torbellinos, y en esa prueba se sostendrán en pie, con la fe viva en Mí, los que hayan velado y preparado su espíritu con amor.

Aprovechad este tiempo porque la hora de la justicia se acerca y el año de 1950 está a la puerta, para ese día muchos de vosotros estaréis en espíritu y otros en materia, pero todos seréis juzgados.

Ese será el principio para que todos los hombres por diferentes senderos caminen hacia la espiritualidad. Los hombres de ciencia me reconocerán y se convertirán en consejeros de la humanidad; se abrirá para ellos el libro de mi sabiduría en el que recibirán muy grandes revelaciones. Será entonces cuando el espíritu abra a la mente humana el camino del verdadero saber, y la conciencia la que norme los actos de los hombres.

La Tierra será limpia y los que sobrevivan me seguirán con el mismo afán de mis discípulos del Segundo Tiempo, mas seréis vosotros en quienes deje las primeras semillas de espiritualidad.

Como Pastor Universal, busco incansablemente a mis ovejas. En la Tierra marcharán delante de la humanidad quienes alcancen mayor elevación espiritual, por el amor y la humanidad. El verdadero sabio es aquel que conoce mis leyes Y hace mi voluntad. Así, con infinita paciencia, formaré a mis discípulos en el Tercer Tiempo. Os amo y por lo mismo, deseo veros a todos grandes de espíritu.

No olvidéis mis palabras, mas si en vuestra memoria no alcanzáis a guardar todo lo que os he dicho, quedarán los libros que contendrán mis enseñanzas, mis revelaciones de este tiempo y los hechos de mis discípulos.

Sentid y obedeced la inspiración que os envíe, porque todo el que se eleve con Limpidez hacia Mí, recibirá mi consuelo, tendrá alegría en su corazón y mi Verbo florecerá en sus labios.


¡Toma de mi amor y mi bendición en Mi nombre que Soy el Padre, el Hijo el Espíritu Santo, la paz de mi Divinidad nunca se aparte de Vosotros!

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