Este es el tiempo en el que según os anunciaron los profetas, todo ojo me verá,
ahora añado Yo, este es el tiempo en el que también todo oído me escuchará y
todo cerebro comprenderá mis revelaciones.
El espíritu ya está capacitado para interpretar muchas lecciones y penetrar en
muchos misterios; ya no es el párvulo de los primeros tiempos, al que había que
ocultarle muchas lecciones para que no se confundiera, y había que presentarle
bajo figuras simbólicas todos los misterios que le eran revelados, para que
pudiera iniciarse en el sendero espiritual.
Cada era es una luz, una nueva lección y si esta etapa la he prolongado, ha
sido con el fin de dar oportunidad a las grandes multitudes espirituales, de
pasar por la Tierra para que analicen mis lecciones y cumplan con mis
enseñanzas; así darán un paso hacia adelante en el camino de la vida verdadera.
Mi nueva palabra os hará comprender mucho de vuestro pasado y esa comprensión
será la lámpara que ilumine vuestro camino espiritual. Por eso muchas veces os
he dicho. “Levantad vuestra faz y daos cuenta del tiempo en que vivís”, sólo
así podréis aprovechar la etapa de vida que os he confiado en la Tierra.
Los dones espirituales, facultades y potencias, han permanecido adormecidos en
muchos hombres, en otros han tenido un débil desarrollo, mas ha llegado mi luz
divina a estremecer en su letargo a los espíritus para levantarles a una vida
superior, a través de la cual podrán recibirme de una manera más perfecta.
Analizad mis lecciones y decidme si esta Doctrina podrá encerrarse dentro de
una de vuestras religiones; os he revelado su carácter y su esencia universal,
que no se concreta tan sólo a porciones de la humanidad o a pueblos, sino que
traspasa la órbita de vuestro mundo, para abarcar el infinito con todas sus
moradas en donde como en este mundo habitan hijos de Dios.
Discípulos: despertad, abrid vuestros ojos espirituales, oíd mi palabra,
penetrad en su sentido y llevad luego la buena nueva a vuestros hermanos, más
cuidad que vuestro mensaje esté revestido siempre de la verdad y la pureza con
que Yo vine a vosotros y entonces despertaréis dulcemente de su sueño a todos
aquellos que duermen, tal como Yo vine a despertaros a todos.
Venid a Mí ¡Oh pueblo amado! venid a descansar de la fatiga terrestre. Se abre
vuestro corazón para recibir mi amor y fortaleza y Yo os acojo y os bendigo.
Quiero que viváis despiertos para el espíritu en este tiempo de materialismo,
en que es despreciada toda manifestación espiritual, sin recordar que en el
hombre la parte esencial es el espíritu, y que él viene a forjarse y a elevarse
en esta vida por su propios méritos.
Es mi voluntad que vosotros, a quienes he envuelto en mi amor, enseñéis y
hagáis renacer en vuestros hermanos, la fe y la confianza en Mí. No quiero
contemplar su indiferencia y falta de amor para mi Espíritu. Nadie podrá romper
los lazos sagrados que unen al hombre conmigo, ni impedir que Yo os ame. ¿Por
qué no me ha buscado la humanidad a pesar de sus dolor? Sus palabras y actos
laceran mi sensibilidad de Padre, no agradecen mi amor ni sienten mi bendición.
La solución de todos los problemas que afligen a vuestros hermanos está en
vosotros. Os he dado la llave de la paz para que haya caridad y amor de los
unos a los otros. Todos podéis atraer a mi Espíritu y sentir mi influencia
divina si me invocáis con amor.
Quiero miraros sonreir de satisfacción después de vuestra lucha, quiero que
sintáis que he estado muy cerca de vosotros. No me reclaméis si los tiempos
presentes son inclementes; si os hubieseis conservado virtuosos, el dolor no
hubiese herido vuestro corazón, ni hubieseis tropezado. Os he enviado a cumplir
un destino de amor, que no habéis comprendido todavía.
Se acerca el tiempo en que debéis ir a trabajar a otras Tierras. Desde hoy,
orad y velad por todas las naciones, porque os atan a ella deberes que tenéis
que cumplir. Vuestra oración irá iluminando y salvando espíritus.
¿Cómo podréis mirar con tranquilidad, que vuestros hermanos vuelvan al valle
espiritual llevando impresos el materialismo y el dolor que han recogido en la
Tierra? Muchos de ellos volverán a encarnar y dejarán ver el sufrimiento
originado por su desobediencia, entonces comprobaréis que la lucha del espíritu
termina hasta que éste se ha perfeccionado.
Confíad en que vuestro dulce maestro os conduce por el camino de la verdad,
doquiera os encontréis. Unos en el principio del camino, otros en el final,
todos sois guiados por Mí.
Mis nuevas revelaciones divinas sorprenderán en este tiempo al espíritu de la
humanidad, aunque en verdad os digo que su extrañeza será injustificada, porque
lo más natural es que el espíritu vaya recibiendo en su camino el fruto de su
evolución.
Soy el que ha tenido que seguiros por los caminos que habéis tomado, para
libraros de riesgos y evitar que os perdiéseis. ¿Cuándo vendréis en pos de Mí,
animados por aquella voz que dijo a Simón, Andrés y a Juan: “Dejad vuestras
barcas y vuestras redes y seguidme”?
La lucha se ha establecido en el interior de vuestro corazón, oís mi voz que
tocando a vuestro espíritu a través de vuestra conciencia os dice: ¡Seguidme!
mientras la carne y el mundo ejercen gran influencia sobre el espíritu.
Me place que exista esa lucha interior, porque significa que a pesar de
sentiros sujetos a las tentaciones de la Tierra, aún conserváis amor por Mí, y
sabéis escuchar la voz del espíritu que reclama al mundo y a la carne sus
derechos, pero ¡Ay de los que no sienten dentro de sí esa tempestad, porque su
corazón frío será como el sepulcro que guarda un muerto!
Todo lo que acontece en este tiempo, dicho y escrito estaba por mis profetas.
Buscad en aquellas escrituras y encontraréis la historia anticipada de todo lo
que ahora estáis viendo en el mundo, mas os digo, que hay acontecimientos que
están aún por venir y que no fueron anunciados
en aquellos tiempos, porque esas profecías, las tenía reservadas el Señor para
darlas a conocer en este tiempo a través del entendimiento humano.
¿Creéis acaso que todo estaba ya pronosticado y que no volvería a haber
profetas en la Tierra?
Comprended que Yo he venido a revelaros muchas profecías que el mañana serán
cumplidas y lo he hecho por conducto de criaturas torpes de entendimiento y
rudas de verbo, para daros pruebas de mi poder. Esas profecías, que han brotado
por labios humildes, ya habéis visto cumplirse algunas, y la humanidad del
mañana verá cumplirse hasta la última de ellas.
Amados discípulos: recreaos con este ambiente de espiritualidad que os envuelve
en los nstantes de mi comunicación. Saboread este pan y fortalecéos con él,
porque pronto dejaréis de escuchar mi palabra. Os dejaré llenos de mi gracia y
de mi amor, para que sepáis levantaros presurosos a divulgar la buena nueva que
os traje en este Tercer Tiempo.
Cuidad que haya siempre limpidez en vuestro corazón, en ese vaso que debéis de
conservar tan limpio de dentro como de fuera, porque es ahí donde se deposita
mi amor, como agua de vida eterna.
Conservad estas reuniones y haced de ellas el santo cenáculo. No porque veáis
que levanto mi palabra de entre vosotros, creáis que mi Espíritu va a
encontrarse distante de mis discípulos: dejad siempre en la mesa, un lugar
vacio para el Maestro, porque Yo vendré a presidir siempre vuestras reuniones y
a repartir el pan espiritual en cada uno de vosotros; mas os digo, que ese sitio
deberá estar en vuestro corazón.
El testimonio que deis de mi nueva venida deberá ser limpio, y entonces veréis
levantarse a las multitudes de todos los puntos de la Tierra, diciendo: “El
Señor ha vuelto como nos lo anunció sobre la nube; nos ha enviado a su pueblo y
nos hemos unido a El”.
¡Oh multitudes que me oís en estos instantes, no sabéis quienes de vosotros
serán mis mensajeros del mañana! Los hombres les oirán, mas no esperarán de
ellos recompensa alguna, ni adulaciones; pasarán por el mundo sembrando mi
semilla, con la vista puesta en el Señor.
A
mis enviados no les abandonaré a sus propias fuerzas, porque pronto sucumbirían
en la lucha; serán revestidos de una potestad y una fuerza superior que les
hará infatigables e invencibles.
Un enviado mío nunca ha estado solo en la lucha, legiones de seres de luz le
han acompañado y protegido, nadie dude ni tiemble cuando se acerque la hora de
la predicación y de la siembra, porque mi amor será con vosotros para daros
ánimo, fe y fortaleza.
El Sexto Sello fue abierto y su luz fue contemplada por el sencillo, por el
humilde, por el limpio de corazón. El candelero está encendido y aún duerme la
humanidad, y este pueblo no se ha dado cuenta de la grandeza de la
manifestación que ha recibido; de ahí su temor para anunciarlo al mundo. dejad
al menos, que las aguas de esta fuente no se enturbien, para que cuando lleguen
a vosotros los caminantes fatigados y sedientos, puedan calmar su sed en ellas
y confiesen que son puras.
Os habéis familiarizado con la sombra de este árbol y teméis ir en pos de los
caminos que conducen a otros pueblos y comarcas, mas Yo os digo que no esperéis
la caida de la noche para ir a dar la buena nueva, porque todos estarán
durmiendo, id a la luz del día, para que no haya misterio en vuestras obras. No
precipitéis vuestro paso, mas cada vez que os preparéis, dad un paso
adelante, porque se aproxima la hora de vuestra lucha. A quien se crea
preparado y se haya levantado antes de tiempo, le voy deteniendo con pruebas
que pongo a su paso para que reconozca que no siente aún mi Obra en su corazón,
que no la ha analizado lo suficiente para irla predicando, que todavía el
sentimiento de la caridad no brota de su corazón ni tiene en el espíritu el
temple para resistir los huracanes. Abundan entre vosotros los ejemplos de
aquellos que habiéndose levantado por su propia voluntad, desobedeciendo mis
órdenes, han caído en los caminos y su retorno ha sido doloroso. ¿Por qué os
convertís en ingratos a mi caridad?
Cuando estabais fatigados de la vida unos, otros perdidos en los caminos
inciertos y otros hundidos en el cieno ¿Quién os dió ayuda? ¿Fue por ventura el
hombre? No, discípulos, quien os levantó fue esta palabra que desborda vida y
esperanza. De lo que fuísteis antes de recibir mi luz, no os tomé cuenta, mas
de lo que hagáis ahora, sí tengo que reclamaros. Sabéis que mi mirada descubrió
a quien venía escondiendo su mano manchada con sangre hermana, a quien ocultaba
los pétalos de rosas deshojadas y a quien trataba de esconder en su corazón el
hurto o el adulterio. Todo lo ví y sobre el manto con que ocultábais vuestra
vergüenza, extendí el velo de mi misericordia para que nadie mas que Yo os
juzgase, y con perdón y amor os convertí y os purifiqué.
Ante esta voz tuvísteis que despertar y ante la presencia invisible de quien os
habla, tuvísteis que creer. Nuevamente os digo: “Bienaventurados los que sin
ver han creído”.
El corazón de las mujeres se estremeció ante la voz de su Madre Divina y cada
palabra de María fue una gota de rocío sobre esos corazones secos por el
sufrimiento. Y al jardín ameno de la Virgen, fueron conducidas las doncellas,
las esposas, las madres, las viudas y también las flores deshojadas. De todas
ellas ha brotado una nueva fragancia.
¿Cuándo estaréis preparados para llevar a otros pueblos la enseñanza que habéis
recibido? Ved que la semilla de amor y espiritualidad no germina aún en el
corazón de esta humanidad. El fanatismo domina la vida de los hombres,
fanatismo religioso, fanatismo por sus razas, fanatismo por la gloria y el
poder del mundo y fanatismo por sí mismos.
Es necesario que mejoréis cada día vuestra vida para que lleguéis a ser ejemplo
y estímulo en la vida de vuestros semejantes: Cumplid con la misión que vuestro
Padre os ha confiado, que Yo os concederé que veáis realizados vuestros más
elevados anhelos.
Mas debéis estudiar y analizar mi enseñanza, porque si os preguntase por mi
lección anterior, ¿Sabríais repetirla? De cierto os digo que no, mas no temáis,
que os traigo una más en este día, la cual os recordará la anterior y os
ayudará a comprenderla. Aquí tenéis al Maestro revestido de paciencia y de
amor.
En el Segundo Tiempo el Verbo Divino se hizo hombre para que su enseñanza fuera
escuchada en la Tierra; en este tiempo, el Verbo es luz que desciende al
entendimiento humano y florece en palabra de vida.
Juan el profeta anunció mi llegada en aquel tiempo; ahora, Elías comunicándose
espiritualmente con los hombres, preparó mi manifestación espiritual en esta
era; mas en verdad os digo que uno y otro precursor son un solo espíritu.
Cada nueva era ha sido para vosotros conjunto de revelaciones que os explican
los sucesos pasados que no habéis llegado a comprender. La cosecha final os
dará la verdadera sabiduría.
Mientras dure mi comunicación por medio de estos portavoces, no seré reconocido
en todo el mundo, deberá pasar un tiempo, tendrán que depurarse los corazones
de mis emisarios, entonces podrá llegar este mensaje a la humanidad, limpio de
influencias materiales.
Esta enseñanza es el camino a la vida eterna, todo aquel que descubra en esta
Doctrina, elevación y perfección, sabrá unirla a la que os confié cuando estuve
en la Tierra, porque su esencia es la misma.
El que no sepa encontrar la verdad contenida en mis lecciones, podrá hasta
asegurar que esta Doctrina no conduce al mismo fin que las enseñanza de Jesús;
los espíritus ofuscados por las malas interpretaciones o confundidos por el
fanatismo religioso, no podrán de pronto comprender la verdad de estas
revelaciones, tendrán que pasar por un camino de pruebas para despojarse del
materialismo que les impide comprender y cumplir con mi precepto que os enseña
a amaros los unos a los otros.
Yo, el Maestro, soy el único que puede revelaros que en estos instantes
millones de seres recorren ese penoso camino de las pruebas, de las
experiencias, del despertar, a fin de que sus ojos se abran buscando horizontes
que están más allá de lo que su corazón y su mente habían podido crear.
“Sed tengo” os digo nuevamente, sed de vuestra elevación y de vuestro amor, mas
nadie acerca a mis labios el agua que pueda apagarla; mas bien soy Yo, quien
tiene que conservar abierta y fresca la herida del costado para que no deje de
manar agua de vida sobre el mundo.
Este es el tiempo de la gran batalla descrita por los profetas en sus visiones
espirituales y mirajes; el tiempo en que los hombres opondrán su fuerza a mi
Ley, en que todo ser material o espiritual, que albergue egoísmo en su corazón
se levantará a luchar en contra de mi justicia. Mi espada está presta, no es el
arma que castiga o mata, es la espada que en su lucha por salvar al que perece
víctima de sí mismo, lo levantará con tal fuerza, que a veces hasta su cuerpo
perderá para hacerlo alcanzar la vida eterna del espíritu.
Entended bien estas lecciones y no os confundiréis, antes bien, comprenderéis
el porqué de muchas de las pruebas terribles por las que atraviesa la humanidad
y a las que no acertáis a dar explicación.
La finalidad de mi manifestación es la de apartar a vuestro espíritu de la
senda del dolor. He llamado con insistencia hasta que habéis abierto la puerta
de vuestro corazón, entonces he podido haceros sentir la ternura de mi
bendición y de mi paz y habéis exclamado: ¡Cuán cerca se hallaba de mí el
Señor!
Mañana llevaréis esta buena nueva a la humanidad, la cual ha creído estar más
distante de su Señor, porque cuando habla de Dios, lo hace como algo inalcanzable,
incomprensible e inaccesible.
Es infantil el concepto que de Mí tiene la humanidad, porque no ha sabido
penetrar en las revelaciones que sin cesar le he hecho. Para el que sabe
prepararse, soy visible y tangible y donde quiera estoy presente, en cambio,
para el que no posee sensibilidad, porque el materialismo lo ha endurecido,
apenas si comprende que existo, y me siente inmensamente distante, imposible de
ser sentido o visto en alguna forma.
Es menester que el hombre sepa que me lleva en sí, que en su espíritu y en la
luz de su conciencia tiene la presencia pura de lo divino.
Cuando sea recibido mi nuevo mensaje por la humanidad, sentirá un
estremecimiento de gozo que la hará retornar a la espiritualidad, por medio de
la cual se sentirá mas próxima a su Señor.
Una de las causas por la cual me he materializado para manifestarme en este
tiempo, ha sido la de que sintáis que Yo no puedo estar lejos de ninguno de mis
hijos, ni la vida espiritual está lejos de la vuestra, y para demostrároslo
permití la manifestación y presencia del mundo espiritual entre vosotros.
Estas son obras que sólo Yo puedo y debo hacer, no importa el juicio que de
ellas se formen los hombres. Sé que al final mis obras serán vistas por todos
como perfectas.
El conjunto de manifestaciones que habéis tenido en este tiempo, será estudiado
con sumo interés y en ella encontrará la humanidad las grandes verdades y las
grandes revelaciones, porque nada es pequeño en mi Obra.
Tened confianza en que esta palabra os llevará por camino certero, porque si en
aquél tiempo pasó Jesús y muchos no lo sintieron, ahora debéis preparar vuestro
corazón para que reciba la esencia que he traído a la humanidad. La promesa que
hice a mis apóstoles de volver, la he cumplido, mas aún tengo muchas lecciones
que daros a conocer.
¿Qué me estoy manifestando entre rudos, torpes y pecadores? Ciertamente, os lo
dí a comprender en aquel tiempo, que mi venida sería cuando hubiese grande
perversidad en el mundo.
Una gran confusión os fue pronosticada también y que está por llegar; es
menester que para entonces exista un faro luminoso que guíe a los náufragos y
puedan encontrar la ruta certera, y os digo en verdad que ese faro ya ha
encendido su luz y alumbra al mundo: Yo, que me acerco al corazón del hombre
para hacerle oír mi voz.
De nuevo os digo que el que guarde mi palabra y observe mis enseñanzas, ese
será salvo.
Yo no vengo a despertar fanatismo religioso entre los hombres; mi Doctrina está
muy lejos de enseñar falsedades; Yo quiero enmienda, fe, caridad,
espiritualidad. El fanatismo es venda de obscuridad, es pasión insana, es
tiniebla; velad para que esa mala simiente no penetre en vuestro corazón, mirad
que a veces el fanatismo tiene la apariencia del amor.
Comprended que esas tinieblas han invadido en estos tiempos a la humanidad. Ved
como a pesar de que los pueblos paganos han desaparecido de la Tierra y de que
la mayor parte de la humanidad profesa un culto al Dios verdadero, los hombres
no me conocen ni me aman, porque sus guerras, sus odios y su falta de armonía
son la prueba de que no me dejan aún vivir en su corazón.
Sobre las tinieblas de ese fanatismo religioso y de esa idolatría, se aproximan
grandes torbellinos que habrán de depurar el culto espiritual de esta
humanidad. Cuando esa obra haya sido realizada, brillará en el infinito el iris
de la paz.
Solo mi voz en su justicia divina, es la que puede deciros que no habéis
cumplido vuestra misión en la Tierra, ni en el espacio espiritual, cuando por
él habéis pasado.
Para Mí no existen obstáculos para comunicarme con los hombres y hacerles
conocer mi voluntad, ved que no ha sido menester de hombres justos para mi
manifestación, porque os he dado mi
palabra a través de pecadores, y en ello podréis hallar una prueba más de mi
poder y de mi caridad.
Quiero que todo aquel a quien llegare este mensaje, se purifique aquí en la
Tierra con la práctica de esta Doctrina celestial, para que cuando retorne al
Más Allá, lo haga ya limpio de espíritu.
Cada palabra que brota de Mí es de vida eterna, hoy la estáis recibiendo a
través del portavóz humano.
Os digo, que es buen indicio que en este tiempo os hubiéseis comunicado con el
Padre a través de vuestro entendimiento, mas también debéis saber que esta
forma no es la meta, ni la cumbre de la perfección; que ya antes y en todos los
tiempos, el Señor había hablado al mundo por bocas humanas, mas esta
comunicación, en medio de una humanidad materializada y de un mundo insensible
a lo espiritual, es un prodigio que mañana atribuirán los hombres sólo al amor
que Dios tiene por vosotros, pero también es una prueba de que el espíritu del
hombre tiende a elevarse espiritualmente.
Esta es la alborada de una nueva era; los primeros rayos comienzan a despertar
a los hombres. Cuando vuestra fe y elevación me conciban más allá de lo que
entendéis por justo, por eterno y por perfecto, me veréis en lo infinito
enviando mi luz a todo ser.
Mi Divinidad será para vuestro espíritu, como la luz del medio día, como astro
que ilumina y da vida al universo, brillará el zenit, y los corazones, al
comunicarse con su Padre, recibirán directamente sus rayos divinos a través de
la comunicación perfecta de espíritu a Espíritu, que es la meta y el ideal para
la armonía entre el Padre y los hijos, y también entre hermanos.
Debo preguntaros, pueblo:¿Qué habéis hecho de la simiente que os he confiado?
¿Qué habéis sembrado en vuestros campos? ¿habéis limpiado los caminos, para que
vuestros hermanos puedan llegar a Mï? Grandes son las multitudes que me
escuchan en este tiempo, mas es pequeña la porción que en verdad me va
siguiendo. Contemplo lo más íntimo de vuestro corazón y os digo: No me busquéis
cual juez, buscadme siempre como Padre y como Maestro, entonces os abriré mi
arcano, y os sentiréis seguros.
En mi nuevo advenimiento, como en los tiempos pasados, he dejado abierto el
Arcano para revelaros muchas enseñanzas, porque hay gozo en el Padre cuando
revela nuevas enseñanzas a sus hijos, pero ¡Ay de vosotros si recibiendo
también mis mandatos divinos los olvidáis o los dejáis de cumplir por falta de
amor, porque habréis convertido a vuestro Padre en Juez!
¡Cuánto ha llorado María sobre vuestra miseria! ¡Cuánto es lo que debéis a su
ternura y a su amor! Lo mismo a los que la llaman como a los que la ignoran, a
todos los hace sentir su calor maternal y la dulzura infinita de su caricia. En
verdad os digo que antes que los espíritus lleguen a Mí, tienen que encontrar
en su camino a María la divina Madre.
También tenéis un pastor en este tiempo. Como Moisés os saco de Egipto y
reunidos os llevó por el desierto hasta la falda del Sinaí, para que
escucháseis la voz del Padre y recibiéseis la Ley, así en este tiempo, Elías os
ha entresacado de diferentes puntos de la Tierra, para traeros por el camino de
la preparación espiritual, hasta la falda del nuevo monte, desde el cual oís mi
voz divina y recibís la revelación.
He aquí a Elías, aquel que junto a Moisés y Jesús, contemplaron los discípulos
en una visión espiritual sobre el Monte Tabor. Esta es su Era. Fortaleced
vuestro espíritu con el calor de su presencia y despertad a la esperanza.
De cierto os digo, que este tiempo de trascendencia en la Tierra, lo es también
en todo el Universo y que mientras a vosotros os hablo en esta forma, en otros
mundos y en otros valles, me hago sentir también. Mi Espíritu es omnipresente.
Orad, pueblo, con espíritu y pensamiento de paz, para que venzáis las
tentaciones. No os conforméis con la paz de vuestro hogar o de vuestra nación.
Trabajad por la paz de todos vuestros hermanos. “Amaos los unos a los otros”.
¡Toma de mi amor y mi bendición en Mi nombre que Soy el Padre, el Hijo el Espíritu Santo, la paz de mi Divinidad nunca se aparte de Vosotros!
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