Voy a daros el fruto de la vid para que os alimenté en mi amor; olvidéis
dolores y penalidades y sintáis que mientras os doy mi palabra habitáis conmigo
en la mansión de la paz. Sentid mi presencia, pueblo, aprovechad este tiempo y
si en él queréis reparar vuestras faltas, venid a aprender de Mí que os estoy
dando la oportunidad de elevaros espiritualmente.
Hombres en edad madura y ancianos: no lamentéis el tiempo que dejasteis pasar
sin haberme oído, hoy estáis. conmigo. Si me amáis, podréis en poco tiempo
conocer mi enseñanza y aprovecharla,. Ya estáis en el camino y podéis dar
principió a la jornada y vuestro guía será la voz de vuestra conciencia. Yo iré
delante de vosotros y no habrá prueba, por dura que sea, que os aparte de Mí.
Si me amáis, no volveréis atrás; porque vuestra fe brillará como una nueva
aurora y veréis el camino por donde debéis transitar bañado en luz.
¿Estáis dispuestos a seguirme aunque tengáis que padecer? ¿Si fueseis interrogados por vuestros hermanos, contestaríais diciendo que sois mis
discípulos y que me seguís por fe? ¿Tendréis valor para dar estas pruebas?
Meditad y pensad que si seis mis discípulos, tendréis que perfeccionaros para
dar verdadero testimonio de mi Doctrina.
Voy a hacer llegar a todas las naciones mi mensaje. Todo está dispuesto para
que mis designios se realicen y la prueba más grande que de mi poder y mi amor
dé a los hombres, será la de transformar su egoísmo en sincero amor de los unos
hacia los otros.
A
través del amor llevarán a cabo grandes obras. sin distinción de razas o
linajes os llamaré a todos para daros misión en esta Obra.
A
los ansiosos de saber y de espiritualidad les digo: Oíd mi palabra y conoced su
esencia. Leed en el gran libro de la vida y estudiad, porque hay una lección
dedicada a cada uno.
Mas cuidaos de leer libros en los que se haya adulterado mi palabra o las
profecías y también en aquellos donde se den interpretaciones torcidas a las
revelaciones divinas. No permitáis que una falsa luz penetre en vuestro espíritu;
si queréis conocer la verdad, preparaos y vuestra Intuición, así como la
sensibilidad de vuestro espíritu guiado por por la conciencia, os revelará siempre la verdad.
Este libro que escribo para vosotros en el Tercer Tiempo, tomadlo e interpretad
bien sus lecciones y veréis que su luz destruye sombras y que todo misterio
queda esclarecido. Sentiréis entonces mi presencia y percibiréis mi voz en el
fondo de vuestro espíritu hablándoos e instruyéndoos.
Pensad que no podréis esconder ninguna obra o pensamiento que Yo no conozca.
Mas si sois tentados muchas veces por el mundo que os atrae y os encadena,
llegando a veces a faltaros las fuerzas para rechazar el mal, recurrid entonces
a Mí, para que en mis lecciones aprendáis a usar esa potestad que os he dado
sobre el mundo y sobre la carne y cuando hayáis vencido y recobrado la Paz del
corazón podáis reanudar vuestra obra.
Si os hacen falta ejemplos, elevaos y buscad en Mí lo que necesitéis y Yo os
daré fuerza para que lleguéis al fin que os he señalado. ¡Con cuánto gozo
miraré al hijo que me imite y me glorifique con sus actos! Trabajad
incesantemente por la humanidad y después de haber hecho todo el bien de que
seáis capaces, olvidaos de galardones y no esperéis en el mundo pago
alguno. Pensad que sólo Yo conozco y sé valorar vuestras obras para daros la recompensa justa. Así con grande lucha y méritos verdaderos alcanzaréis a conquistar el lugar que tengo Preparado para vuestro espíritu.
Hombres y mujeres de tierras lejanas vendrán a vosotros y se convertirán en mis
discípulos, mas cuando se sientan llenos de mi luz retornarán a sus pueblos, a
sus naciones, para llevar mi Doctrina a sus hermanos. Así fue como en el
Segundo Tiempo, atraídos por la fama de los Prodigios de Jesús, muchos
extranjeros se acercaron a Mí y oyendo mi palabra y presenciando mis obras se
convencieron de mi Verdad y retornaron a sus tierras testificando que Yo era el
Mesías.
En esta era la mayoría de los hombres vienen a Mí porque el dolor les ha hecho
buscar el remedio que sólo en mi poder pueden encontrar. Vienen quejándose de
pobreza sin saber todo lo que poseen en su espíritu, su única pobreza consiste
en no haberse dado cuenta de lo que consigo llevan y en la ignorancia sobre los
dones que atesoran pocos son los que han llegado pidiéndome luz para su
espíritu, en su mayoría me buscan para pedirme pequeñeces propias de la vida
humana, de aquellas que Yo doy siempre por añadidura, después de que he
derramado mi caridad sobre su espíritu.
Uno a uno vais recibiendo el conocimiento que os descubre una luz que estando
en vosotros no mirabais. Esa luz es vuestra conciencia; quien logra descubrirla
y mirarse en ese espejo interior, se torna en humilde y siente al punto el lazo
que le une a su Creador.
Hay quienes creen conocerse porque al saber los muchos dones que el hombre
posee en su espíritu, se yerguen ante los ignorantes, se envanecen de su propia
grandeza, se enseñorean y al fin acaban perdiéndose entre las tinieblas de su
orgullo. No saben que el espíritu tiene en la conciencia el arcano de Dios y
que para penetrar en él hay que hacerlo con respeto.
Aquí mismo, entre mis labriegos, cuántos hay que sin haber entendido mi
Doctrina, al saberse donados, se han creído seres superiores, dignos de
admiración y de homenajes, a lo cual Yo os pregunto si podéis aceptar que un
espíritu elevado llegue a envanecerse de sus dones, siendo que la humildad y la
caridad son los principales atributos que él debe llevar.
Practicad en el silencio y en la humildad de vuestra vida cada una de mis
lecciones y veréis aparecer en vuestro espíritu esa luz que aun no conocéis,
porque el velo de la materia y la frivolidad que os rodea no le han permitido
cumplir la misión que le corresponde dentro de la vida humana.
Estudiad mis enseñanzas y no os confundáis para que no vayáis a caer en nuevos
fanatismos tratando de encontrar la verdad.
Yo soy el camino que invita a transitar al que lo ha olvidado; en él está
derramada la luz de mi palabra, para que mañana podáis enseñarla y dar
testimonio de ella. Pasará el tiempo y muchos vendrán en busca de las humildes
casas donde Yo me manifesté, para que les expliquéis la forma en que Yo me
mostré a mis nuevos discípulos y los prodigios que entre vosotros hice. Sólo
quedará en vuestra mente el recuerdo de mi palabra y en vuestro corazón el eco
de mis divinos consejos, también quedarán los escritos para la posteridad. Ya me
encuentro preparando a quienes no escucharon mi palabra para que encuentren los
caminos que les conduzcan hacia mis discípulos y testigos. ¡Cuántos llorarán
por no haberme oído! Mas también os digo: Cuántos de los que me oyeron llorarán
por no haberse preparado! y al ver que ya no se manifiesta mi palabra,
dirigirán su mirada hacia el sitio en que el portavoz tomó asiento para
interpretar la divina palabra y sólo contemplarán el vacío.
Los años pasan fugazmente y pronto dejaréis de oírme, por eso os digo: dejad
que os sane, acaricie y conforte. Dejad que Yo os enseñe, Yo vine para dejaros
preparados, mas si os quedaseis débiles en la fe y en la voluntad, entonces os
sentiréis siempre enfermos, y ¿Quién os sanará y os enseñará corno Yo lo hice?
A
través de mi palabra me estoy acercando más y más a vosotros y al mismo tiempo
os voy aproximando a la comunicación perfecta con mi Espíritu. Meditad sobre
mis manifestaciones de los tiempos pasados y encontraréis que siempre he
buscado una forma de comunicarme con vuestro espíritu, haciéndole llegar mis
mensajes como un testimonio del amor divino de vuestro Padre hacia vosotros.
Una nueva forma de comunicación espiritual estáis presenciando en este tiempo,
aunque muy semejante a la que empleé en eras pasadas. Ahora os encontráis en un
tiempo maravilloso de luz en el que el hombre puede escuchar la voz de mi
Espíritu a través de los muchos dones y facultades espirituales que posee.
En verdad os digo que lo mismo en el éxtasis que por medio de la oración o
hasta del sueño material, podéis recibir revelaciones y mensajes del Reino
Espiritual, si os sabéis preparar y disponer
para ello. Mas os ha faltado preparación y fe para saber aprovechar esos dones
y he tenido que preparar videntes y profetas que os hablen del mañana, que os
pongan alerta y os amonesten para que veléis y oréis.
¿Creéis que este hombre por el que me comunico sea quien os dé la palabra?
Encontrad su esencia y veréis que es vuestro Maestro el que os habla. ¿Creéis
que el espíritu de Dios penetre dentro del portavoz mientras él habla? Tampoco.
Os he dicho que me basta un rayo de mi luz para iluminar e inspirar estas
mentes, poniendo en sus labios un torrente inagotable de palabras de profundo
sentido, como una prueba de mi presencia y de mi verdad para el incrédulo.
Escuchadme con atención durante este tiempo y quedaréis fortalecidos para los
tiempos y las pruebas venideras.
Preparad vuestro corazón, recoged vuestro espíritu y despejad vuestra mente
para oír y guardar mi palabra.
Ved cómo el libro de la enseñanza espiritual abre sus páginas para mostraron
una nueva enseñanza. Practicad al principio las lecciones sencillas a fin de
que mañana podáis llevar a la práctica las grandes lecciones. Debéis comprender
que para ser maestros, antes debéis ser párvulos y discípulos.
Hoy estáis estudiando las primeras palabras y por medio de ellas estáis
comprendiendo esta Doctrina, porque al orar conversáis espiritualmente conmigo
cuando me decís: "Maestro, vamos siguiendo tu huella y te pedimos que en
nuestra jornada nos acompañes, que nos preserves de peligros, ya que a cada
paso somos acechados por las tentaciones del mundo". Y Yo os digo,
discípulos: sed fuertes, usad vuestra potestad para dominar a la carne.
Quiero formar con vosotros una familia fuerte y virtuosa, llena de obediencia
en la que derrame mi gracia y complacencias.
La hora de vuestro testimonio sobre mi comunicación llegará y la humanidad,
incrédula por naturaleza, me pedirá pruebas para creer, mas entonces Yo le
diré. He aquí a éstos discípulos míos a quienes he hecho penetrar en una nueva
vida; ellos son la prueba del poder de mi enseñanza, mi palabras ha forjado su
espíritu y hoy se encuentran preparados para llevar mi Doctrina a los pueblos
de la Tierra. ¿Queréis ser vosotros de aquellos a quienes Yo pueda tomar como
testimonio de mi verdad? pues preparaos labriegos amados. En vosotros confío.
Yo me serviré de vuestro amor, para hacer prodigios en aquellos por quienes me
pidáis y por un destello de fe que me presentéis haré obras admirables.
Habéis apurado el cáliz del dolor en este tiempo, mas no ha sido para vuestro
mal, ese dolor ha sido como lluvia benéfica fecundando mi semilla en vuestro
corazón y descubriendo ante vosotros algunas fibras ocultas en el fondo de
vuestro ser.
Os he dicho que vivís en este tiempo una dura expiación, porque tenéis para
contigo y para con vuestros hermanos una deuda que vais a saldar. Y es por eso
que calláis y aceptáis con amor vuestro cáliz, concretándoos tan sólo a pedirme
fortaleza para que se haga mi voluntad.
En el mundo no encontraréis la comprensión que necesitaréis en vuestra lucha y
en vuestras vicisitudes, porque el verdadero amor y la caridad no están aún en
los corazones, mas vosotros, fortalecidos en Mí, pasaréis sobre espinas con la
sonrisa en los labios y con la paz en vuestro corazón.
¿Por qué el Maestro os habla tanto del dolor? Porque este tiempo que vivís es de
justicia y todas las criaturas humanas llevan una pesada cruz. Contemplad las,
naciones azotadas por la
guerra, no hay en ellas corazón que haya escapado al dolor porque ni los
tiernos niños en la cuna de su fragilidad, han escapado a la divina justicia que
ayuda a los hombres a expiar sus pecados y a lavar sus manchas.
En todos los tiempos he sembrado y cultivado mi simiente en el corazón de la
humanidad. No será en vano mi siembra en este Tercer Tiempo. Porque la semilla
florecerá en los corazones.
Por un reducido número de corazones que se preparen, Yo derramaré mi gracia a
raudales para formar los cimientos de un mundo nuevo. Quiero elevar a vuestro
espíritu para que comprendáis cuál es vuestra semejanza con mi Divinidad.
Yo,
el dueño de los mundos y de todas las moradas a quien todo lo creado obedece,
os dice en estos instantes, que vosotros los hombres no habéis vivido en
armonía con mis leyes, por lo que os habéis estacionado espiritualmente; sin
embargo, mi Espíritu espera con infinita paciencia vuestro retorno vuestro al
camino verdadero y vuestro perfeccionamiento. No dejéis que sea sólo Yo el que
luche por vuestra salvación, ni dejéis que el mundo espiritual trabaje sin que vosotros colaboréis con él. No hagáis obras de mérito solo aparente, esforzaos
para vuestros actos encierren verdad y amor.
Si habéis recibido amor desde el momento de vuestra formación, prodigad amor.
Si mi ejemplo está escrito en vosotros, imitadme.
En esta era el Verbo de Dios, que es eterno, os habla para llevaros a la luz.
Yo conozco el espíritu que se oculta en cada uno de vosotros, y por eso soy el
único que puede revelaros que ya en otros tiempos habéis sido testigos de mi
comunicación con la humanidad.
¿Verdad que ya no deberíais ser párvulos en mi enseñanza? ¿Verdad que tiene
razón vuestro Padre cuando os llama sus testigos y discípulos y os prepara para
llevar este mensaje a la humanidad?
Mirad como todo pasa, menos mi palabra. Ved las generaciones humanas que hoy
habitan la Tierra y mañana desaparecen. Observad a los pueblos que ahora se
levantan llenos de un esplendor que parece va a ser eterno y pronto seréis
testigos de su decadencia y de su ruina. Todo lo humano pasa y deja de ser.
Sólo mi Ley inmutable y eterna permanece brillando en cada conciencia.
Llamáis a este tiempo Era de la luz, mas no porque sea hasta ahora cuando mi
luz haya iluminado al espíritu o al entendimiento de los hombres, ella siempre
ha brillado en todo espíritu. Soy el astro divino que no se oculta jamás, mas
si ahora miráis que la luz espiritual vibra cual nunca en los hombres, ello se
debe a que a causa de su evolución, ya pueden percibir con mayor claridad que
en tiempos Pasados, la Presencia de la vida espiritual.
Si los hombres hubiesen vivido siempre en armonía con mis leyes, jamás les
habrían sorprendido mis nuevas revelaciones. Observad cómo siempre que he
venido con una nueva lección, ella ha sido discutida, combatida o negada.
Mas la hora del despertar se acerca y entonces surgirán por doquiera grupos de
hombres que hablarán de una nueva inspiración; ellos serán escudriñados y
juzgados por sus semejantes, quienes llegarán a decir que en el mundo se ha
desatado una plaga de sectas extrañas y desconocidas. Será entonces cuando
vosotros elevéis vuestras oraciones por todos y al mismo tiempo deis gracias
por el cumplimiento de mi palabra, porque por la Doctrina que os he revelado seréis de
aquellos que comprendan la causa de todas aquellas manifestaciones; pero
también seréis de los que contraigan mayor responsabilidad ante la humanidad.
Pensad, discípulos amados, cuánto tenéis que prepararos para que vuestros
emisarios, llevando la luz de mis revelaciones, puedan llegar a todos aquellos
lugares donde hayan surgido los hombres sorprendiendo con sus dones
espirituales a sus hermanos.
Grande será la lucha para vosotros, porque no sólo os concretaréis a la
oración, a la meditación y a los buenos deseos, sino también a las obras de
caridad.
No será suficiente que digáis: tengo fe, con ello no basta. La fe es
indispensable; pero hay que perfeccionar otros dones que tenéis, para que
llevéis mi palabra no sólo en los labios, sino en vuestras obras. Para que mi
Doctrina brille a través de los actos de vuestra vida, tenéis a que consagrar
parte de vuestro tiempo al estudio y al desarrollo de vuestros dones
espirituales, esa, será la forma de que lleváis con paciencia las pruebas que
encontréis en vuestro camino, aplicando en cada una de ellas mis enseñanzas.
Cuando logréis ésto, tendréis el fruto de vuestro esfuerzo y de vuestro anhelo
de mejoramiento espiritual, y ese premio será el temple que tengáis para la
lucha, el dominio sobre vosotros mismos y el amor hacia vuestros hermanos.
Ya no durmáis, discípulos, comprended que la humanidad va a despertar
espiritualmente y no debe encontraros escasos de preparación. Tampoco quiero
que os levantéis sin antes haber adquirido cuanto es necesario para ser un
verdadero soldado mío. Aprovechad estos instantes de paz en que venís a recibir
mi enseñanza y caminad siempre al amparo de lo que en ella halláis aprendido.
Procurad penetrar cada vez más en las enseñanzas reveladas, mas no tratéis de
hurgar en lo que hasta ahora no se os haya dicho.
Cuando el espíritu de Elias inspiró la mente de Roque Rojas, no imaginaron los
primeros testigos de aquellas manifestaciones, la gracia: que recibirían las
siguientes generaciones al escuchar mi palabra, ni se enteraban de que se abría
una nueva era espiritual para la humanidad. Fue vuestro Maestro quien, a lo
largo de su enseñanza, fue revelando a las multitudes la magnitud de esta Obra;
El fue quien les hizo comprender que un nuevo tiempo lleno de luces y
esplendores se iniciaba.
El espíritu de la humanidad conducido por las pasiones hacia un caos, piensa
que sólo un milagro divino puede salvar a los hombres de cuyos corazones ha
huido la paz, desde que perdieron la esperanza y la fe en el amor, en la
justicia y en la razón humana.
Ese vacío que la humanidad me presenta en su espíritu, es el que vengo a llenar
con la luz de esta Doctrina nueva en apariencia, pero en realidad eterna; esta
Doctrina que hace luz en los espíritus y en los corazones, porque revela todo el
contenido de aquel mandamiento que enseñé a mis ápostoles de amarse los unos a
los otros. Vengo ahora a explicaros el sentido de aquella máxima, cuyo
significado no ha sido comprendido por vuestro entendimiento. Y es que la
palabra de Cristo, para muchos hombres ha sido palabra muerta en este tiempo;
mas no saben que ella está en la conciencia de toda la humanidad y que a su
tiempo habrá de surgir llena de esplendor del fondo de los mismos corazones,
que antes fueron para ella como un sepulcro.
¿Creéis que estáis dando cumplimiento a mi precepto de amaros los unos a los
otros, encerrando con egoísmo vuestro amor en vuestra familia? ¿Creen las
religiones estar cumpliendo con aquella máxima, reconociendo sólo a sus fieles
y desconociendo a los que pertenecen a otra secta? Los grandes pueblos del
mundo que pregonan civilización y adelanto ¿Podrán decir que espiritualmente
han alcanzado progreso y han cumplido con aquella enseñanza de Jesús, cuando
todo su afán es el de prepararse para la guerra fratricida?
¡Ah humanidad, que nunca habéis sabido estimar valor de mi palabra, ni habéis
querido sentaros a la mesa del Señor, porque os ha parecido demasiado humilde!
Sin embargo, mi mesa os sigue esperando con el pan y el vino de la vida para
vuestro espíritu.
Nadie podrá decir que he venido a reclamaros mi muerte, ya veis que aun no os
arrepentís de vuestros pecados, y ya mi mano, la misma que taladrasteis en la
cruz, está llamando de nuevo a vuestra puerta. Entended, discípulos, que es mi
amor el que llama a vuestro espíritu.
Mi amor habrá de venceros, no poseo otra arma. Si creéis que también me valgo
del dolor para doblegaros y venceros, os equivocáis; el dolor lo creáis
vosotros y con él os hacéis justicia. Yo soy el que viene a salvaros del dolor
y de la muerte.
Discípulos, os dejo una más de mis lecciones. Mas los que sepan prepararse,
serán los que sientan más profundamente mi presencia, aunque mi gracia es
derramada en todos de la misma manera. A los que no hayan sentido
espiritualidad al oír mi palabra les invito a prepararse, para que gocen de la
esencia divina y puedan aprovechar este mensaje antes de que mi comunicación
termine entre vosotros. Pensad que si aquella hora llegara sin que vuestro
corazón se hubiere deleitado y alimentad verdaderamente, vuestra fe no será
grande en la lucha, ni vuestro amor podrá ser ardiente al testificar mi verdad.
En verdad os digo, que Yo no quiero el dolor en vuestro corazón, ni quisiera
tener que escuchar vuestras frases de arrepentimiento. Mi deseo es que, al
daros mi palabra por última vez, por medio de este conducto podáis decirme:
Maestro, aquí nos tenéis, hágase en nosotros vuestra voluntad.
A
nadie le falta mi luz; además de mi lección, os hablo a través de vuestros
sueños a los que llamáis revelaciones, porque sabéis que en ellas os revelo
enseñanzas profundas que por ningún otro medio podríais conocer. Mas
comprended, discípulos, que todo conocimiento que de Mí llega a vosotros es una
revelación. No toméis en cuenta el conducto o la forma que Yo utilice para
daros mis mensajes.
Con justicia os he llamado hijos de la luz, pero los más os empeñáis en ir a
ciegas, no porque haya tinieblas en el camino, sino porque queréis llevar los
ojos cerrados a la verdad. ¿Esperáis a que otros que ni siquiera han oído esta
palabra, despierten antes de quienes han oído mi voz? Sería triste que ellos
vinieran a sacar de errores a mis nuevos discípulos.
Estoy dando a conocer sus dones a los profetas del Tercer Tiempo para que sean
los que anuncien esta buena nueva a la humanidad; mas ellos deben saber que
necesitan alcanzar la espiritualidad, para que esos dones se manifiesten en
ellos.
Oíd mi lección, discípulos, llevadla en vuestro corazón y Una vez en vuestro
hogar estudiadla y analizadla, para que al siguiente día, cuando reanudéis
vuestra lucha por la vida, llevéis a la práctica mis enseñanzas.
No hay un instante de vuestra existencia, que no ofrezca ocasión propicia de
cumplir con mi Ley. No esperéis sólo grandes ocasiones para poder aplicar mis
lecciones de amor.
Pensad que si vuestra concentración al oír esta palabra, no fuese todo lo
elevada que ella requiere y que si a vuestra mente le falta la atención que debe
prestar ante mi Doctrina no podrá
recoger vuestro corazón la semilla que deberá sembrar mañana, y cuyos frutos
recogeréis en la eternidad.
¡Toma de mi amor y mi bendición en Mi nombre que Soy el Padre, el Hijo el Espíritu Santo, la paz de mi Divinidad nunca se aparte de Vosotros!
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