Unos han llegado a escuchar mi palabra en este tiempo a hora
temprana, otros han llegado tarde; mas de cierto os digo que no es lo largo o
lo corto del tiempo que me hayáis escuchado lo que os dará la elevación y el
adelanto, sino el anhelo y el amor con que abracéis mi Doctrina y la caridad
que exista en vuestras obras.
Venid a Mí los que os encontráis cansados, tristes y
hambrientos de amor, aquellos a quienes la humanidad haya tratado mal. Venid a
Mí enfermos, Yo os haré sentir el dulce amor de mi caridad. Vengo a apartar
vuestra amargura para convertiros en los hijos de la paz, de la luz y de la fe.
¿Me preguntáis porqué he venido a vosotros? Porque veo que habéis olvidado el
camino por donde debéis retornar al seno de donde brotásteis y Yo os lo vengo a
mostrar nuevamente.
El camino es mi Ley y por medio de su cumplimiendo alcanzará
inmortalidad el espíritu. Os estoy mostrando la puerta tan estrecha como el
camino que en aquel tiempo os señalé con mi enseñanza.
Estoy reedificando el templo al que me referí cuando dije a
mis discípulos que maravillados contemplaban el templo de Salomón: "De
cierto os digo que de él no quedará ni piedra sobre piedra, mas Yo en tres días
lo reedificaré". Quise decir que todo culto exterior por suntuoso que a la
humanidad parezca desaparecerá del corazón de los hombres para levantar en su
lugar el verdadero templo espiritual de mi Divinidad. Este es el Tercer Tiempo,
o sea el tercer día en el que Yo terminaré de reedificar mi templo.
Discípulos, mi palabra se desborda sobre vuestra mente para
que cuando llegue la hora en que ya no la escuchéis, no quede en vuestro
corazón hambre o sed de escucharme.
"Amaos los unos a los otros" desde aquí en la
Tierra pensando que todos estáis unidos por lazos espirituales indisolubles y
que irremisiblemente llegará el instante en que todos estaréis unidos en el
valle espiritual. No labréis sólo remordimientos para aquella vida, ni esperéis
tener que avergonzaros en presencia de aquellos a quienes ofendisteis.
Los que han desarrollado el don de videncia podrán
testificar mi presencia; mas los que no han logrado desarrollarlo y les falta
fe dicen: quisiera ver para poder creer.
Quisierais que os mostrase mi herida para contemplarla y
hundir en ella vuestros dedos, mas Yo os digo: Tomás pidió esa prueba y le fue
concedida, mas luego lloró su falta de fe y dio su vida por testificar mi
doctrina. Si Yo os concediera esta gracia ¿Haríais lo mismo que aquel
discípulo?
El día en que os doy mi lección es día de gracia porque la
paz de mi Espíritu se derrama en todo el Universo. Como dueño absoluto de todo
lo creado, hago sentir mi presencia en todos pidiendo a cada ser y a cada
criatura que me muestren el cumplimiento de su misión. Finalmente busco mi
templo en el corazón del hombre para habitar en él.
El pueblo que escucha mi palabra no sabe si al presentar sus
obras ante Mi resulten de mi agrado. ¡Ah si en vez de temores sólo tuviéseis
gozo cuando desciende mi rayo divino! Mas vuestra fe es pequeña y vuestro
presentimiento nada os ha dicho aún acerca de la batalla que se aproxima por lo
que es menester que Yo os diga que bajo la luz que difunde el Sexto Sello se
unirán todas las creencias, religiones y sectas de la Tierra para rendir un
solo culto al Dios único que todos buscan.
Sobre estas tierras áridas ha descendido el riego fecundante
del dolor y pronto se hallarán preparadas para recibir la simiente espiritual.
Me encuentro preparando un pueblo, el cuál crecerá de día en día. Lo formaré
con hombres de todas las razas y su primera misión consistirá en abrir surcos
en la tierra con sus obras de amor para sembrar más tarde la simiente de mi
verdad.
¡Cuánto tendréis que meditar en mi doctrina y preparar
vuestro corazón para presentar a vuestros hermanos un testimonio y un ejemplo
verdadero con el amor y la caridad de vuestras obras!
Aprovechad estas enseñanzas porque éste es el instante en
que mi luz, al llegar al entendimiento del portavoz, se hace palabra en sus
labios y os habla del reino espiritual al que todos estáis invitados a morar.
Vengo a hablar al hombre cuyo ser brotó de la fuente
creadora de Díos, el que por haber recibido el soplo divino en su espíritu está
en aptitud de comprender a su Padre y tener comunicación espiritual con El.
Yo soy vuestro Padre, de mi Espíritu surgió la idea de
haceros nacer a la vida y esta inspiración se hizo obra. En mi Espíritu estuvo
la voluntad de formaros y el hombre fue hecho, quise que tuvieseis semejanza
Conmigo como corresponde entre un padre y sus hijos y os di espíritu, y por ese
espíritu seréis entre todas las criaturas los más próximos a Mí.
Al espíritu le he confiado una mision en el mundo material
para que en él encontrase un campo extenso para su evolución, un mundo de
lecciones y de pruebas pequeñas y grandes que fueran escala, crisol y valle de
expiación.
Al espíritu le fue confiado el cuerpo humano para que en él
encontrase el medio más eficaz y perfecto para desarrollarse. Cuerpo dotado de
cerebro para que a través de él manifestara el espíritu su inteligencia;
poseedor de fibras sensibles para que percibiera toda sensacion; tambien en el
cuerpo fue puesto el corazón para que el amor y todos los buenos sentimientos
que de él se deriven pudiesen tener un intérprete humano; mas esa criatura
donada con tanta gracia por el Padre, para ofrecérsela como un báculo al
espíritu destinado a encarnar en ella, quise que fuese débil para que en ella
luchase el espíritu y nunca se confiara a las inclinaciones de la materia.
La carne en su debilidad es caprichosa y sensual; ama lo
bajo y por lo tanto hay que gobernarla. ¿Quién podría cumplir mejor esa misión
sino el espíritu dotado de fuerza, luz, inteligencia y voluntad? Para que el adelanto y la evolución del
espíritu alcanzara a tener méritos ante Dios y ante sí mismo le fue concedido
el libre albedrío o sea la libre voluntad para elegir el camino del bien o del
mal, ascendiendo o descendiendo por sí mismo.
Así surgió la lucha en el interior del hombre, lucha del
espíritu y la materia, ¿Quién vencería al final de la batalla? El espíritu no
tenía armas porque comenzaba su jornada de evolución, en cambio el mundo y la
materia tenían muchas armas con que vencerle, muchas tentaciones con que
hacerle caer y muchas encrucijadas en donde perderlo,
El Padre, previsor y misericordioso, velando por el triunfo
y la salvación del espíritu, encendió en él una luz que a lo largo del sendero
fuese un faro que le guiase en las tinieblas, un juez interior en cada una de
las obras realizadas, un consejero que indujese al hombre siempre al bien
librandolo de caer en errores. Esa luz que a a través del espíritu llega hasta
la parte material del hombre es la conciencia, es la chispa divina que jamás se
apaga, el juez a quien jamás se puede sobornar, el faro que nunca cambia de
sitio, el guía que nunca equivoca el camino.
Ahí tenéis las tres partes de que está formado el hombre o
sean sus tres naturalezas, la divina, la espiritual y la material en una unión
perfecta para que el espíritu triunfe sobre las pruebas, sobre las pasiones y
las tempestades del mundo, y pueda llegar a poseer el Reino Espiritual.
Considerando que el pecado, los errores, las pasiones y el
mal en todas sus formas, han prevalecido siempre entre la humanidad, ¿Creéis
que pueda decirse que el espíritu haya perdido la batalla o que la conciencia
haya sido desoída? Por el momento podéis suponerlo asi; porque no han sido
pruebas pequeñas a las que ha sido sujeto el hombre y por eso muchos de ellos
no las han resistido, y ha sido necesario que en su caída apurasen el cáliz del
dolor para que despertaran y escucharan aquella voz por tanto tiempo desoída,
Este es el tiempo de la conciencia, del juicio y del balance
como el Segundo Tiempo fue el del nacimiento hacia la espiritualidad y el
Primero el de la Ley natural.
En tres formas distintas pero formando las tres una sola
esencia me he manifestado ante la humanidad, por lo que ha habido quienes
miraron tres dioses en donde sólo existe uno.
Yo soy Uno y sólo admito que me atribuyáis una Trinidad
cuando comprendáis que en el Primer Tiempo me manifesté en justicia, que en el
Segundo os revelé mi amor y que os reservé para el último tiempo la sabiduría.
La sabiduría es el libro que hoy se abre ante vosotros
mostrándoos su contenido de infinita luz, de revelaciones no presentidas y de
conocimientos jamás alcanzados. Sólo allí sabréis lo que existe más allá de
vosotros y os explicaréis el por qué de muchas de mis enseñanzas de ahora y de
tiempos pasados.
¿Qué sabéis sobre el Más Allá? ¿Qué sabe el hombre de lo que
existe después de esta vida? ¿Qué sabéis acerca del por qué nacéis y del por
qué morís?
Todo aquéllo que llamaís injusticias de Dios o ironías del
destino y que deberíais llamar justicia, os lo explicaréis claramente cuando
aprendas las lecciones que el Libro de la Sabiduría viene a revelaros en el
Tercer Tiempo a través de vuestra conciencia.
¿No os profetizaron que todo ojo me vería en este tiempo?
Con ello os quise decir que todos conoceríais la verdad, que soy Yo.
¿Cómo concebís que habiendo estado vosotros ante la luz del
Espíritu Santo pudiérais permanecer para siempre en las tinieblas?
Contemplad a la humanidad ocupada en destruirse y odiarse,
en arrebatarse el poder unos a otros sin detenerse ante el crimen, el hurto o
la traición. Ahí tenéis a los hombres que por millones sucumben víctimas de sus
semejantes y otros que perecen bajo el efecto del vicio, ¿Hay luz en ello?
¿Habla el espíritu que en ellos existe? Lo que hay es tiniebla y dolor,
resultado del abuso del don del libre albedrío y de no escuchar la voz
interior, de no mirar la luz de esa chispa de Dios que todos lleváis en vuestro
ser y que es el destello divino al que llamáis conciencia.
Hasta el abismo ha descendido el hombre y hasta allí le ha
acompañado la conciencia en espera del instante propicio de ser escuchada.
Pronto esa voz se hará oír en el mundo con una fuerza tan grande que ahora no
podéis imaginar, pero que hará a la humanidad salir de su abismo de orgullo, de
materialismo y de pecado para lavarse en las aguas de su arrepentimiento y
comenzar a elevarse por el camino de la espiritualidad. Yo ayudaré a todos mis
hijos porque soy la resurrección y la vida que viene levantando de su tumba a
los muertos. En esta vida que hoy vengo ofreciendo a la humanidad, los hombres
harán mi voluntad renunciando al libre albedrío por amor, persuadidos de que
quien hace la voluntad del Padre no es un siervo ni un esclavo, es un hijo
verdadero de Dios. Entonces conoceréis la verdadera dicha y la paz perfectas
que son fruto del amor y de la sabiduría.
Pueblo, me pedís perdón por todos los errores que habéis
cometido porque mi palabra ha llegado a conmover a vuestro espíritu y Yo os
pregunto: ¿Porqué no sentís este mismo arrepentimiento cuando la voz de vuestra
conciencia os está reprobando alguna de vuestras obras? ¿Es que esa voz
interior y la que se manifiesta a través de estos portavoces son diferentes una
de otra? Reflexionad y comprended que no siempre me vais a estar escuchando en
esta forma para poder arrepentiros; es necesario que os vayáis espiritualizando
y que cada día escuchéis con mayor claridad la voz de vuestra conciencia que
existe en vosotros como un libro de sabiduría y de amor.
Comprended que aunque aparentemente la Creación ha sido
terminada, sin embargo todo evoluciona, todo se transforma y se perfecciona.
¿Podría vuestro espíritu escapar a esa Ley divína? No mis hijos. Nadie podrá
decir la última palabra sobre lo espiritual, sobre la ciencia ni sobre la vida,
porque son obras mías que no tienen fin.
Os enseño a ocupar dignamente el lugar que a cada uno he
destinado y a caminar con mansedumbre y a la vez con firmeza por el sendero que
mi caridad os ha trazado. Mi palabra celestial lo mismo ilumina al que ocupa
lugar de señor que al que cumple la misión de siervo; es a semejanza de la luz
del sol que a todos ilumina.
Los hombres aún no han cumplido en la Tierra con sus obras
más grandes, aquellas que lleven a mi corazón de Padre una divina satisfacción.
Todavía muchas de sus obras maravillosas, dentro de lo humano, resultan
pequeñas si sus autores las juzgan con mis leyes de amor. Ahí tenéis la razón
de por qué muchos hombres de ciencia no quieren asomarse a lo espiritual,
porque saben que ahí está la presencia del que todo lo sabe, del que todo lo ve
y todo lo juzga. Prefieren negar mi existencia creyendo con ello acallar la voz
de su conciencia.
No creáis que Yo juzgue mal a mis hijos por el hecho de
querer conocer los misterios de la Naturaleza, no; mi sabiduría es la herencia
divina que tengo para mis hijos; mas sí juzgo la finalidad o la intención de
los hombres de ciencia cuando ellas no están encaminadas a los fines para los
cuales les es revelada.
Si Yo os digo que mi sabiduría será vuestra, ¿Creéis que una
sóla existencia pueda ser suficiente para saber todo lo que tengo que
revelaros? Si os digo que la ciencia humana no la podréis adquirir sin recorrer
el extenso camino de la evolución, menos podréis adquirir el conocimiento de lo
espiritual sin una completa evolución de vuestro espíritu.
No vengo a poner en pugna la espiritualidad con la ciencia
porque ese error ha sido de los hombres mas nunca mío; por el contrario, vengo
a enseñaros a armonizar lo espiritual con lo material, lo humano con lo divino, lo pasajero con lo eterno; sin
embargo os declaro que para andar por las sendas de la vida es menester conocer
antes el camino que os traza la conciencia, cuya ley espiritual procede del
Espíritu Divino.
El hombre cree estar haciendo su voluntad, cree estar libre
de toda influencia superior a él y hasta llega a creerse absoluto y forjador de
su propio destino sin presentir que llegará la hora en que todos comprendan que
fue mi voluntad la que se hizo en ellos.
Muchas obras de justicia divina se verán en la Tierra; entre
ellas veréis a los hombres de ciencia descender hasta los humildes, aquellos
que en su corazón lleven la semilla de la espiritualidad o que hayan
desarrollado el don de la comunicación de espíritu a Espíritu para escuchar a
través de ellos las revelaciones que su mente no descubrió.
A vos pueblo que me escucháis os digo una vez más que toméis
en cuenta mis lecciones porque se acerca el instante en que esta manifestación
termine y entonces el que se alimentó, aprendió y retuvo, ése será fuerte; mas
el que no comprendió o la interpretó a su voluntad será débil.
¿Veis cuántas multitudes me rodean en este tiempo de
comunicación a través del entendimiento humano? De cierto os digo que después
de 1950, pocos serán los que me sigan.
Hoy no sabéis lo que os digo, mas entonces lo comprenderéis.
Presentid con vuestro espíritu la escala que ante vosotros
se eleva hasta el infinito; es como una senda luminosa que os invita a llegar
al seno del Padre que es seno de paz y de gozo inefable.
Os encontré perdidos como náufragos sin brújula, como
peregrinos extraviados en el desierto; mas os envié una luz que os ayudó a
encontrar un sendero lleno de esperanza, de fe y de consuelo que animó a
vuestro espíritu inundándolo de vigor y energías para seguir en pos de la meta
prometida.
En el final de la Escala, allá en la cumbre, existe una
morada a la cual estáis predestinados todos a llegar, pero a la que es menester
conquistar con méritos, con fe, con gran amor y desmedida caridad, derribando
obstáculos, venciendo adversidades, dominando enemigos, hasta que al fin
lleguéis a la nueva Tierra Prometida que no es de este mundo.
Esa escala es un camino recto en el que no hay encrucijadas
ni laberintos con lo que os doy a entender que en el cumplimiento de Mi Ley no
hallaréis complicaciones.
Vais a marchar finalmemente por ese camino, vais a luchar
por vuestra elevación, Yo os haré fuertes, comprended que si no es con mi poder
y mi luz, ¿Con cuáles armas vais a luchar y a defenderos? Si Yo no os prestase
mi espada de luz ¿Con qué venceríais vuestras tentaciones: Si no os cubriese
con mi manto ¿Cómo podríais libraros de vuestros enemigos? Mas en verdad os
digo que también mi protección y la luz de mi espada tendréis que ganarlas con
vuestros méritos.
03-079.50 Vuestras huellas quedarán impresas en la senda espiritual
que se abre ante vosotros; ellas serán ejemplo de buenas obras, de
renunciaciones, de actos nobles, de amor elevado y de caridad sin límite.
03-079.51 Cada quien tiene trazado su destino con su misión espiritual
y su misión humana; ambas deben armonizar y tender hacia un mismo fin y en
verdad os digo que no sólo tomaré en cuenta vuestras obras espirituales sino
también las materiales porque a través de ellas también puede hacer méritos el
espíritu si en ellas hay amor y caridad hacia vuestros hermanos.
03-079.52 No estaréis solos en la caminata; adelante de vosotros, unos
más próximos y otros más distantes, existen muchos seres que también avanzan
paso a paso y que velan y oran por los que tras de ellos caminan. Su ideal no
es llegar solos, o ellos primero, sino preparar el sendero a sus hermanos para
que un día el gozo de los primeros sea el gozo de todos.
03-079.53 ¡Cuán hermoso contemplo ese camino! Cómo se recrea Mí
Espíritu viendo el adelanto de mis hijos y su esfuerzo por elevarse para
alcanzar nuevos grados de perfeccionamiento.
03-079.54 Allí hay seres de todos los mundos y moradas, unos en
espíritu y otros encarnados, todos desempeñando diversas misiones. Es en el
infinito en el que estáis construyendo vuestra morada para deleitaros mañana
con la paz del espíritu.
03-079.55 Mientras llegáis a la meta, aquietad vuestra mente que a
veces se asemeja a una tempestad y escuchad mi palabra, prestadle atención y
analizadla porque ella es la luz del faro de vuestra salvación. Muchos han
llegado a Mí como náufragos; mas les he dado mi paz que ha sido como barquilla
salvadora y les he enviado nuevamente a la mar en busca de sus hermanos que se
encuentran perdidos.
03-079.56 El que tenía la certeza de perecer y sintió de pronto que
una mano providente le rescató del abismo, es natural que después comprenda a
sus semejantes cuando les vea en esa misma situación y les tienda la mano.
03-079.57 Quien no conoce mi amor no podrá hacerlo sentir a sus
hermanos; mas el que sabe sentirlo a lo largo de su vida, ése da testimonio de
Mí y encuentra gozo haciendo con sus hermanos lo que el Padre ha hecho con él.
03-079.58 Oh pueblo amado, quisiera el Maestro que comprendieseis su
lección y practicaseis su enseñanza, Os he dicho que mi Doctrina es un camino
estrecho porque si os desviáis de él hacia un lado, os alejaréis de mis leyes
de amor, y hacia el otro estaréis en peligro de caer en fanatismo, que quiere
decir ceguedad y estancamiento. Las tentaciones están a los lados del sendero,
la luz divina brilla siempre adelante, en el horizonte, invitando a vuestro
espíritu a la elevación y a la perfección por el recto y estrecho camino del
bien.
03-079.59 Alguien me pregunta en su corazón: ¿Es forzoso amar para
salvarse? Y el Maestro responde: No, no es forzoso amar para salvarse porque el
amor no se da por la fuerza, debe brotar natural y espontáneamente, El que ha
formulado esa pregunta es porque aún no ha nacido en él ese sentimiento; mas
llegará a germinar y a florecer y entonces comprenderá que el amor en el
espíritu es algo que ha nacido con él como los frutos de la tierra, que lo más
natural es que en su corazón lleven la semilla que es germen de vida, Así en el
espíritu, es el amor el germen de eternidad.
03-079.60 Habéis comprendido, discípulos, mas luego os asalta la duda
de que esta humanidad pueda salvarse por el amor, si precisamente es de lo que
carece. A lo cual os digo que el amor es como una simiente divina que no puede
morir jamás, que permanece oculta en lo más recóndito de corazón del hombre, y
que si hasta ahora no ha germinado es porque no ha sido regada con el agua de
la verdad, porque el riego que ha recibido ha sido de aparente amor. Egoísmo,
falsedad, hipocresía, vanas palabras de luz, es lo que día a día recibe el
corazón de la humanidad, y ¿Es posible que el corazón se alimente de algo que
no contenga esencia de eternidad?
03-079.61 Yo, el Divino Sembrador, el que labra las tierras con amor
para darles vida, llegué para regarlas con mi propia sangre y ahora, en este
Tercer Tiempo, os daré una prueba más del poder y de la vida que posee la
semilla del amor.
03-079.62 Si os he llamado labriegos de mis tierras no es porque ya lo
seáis verdaderamente sino que Yo quiero que trabajéis junto Conmigo en esta
divina tarea de salvar por amor a vuestros hermanos.
03-079.63 Habéis peregrirnado mucho y Yo os digo en este tiempo:
¡Detenéos y descansad! A través de vicisitudes habéis perseverado tras de mi
huella. Dejad toda esa amargura que habéis recogido en la larga jornada. Si al
empezar a recibir en vuestro corazón esta simiente, miráis que cada vez os
entrego más y no os pido cuenta de ello, sabed que tenéis el deber de cultivar
esa simiente en vuestra vida porque llegará el día en que me presente como
administrador de mis tierras y os pida cuenta de vuestra labor. Trabajad con
amor y ahinco, pero también con sencillez y naturalidad; no quiero que os
llamen fanáticos, no quiero que mi Obra se haga una obsesión en vuestra mente.
Entregad mi verdad a través de una verdadera caridad y no pidáis nada en cambio
que Yo os haré justicia.
03-079.64 Recreaos sabiendo que lleváis una bella misión que vuestro
Padre os ha encomendado y pensad siempre que si vuestra cruz es pesada, tenéis
por Cirineo al Todopoderoso; escalad la pendiente que no es precisamente el
Gólgota el que os espera, sino mi amor de Padre.
03-079.65 Velad para que esta revelación no sea alterada por nadie.
Depurad vuestras prácticas cuanto podáis y aumentad vuestra comprensión y
espiritualidad. Mi Obra es perfecta en todas sus partes, mas cuando encontréis
algo que juzguéis imperfecto, estad ciertos de que esa imperfección no es
divina sino humana. Orad por todas las naciones del mundo, ved como día a día
se purifican por el dolor y vuelven a mancharse con el pecado. Orad para que la
luz sea en ellos y conociendo en que instante se encuentran limpios, sepan
retener esa pureza porque serán dignos de tenerme y sensibles para sentir mi
presencia.
03-079.66 Yo bendigo a todos los pueblos, a los que me aman y a los
que me desconocen, lo mismo a los que me siguen, como a los que se han alejado
de Mí. Todos estan señalados para llegar a mi presencia y tarde o temprano
hallarán el camino que les conduzca a la morada del Padre que amoroso les
espera.
03-079.67 Todos llegaréis a la mesa donde los primeros se han recreado
y contemplaréis que también hay lugares y manjares que os estan esperando.
Aplicad esta parábola, tanto a la vida material como a la espiritual, Y
comprenderéis que quienes cumplan con las leyes de la vida humana y con las del
espíritu, no tendrán por qué sentir el dolor. Meditad sobre estas enseñanzas y
concentrados en el fondo de vuestro corazón escuchad la voz de vuestra
conciencia.
¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS!
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