He aquí mi lección, discípulos amados, analizadla y poned en
práctica mi divina enseñanza. Esta semilla que os confío es sagrada;
cultivadla, comprended que de ello depende el fruto que logréis.
En el Segundo Tiempo os dije: "En la casa de mi Padre
hay muchas moradas", es decir, existen muchos mundos en donde el espíritu
puede alcanzar su completa evolución. Haced méritos para que alcancéis un lugar
elevado en las moradas donde brille con más intensidad la luz y la paz
espiritual. ¿En dónde penetraréis después de éstá vida: Sólo Yo lo se, por eso
os digo que con obras buenas labréis una escala por donde podáis ascender hasta
alcanzar la verdadera paz espiritual y que no retardéis el momento en que
vuestro espíritu reciba el galardón que haya conquistado con esas obras de amor
hacia sus hermanos.
Veis que no son castigos los que esperan al que no haya
cumplido con la misión que el Padre le encomendara. Sólo vais a recoger el
resultado de vuestras obras.
No es en el tribunal creado por la imaginación humana donde
me veréis en aquella hora de juicio; será en mundos desconocidos donde penetren
los espíritus para encontrar una luz más pura y más brillante que ilumine a los
que hayan ido en la vida en pos de la verdad y de la elevación. Los que no
buscaron mi verdad llegarán a lugares de expiación en donde restituirán a su
espíritu su pureza para después seguir adelante y llegar a Mí, porque ninguno
se perderá.
¡Cuán decisiva será en ese instante la misión de vuestra
conciencia! porque nadie podrá callar la voz de ese juez que vive unido
indisolublemente a vuestro espíritu. Analizaréis todos los actos de vuestra
vida y ninguno se sentirá juzgado con exceso de rigor o sobra de benevolencia.
Ahí será donde esa luz que puse desde el principio para que iluminara el camino
del espíritu brillará intensamente.
Amáos de una nación a otra, uníos en una sola hermandad para
que mañana cuando habitéis en distintas moradas podáis amaros de un mundo a
otro.
De cierto os digo que no existe día más feliz para un
espíritu que aquel en que presenta su cumplimiento delante de su Creador, si
ese fruto resulta agradable ante su infinita sabiduría.
Los espíritus de luz, aquellos a quienes llamáis ángeles,
vendrán a vuestro encuentro para presentaros delante de vuestro Padre.
Vuestras gargantas exclamaron en el Segundo Tiempo al ver
venir a Jesús: "Hosanna, hosanna al que viene en el nombre del
Señor"; ahora, cuando sentís que mi Espíritu se acerca a vosotros abrís
las puertas del santuario de vuestro corazón, penetráis en silencio en él y me
mostráis el gozo interior que os embarga.
Soy el mismo de aquel tiempo, vosotros también sois los
mismos, mi enseñanza la misma también; sin embargo, vuestra evolución es mayor
y por eso buscáis una comunicación y un culto más perfecto hacia vuestro
Creador. Ahora, cuando oráis, vuestro espíritu desprendido de la materia, se
confunde con los ángeles que pueblan el espacio espiritual para entonar unido a
ellos un himno que no es de la Tierra sino del Cielo.
Cuando la humanidad conmemora el nacimiento del Salvador, se
llena el corazón de los hombres de una alegría y de una esperanza que no
sabrían explicar; lo mismo acontece cuando conmemoráis la pasión y el
sacrificio de vuestro Señor; experimentáis, aunque sea por un instante una
tristeza inexplicable y es que siempre estoy naciendo y muriendo en el corazón
de los hombres.
He querido que todos viváis eternamente y puedo hacerlo
porque Yo soy la vida; para eso siempre me he manifestado a mis hijos bajo
diversas formas y por ello os he entregado mi Ley, para que ella os señale el
camino por el que podáis llegar a Mí. Cuando la humanidad se ha considerado
perdida para la vida eterna, he venido a darle mi perdón y a borrar con mis
lecciones de amor sus manchas permitiéndole restituir sus pecados.
Sobre las tablas de la Ley del Primer Tiempo, cuánta sangre
ha caído tratando de borrar lo que en ellas estaba escrito; sobre mi Doctrina
del Segundo Tiempo cuánta profanación se ha hecho sin poder llegar a empañar su
luz; mas todo lo he perdonado porque el perdón es resurrección y es vida y os
he dicho que "Yo soy El Camino, la Verdad y la Vida".
Alguno suele preguntarme: Maestro, si perdonáis nuestras
faltas ¿Por qué dejáis que con dolor las lavemos? A lo que os digo: Yo os
perdono, pero es necesario que reparéis esas faltas para que devolváis a
vuestro espíritu su limpidez.
En el Segundo Tiempo os dije: "Pedid y se os dará,
llamad y se os abrirá" Ahora os digo que vuestra mano llame siempre a la
puerta del Padre y no a la del Juez. Buscad mi amor, mi sabiduría, mi perdón,
pero no busquéis mi justicia que es inexorable.
La virtud ha sido menospreciada y tenida como algo nocivo o
inútil; ahora ha llegado el tiempo en que comprendáis que sólo la virtud os
salvará, os hará sentir la paz y os llenará de satisfacciones; pero todavía ha
de sufrir muchos tropiezos y vejaciones la virtud para poder penetrar en todos
los corazones; los soldados que la defiendan tendrán que luchar con gran esfuerzo
y fe. ¿En dónde están esos soldados del bien, de la caridad y de la paz?
¿Creéis ser vosotros? Os examináis interiormente y me contestáis que no sois
vosotros; en cambio, Yo os digo que con buena voluntad todos podéis ser de esos
soldados. ¿Para qué creéis que he venido entonces entre vosotros?
Si ponéis de vuestra parte todo vuestro amor por esta causa,
tendréis el mérito de haber preparado el camino para el advenimiento de las
nuevas generaciones que traerán al mundo un mensaje de felicidad.
Mucho de lo que os he hablado en mis leccioncs es para que
lo cumpláis; mas también reconoced que en vosotros estoy hablando a vuestros
hijos. Oíd y analizad para que vuestra envoltura se doblegue mansamente y ayude
a marchar a vuestro espíritu por el sendero que le estoy trazando con mis
lecciones de amor.
El momento para que me encontráseis, os fue propicio; el
hambre os había agobiado y con el fruto de este árbol, habéis recobrado el
vigor.
Este tiempo es de peligro para la humanidad y los hombres
aún se encuentran distantes del Arca de salvación que es mi Ley.
Estoy preparándo a los discípulos que tendrán que demostrar
al mundo que no es un imposible, ni significa un sacrificio, el cumplimiento de
mi Ley.
Con amar a vuestros semejantes estáis a salvo; cumplir con
ese precepto no es una penitencia. A quien viva para servir a su propio
hermano, sintiendo y aliviando su dolor, le bastará una breve oración a Mí,
para que Yo por su conducto haga prodigios.
No envío todavía a mis emisarios a lejanas comarcas, porque
aún les falta mucho por aprender; cuando se sientan fuertes y dispuestos desde
el interior de su corazón me dirán: Maestro, ya estamos preparados. Yo
penetraré en el santuario de aquellos discípulos y ahí encontraré sumisión,
humildad, sabiduría y caridad.
Daré mi ósculo al labriego y le mostraré el camino; ese
sendero que aunque largo, lo acercará a Mí; en él están los abrojos, a sus
lados los abismos, a veces las acechanzas y los peligros, también las
tentaciones, pero quien persevera con fe en él, siente a cada paso mi
presencia, porque ya os he dicho que el camino soy Yo. ¿Quién podrá pensar que
Yo le abandone en la lucha? ¿Cómo podéis pensar que Yo me aleje de vosotros
cuando estáis en el cumplimiento de mi Ley, si en vuestro pasado no me he
apartado jamás de vosotros? Dejad que os pruebe; las pruebas de la vida
fortalecen al espíritu, dan temple al corazón y lo perfeccionan.
¿Cuándo soñarán los hombres con alcanzar la perfección de su
espíritu? Hoy ni siquiera tienen paz porque entre ellos no existe la buena
voluntad. La luz de los Cielos comenzará a reflejarse en este mundo, cuando en
los hombres surja esta buena disposición para encauzar su marcha por el sendero
de la fraternidad, del respeto mutuo, del amor de los unos hacia los otros.
Varones y mujeres de este pueblo: sois sencillos y humildes
y por eso os entrego mi enseñanza con palabras sencillas para que todos la
comprendan, Mi palabra es el baluarte de vuestra fe y de vuestra esperanza, y
los beneficios y caridades de que voy sembrando vuestra jornada son el
aliciente y el estímulo para que prosigáis el camino sin flaquear en las
pruebas.
La humanidad, dividida en reinos y naciones, presiente que
ha llegado el tiempo de mi manifestación espiritual; interiormente me espera y
me desea. ¡Cuán grato será para ella el anuncio que le llevéis de mi presencia
y de mi comunicación con vosotros!
Pueblo: Preparáos, para que seáis el heraldo de la buena
nueva; cuando ese tiempo llegue que no se cierre vuestra boca ni vuestro brazo
sea perezoso para sembrar y cultivar la porción de la tierra que os
corresponda.
Algunos pueblos ya han recibido la visita de los
precursores, pero es indispensable que los labriegos doctrinados por el propio
Maestro en el Tercer Tiempo lleguen a dar el riego a aquella simiente sedienta
del rocío de gracia.
¡Cuán pronto veréis dar buenos frutos a muchos pueblos que
hoy creéis duros de corazón y muy distantes de la espiritualidad!
Las tierras serán fértiles, porque han sido preparadas
grandemente; de ellas se apartará la ortiga y la cizaña hasta quedar limpias.
Así cuando a ellas lleguen mis discípulos, al contemplarlas dispuestas, me
dirán: Gracias Maestro.
El tiempo de esa predicación será anunciada por medio de la
campana sonora, la cual será echada a vuelo.
Esta nación estará dispuesta y ataviada para recibir a las
multitudes que buscando sustento y paz se acerquen a ella. Vosotros, preparáos,
limpiad vuestro hogar y aderezad el mejor manjar para que sentéis a vuestra
mesa al forastero.
De cierto os digo que en esas caravanas vendrán desde
pordioseros hasta reyes; los que encuentren hospitalidad y amor en vosotros
elevarán al infinito un himno de gratitud.
Los que han sido marcados por mi caridad saben que son
guardianes y soldados de esta Arca y que deberán destruir toda huella de
idolatría y fanatismo. Grande es la lucha que os espera pero la antorcha de
vuestra fe os salvará. Ya habéis sabido lo que es la calumnia, la persecución,
la intriga. Ya habéis sufrido todas estas pruebas, las cuales no os
sorprenderán si en vuestro camino vuelven a presentarse, porque no es un camino
de rosas el que conduce a mi Reino, es el que lleva grabada la huella
ensangrentada de mis pasos. Por eso os digo: Bienaventurados los que sufren por
mi causa persecución y calumnia, y les fuera negado el pan y el agua, porque
ellos llegarán a Mí y serán ensalzados.
No temáis a los insultos ni a la blasfemia; recordad que
ellas también fueron lanzadas sobre vuestro Maestro; no temáis que los hombres
digan de vosotros lo que no sois, recordad que a Mí me llamaron brujo y
hechicero; si el mundo os aborrece, recordad que a Mí me aborreció antes que a
vosotros.
Aprended a callar y dejadme a Mí la causa. Sed los
intercesores de los mismos que os ofendan y vuestro mérito será grande. Hoy
ignoráis muchas faltas de vuestros semejantes, mas cuando sepáis juzgar con
verdadera justicia sus faltas os serán reveladas porque entonces estaréis
capacitados para enseñar y salvar a vuestros hermanos.
Esos son los caminos del espíritu que el buen discípulo del
Espíritu Santo tendrá que conocer y recorrer sin perderse.
El hijo de la luz sabra andar entre tinieblas y entre ellas
sabrá encontrar al perdido para salvarle.
¿Cómo es posible que en este tiempo en que gime la humanidad
todavía estéis soñando con poseer grandes riquezas materiales? ¿Acaso os he dado
mi paz para que penséis tan sólo en vuestras ambiciones mundanas?
lncesantemente llegan a vosotros rumores de guerra y nada hacéis para
prepararos. Ha mucho tiempo que vengo pidiéndoos vuestra unificación y aún os
encuentro divididos. ¿Cuándo se sentirá toda la humanidad deseosa de unirse
espiritualmente en pensamiento y en voluntad? Ya os he dicho que el día en que
os unáis seréis la murralla invulnerable que rechace toda agresión. Ya
deberíais estar fuertes, porque el fruto de estos arboles ha sido abundante y
todo ha sido vuestro.
¿No lleváis en vuestro espíritu los prodigios que a cada
quien le he entregado? ¿No habéis comprendido que todo cuanto os he enseñado ha
sido una revelación de vuestro Padre? Si alguno se avergonzare de ser discípulo
de esta Obra, será porque no ha comprendido nada de mi enseñanza. Hoy aún
podéis estar tranquilos aunque faltéis a vuestros deberes espirituales; mas
llegarán las pruebas y entonces os lamentaréis y sonará vuestra hora postrera y
no sabréis cómo penetrar en aquel mundo que os espera, ni con que acallar la
voz de vuestra conciencia. Ved que por uno de vosotros que me cumple y obedece
¡Cuántos corazones llegan a mi presencia! Daos cuenta de cómo sois observados
en cada uno de vuestros pasos por aquellos que quisieran saber si realmente
estáis oyendo al Espíritu Santo.
¿Creéis que si de vuestros labios brota una blasfemia o una
palabra obscena, el incrédulo piense que sois discípulos de Cristo, el Verbo
Divino? ¿Son por ventura esas palabras y esas frases los proverbios y máximas
que os he enseñado? Los niños también os observan, ¿Por qué reñís delante de
ellos? Ved que con ese ejemplo lo que hacéis es que penetre entre los pequeños
la maldad de Caín. Pensad que ellos son vuestros próximos herederos, los que
dirán lo que vosotros aprendisteis y lo que fuisteis en el camino de vuestro
Dios y Señor.
Labrad un buen galardón para vosotros cultivando un buen
fruto para vuestros hermanos. Preparaos para los tiempos venideros porque antes
de mi partida aún habrá división entre vosotros, porque la tentación os tocará
a todos. Es necesario que veléis. Orad y practicad mi divina enseñanza; de
cierto os digo que estos cortos instantes que dedicáis a la práctica del bien,
harán sentir sus benefícios aun en muchas de las generaciones posteriores a
vosotros. Nadie ha podido ni podrá trazarse su propio destino, eso pertenece
solamente a Mí. Confiad en mi voluntad y recorreréis la jornada hasta el fin
sin mayores tropiezos.
Juzgad bien cuando os digo que la hoja del árbol no se mueve
sin mi voluntad, así sabréis cuándo soy Yo quien os está probando y cuándo sois
vosotros los que llenáis vuestro cáliz de amargura para luego culparme,
Entonces os convertís en jueces y me tomáis por reo. Sabed reconocer vuestros
errores y enmendadlos. Aprended a perdonar los defectos de vuestros hermanos y
si no podéis corregirlos por lo menos tended sobre ellos un velo de
indulgencia.
Vuestra plegária por vuestros hermanos ha llegado hasta mí,
porque habéis penetrado en el santuario del Señor, y ahí vuestro espíritu se ha
sentido seguro. Los que buscan paz, los que buscan un sendero que los lleve a
una vida mejor, son los que van penetrando en mi santuário. Los que buscan
tesoros y honores del mundo afanosamente luchan por encontrar otros senderos.
Yo os digo que la paz que sólo está en mi Espíritu al fin sera anhelada y
buscada por todos.
03-064.46 ¿Quién o qué puede daros la verdadera paz del espíritu en la
Tierra? Sólo el infinito amor de vuestro Padre.
03-064.47 Existen ricos acaudalados que no tienen salud, ni conocen la
alegría, y hombres pobres que teniendo salud no saben lo que poseen y viven
amargados porque desean caudales o comodidades. No descubro ambiciones nobles
en el corazón de los hombres y cuando llegan a tenerlas no persiguen aquel
ideal por buenos caminos; la prueba la tenéis en esas guerras insensatas e
indignas de seres que poseen la luz de Dios.
03-064.48 Yo soy la paz, en mi sabiduría infinita existe cuanto podáis
desear, mas ¿Cuándo han orado los pueblos para alcanzar mi paz? ¿Cuándo han
puesto sus ojos en Mí los hombres que conducen y gobiernan a los pueblos?
¿Cuándo se han postrado los ejércitos a pedir perdón a su Padre Celestial
después de haber dado muerte a sus semejantes? Y es tan sutil la paz, que es
necesario velar y prepararse para saberla retener, para no dejar que retorne a
Mí. Mirad cómo vosotros quedáis llenos de paz después de escucharme y con esa
gracia salís de los recintos y llegais a vuestro hogar, pero ¡Cuán breves son los
instantes en que lográis retener en el corazón esa paz! Yo os he nombado
"el pueblo de la paz", "los hijos de la paz". Por eso no os
decidís a levantaros a enseñar la buena nueva, porque sabéis que para llevar la
paz es menester tenerla, mas ¿Cuándo vais a cumplir con ese sublime mandato?
03-064.49 Discípulos: aprended a retener mi paz, convertidla en espada
y destruid la discordia y la desunión que existe en vuestro hogar, id llenando
de paz la vida de los que os rodean para que os sirva esto de práctica y mañana
llevéis la paz a otros hogares y a otros pueblos. Esa es la semilla que estoy
depositando en vuestro alfolí.
03-064.50 Cuán pronto sería reconocido este pueblo si en su seno
existiera la paz y si en su vida lo demostrara; los huracánes, las tempestades
y los torbellinos se desvancerían al llegar ante la fuerza de vuestra paz;
mientras exista división entre este pueblo habrá fragilidad y sus puertas
estarán abiertas a las acechanzas.
03-064.51 Mi palabra en estos recintos ha descendido a torrentes, mis
prodigios han sido en abundancia para alentar vuestra fé. ¿Acaso no habéis
comprendido el sentido de mi Obra entre vosotros?
03-064.52 Os he llamado Israel para que os levantéis fuertes a
seguirme y llevéis mi paz y mi Ley al corazón de la humanidad. Este es vuestro
destino y llegará el tiempo en que surja en el mundo este pueblo lleno de
fuerza espiritual, Aparecera como luz en el tiempo de la confusión y de la
duda, cuándo el hambre y la sed de verdad sean mayores.
03-064.53 El Maestro os dice: Pueblo, que vuestra mano jamás se
encuentre vacía, que no sea mezquino vuestro corazón, porque no sabéis el
instante en que podrías veros cercados por las turbas de menesterosos o
abrumados por las preguntas de los escudriñadores. Vuestro deber es dar a todos
de lo mucho que en vuestro espíritu he derramado. No lleguéis a sentiros más
que nadie, ni a creeros los más amados y los dueños unicos de la verdad que
encierran las revelaciones divinas y las complacencias del Señor, porque
estaríais en peligro de caer bajo el dominio de otros como en los tiempos
antiguos cayó Israel en cautivero por su desobediencia a mis mandatos.
03-064.54 ¿Qué sentiría vuestro corazón si viese a vuestros hijos
alejarse del camino decepcionados de vuestro ejemplo? ¿Qué sentiría vuestro espíritu
si desde el más allá viera a las nuevas generaciones buscándome en la idoltría?
03-064.55 Las tribus aún están dispersas; la mayor parte de este
pueblo todavía no ha encontrado el camino; es menester que los que han oído
esta voz y han recibido mis mandatos velen y aguarden preparados la llegada de
las multitudes para que al ver vuestra unión y vuestro culto reconozcan mi
Doctrina y me sigan; no esperéis que sean de una sola raza o nación porque
entre ellos vendrán hombres de todas las razas.
03-064.56 Elías viene paso a paso conduciendo a su rebaño y en verdad
os digo que el instante en que unos y otros os encontréis pronto llegará.
03-064.57 Os he nombrado los fuertes de mi casa y os doy a cada
instante mi fuerza divina para que veléis por la misión que os he confiado,
orando en el interior de mi santuario que en cada uno de vosotros existe.
03-064.58 Bienvenidos seáis los que dejáis por unos instantes el mundo
para venir a escuchar mi palabra. De cierto os digo que por uno de vosotros que
aprendiera y practicara mi lección se salvaría una comarca, así como también si
todo este pueblo se preparase y con amor orase,
alcanzaría a salvar a la humanidad. No es que vuestro número sea
pequeño sino que vuestro amor es aún muy reducido. Por ahora limpiad vuestro
corazón. ¿Quién mejor que vosotros puede conocer sus defectos y sus manchas?
Comprendedlo y purificaos de todo aquello de lo que os reclame la conciencia.
03-064.59 Hay muchos que tratan de disculpar sus pecados y Yo os
pregunto: ¿Por ventura el Padre puso sobre el hijo ese fardo de trabajos y
sufrimientos? ¿No soy Yo quien ha venido en todos los tiempos a aligerar
vuestra carga de penalidades y sufrimientos?
03-064.60 A toda hora mi voz os llama al buen camino donde existe la
paz, pero vuestro oído sordo, sólo tiene un instante de sensibilidad ante
aquella voz, y ese instante es el postrero de vuestra vida, cuando la agonía os
anuncia la proximidad de la muerte del cuerpo. Entonces es cuando querríais
comenzar la vida para reparar yerros, para tranquilizar vuestro espíritu ante
el juicio de vuestra conciencia y poder ofrecer algo digno y meritorio al
Señor.
03-064.61 Yo soy el Camino y ese camino os lo he mostrado desde los
primeros pasos de la humanidad en la Tierra. Decidme: ¿Cuándo os he dejado sin
ayuda o sin luz? ¿En qué edad o en qué era he borrado mi Ley de vuestro
espíritu; Jamás he dejado de hablaros, por eso es que ahora os vengo pidiendo
vuestra cosecha. A través de mi nueva comunicación os he reclamado con divino
rigor y absoluta justicia y os hago responsables de vuestras faltas a mi Ley.
03-064.62 He nombrado discípulos a todos los que habéis escuchado esta
palabra, pero es menester que lo demostréis con vuestra conducta y que
extendáis esta buena nueva para que la humanidad actual prepare el camino de
las nuevas generaciones. Esos seres no deben venir a apurar el cáliz de la
amargura y del dolor desde los primeros días de su infancia porque ellos traen
otra misión; más si de ese cáliz les diéseis a beber, de ello me responderéis.
03-064.63 ¡Ah si supiéseis vivir con la sencillez de las aves que
viven amándose y que cuando sienten que el invierno se aproxima emprenden el
vuelo en busca de mejores climas, pero dejando preparados sus nidos en los
árboles para que sirvan de hogar a sus hermanos! El invierno de vuestra vida es
la vejez; mas vosotros que sois hombres de poca fe, miráis en ese invierno la
frialdad de la muerte y del fin sin comprender que siempre después del invierno
llega la primavera con sus renuevos, sus trinos y sus perfumes.
03-064.64 Esa poca fe en la resurrección espiritual despues de esta
vida es lo que os hace ocuparos de lo humano, de lo material hasta el último
instante de vuestra existencia, sin preparar las alas del espíritu para
emprender el vuelo y sin dejar un nido formado con virtud y fe para los nuevos
moradores.
03-064.65 No os asemejáis a las aves porque vuestro mundo no es de
paz; sois más bien soldados que luchan dentro de una batalla interminable y os
digo: luchad con nobleza, esgrimid armas de justicia; perseverad en el bien, el
bien es la verdad; dejad preparados los caminos para los nuevos soldados,
dejadles libre y limpio el campo para que en él triunfe al fin la razón, el
amor y la justicia mientras vosotros llegáis a descansar en Mí.
03-064.66 Tengo que hablaros así porque vuestro mundo vive envuelto en
guerras de toda índole. Cuando las pruebas llegan al mundo siempre le
sorprenden impreparado, porque mientras piensa y medita poco en lo eterno gusta
demasiado de los halagos del mundo y de la carne.
03-064.67 En verdad os digo, que si en este tiempo los hombres no
limpian las manchas que han dejado en su espíritu, vendrán los elementos como
heraldos anunciando mi justicia y mi gloria y purificando a la humanidad de
toda impureza.
03-064.68 Bienaventurados los hombres, las mujeres y los niños, que al
comprender la proximidad de aquella justicia glorifiquen mi nombre sintiendo
que el día del Señor es llegado porque su corazón les dirá que el fin del
reinado del mal se acerca. Yo os digo que éstos por su fe, su esperanza y sus
buenas obras serán salvos más ¡Cuántos de los que vivan en esos días van a
blasfemar!
03-064.69 Humanidad que creéis que se necesitan grandes riquezas y
posesiones terrestres para conquistar al mundo y olvidas a Cristo que nació en
un pesebre y que sin tener nada en la Tierra, sin embargo, conquistó el corazón
de la humanidad, hizo a los pueblos sus vasallos y fue proclamado Rey y Señor.
03-064.70 Cuando lleguéis a comprender y a sentir la verdad veréis
cuán fácil es para el espíritu seguir los pasos de su Maestro, aun en las
pruebas más duras. Haced cuanto este de vuestra parte, que Yo no os pediré más
de lo que podáis hacer; entonces habréis dejado preparado el camino para la
nuevas generaciones; os recomiendo a los niños y os encargo que les conduzcáis
por el camino certero. Congregadlos, habladles de Mí con amor y con ternura,
buscad a los desheredados, aquellos que viven perdidos entre miserias y vicios.
Doy esencia a vuestras palabras para que ellas sean camino de salvación cuando
broten de vuestros labios. Abrid delante de los inocentes el "Libro de la
Vida Verdadera", para que su espíritu despierte y sea grande al penetrar
en las revelaciones del Espíritu Santo; asemejaos a vuestro Maestro y seréis
escuchados.
03-064.71 Si en el Segundo Tiempo busqué un lugar humilde para nacer
en cuanto hombre y corazones donde habitar, vosotros no vayáis en pos de un
lugar que os haga notables; buscad la fibra sensible que existe en cada corazón
para que ahí depositéis mi semilla y mi bálsamo. El lugar para nacer en cuanto
hombre me fue indiferente, pero di hasta la vida porque mi amor naciera en
vuestro corazón. Ahora os digo: humanidad,la semilla de ese amor representada
en mi sangre, cayó en el corazón de todos los hombres, ¿Por qué ahora no amáis
ni cultiváis lo que Yo con tanto amor sembré?
03-064.72 No seáis sordos a esta voz, abrid vuestros ojos a la
realidad de este tiempo y emprended la jornada con plena confianza y fe, de
otra manera tendréis que despertar ciegos en el más allá y Yo os he dicho que
en aquella mansión no se debe penetrar con los ojos cerrados.
03-064.73 ¿Por ventura el Señor os pide imposibles? Sólo vengo a
enseñaros a sembrar amor para que recojáis al final el fruto de la vida.
Cultivad hoy el corazón de los niños para que mañana les escuchéis hablar de
las grandezas del Espíritu Santo.
03-064.74 Velad por las rosas y los lirios que son el corazón de la
juventud y mañana os deleitaréis con el florecimiento de la virtud. Enseñad a
orar con el espíritu y reconoceréis todos que esa es la comunicación perfecta
cuando sintáis que vuestro espíritu ha llegado a mi presencia y ahí se ha
sustentado con mi amor.
03-064.75 Hoy aún desciende mi rayo divino entre las multitudes; mas
recordad lo que oísteis cuando os decía: "Donde se reunan dos o tres de
mis hijos, ahí descenderé para darles mi palabra"; desde entonces ha
venido aumentando el número de mis oyentes hasta formar multitudes.
03-064.76 Si os cumplí mi promesa de volver, os cumpliré también mi
voluntad de partir; aprovechad debidamente los instantes que os restan de
escuchar mi palabra y quedaréis preparados como discípulos del Espíritu Santo.
¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS!
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