sábado, 7 de agosto de 2010

Cátedra Divina 64

He aquí mi lección, discípulos amados, analizadla y poned en práctica mi divina enseñanza. Esta semilla que os confío es sagrada; cultivadla, comprended que de ello depende el fruto que logréis.

En el Segundo Tiempo os dije: "En la casa de mi Padre hay muchas moradas", es decir, existen muchos mundos en donde el espíritu puede alcanzar su completa evolución. Haced méritos para que alcancéis un lugar elevado en las moradas donde brille con más intensidad la luz y la paz espiritual. ¿En dónde penetraréis después de éstá vida: Sólo Yo lo se, por eso os digo que con obras buenas labréis una escala por donde podáis ascender hasta alcanzar la verdadera paz espiritual y que no retardéis el momento en que vuestro espíritu reciba el galardón que haya conquistado con esas obras de amor hacia sus hermanos.

Veis que no son castigos los que esperan al que no haya cumplido con la misión que el Padre le encomendara. Sólo vais a recoger el resultado de vuestras obras.

No es en el tribunal creado por la imaginación humana donde me veréis en aquella hora de juicio; será en mundos desconocidos donde penetren los espíritus para encontrar una luz más pura y más brillante que ilumine a los que hayan ido en la vida en pos de la verdad y de la elevación. Los que no buscaron mi verdad llegarán a lugares de expiación en donde restituirán a su espíritu su pureza para después seguir adelante y llegar a Mí, porque ninguno se perderá.

¡Cuán decisiva será en ese instante la misión de vuestra conciencia! porque nadie podrá callar la voz de ese juez que vive unido indisolublemente a vuestro espíritu. Analizaréis todos los actos de vuestra vida y ninguno se sentirá juzgado con exceso de rigor o sobra de benevolencia. Ahí será donde esa luz que puse desde el principio para que iluminara el camino del espíritu brillará intensamente.

Amáos de una nación a otra, uníos en una sola hermandad para que mañana cuando habitéis en distintas moradas podáis amaros de un mundo a otro.

De cierto os digo que no existe día más feliz para un espíritu que aquel en que presenta su cumplimiento delante de su Creador, si ese fruto resulta agradable ante su infinita sabiduría.

Los espíritus de luz, aquellos a quienes llamáis ángeles, vendrán a vuestro encuentro para presentaros delante de vuestro Padre.

Vuestras gargantas exclamaron en el Segundo Tiempo al ver venir a Jesús: "Hosanna, hosanna al que viene en el nombre del Señor"; ahora, cuando sentís que mi Espíritu se acerca a vosotros abrís las puertas del santuario de vuestro corazón, penetráis en silencio en él y me mostráis el gozo interior que os embarga.

Soy el mismo de aquel tiempo, vosotros también sois los mismos, mi enseñanza la misma también; sin embargo, vuestra evolución es mayor y por eso buscáis una comunicación y un culto más perfecto hacia vuestro Creador. Ahora, cuando oráis, vuestro espíritu desprendido de la materia, se confunde con los ángeles que pueblan el espacio espiritual para entonar unido a ellos un himno que no es de la Tierra sino del Cielo.

Cuando la humanidad conmemora el nacimiento del Salvador, se llena el corazón de los hombres de una alegría y de una esperanza que no sabrían explicar; lo mismo acontece cuando conmemoráis la pasión y el sacrificio de vuestro Señor; experimentáis, aunque sea por un instante una tristeza inexplicable y es que siempre estoy naciendo y muriendo en el corazón de los hombres.

He querido que todos viváis eternamente y puedo hacerlo porque Yo soy la vida; para eso siempre me he manifestado a mis hijos bajo diversas formas y por ello os he entregado mi Ley, para que ella os señale el camino por el que podáis llegar a Mí. Cuando la humanidad se ha considerado perdida para la vida eterna, he venido a darle mi perdón y a borrar con mis lecciones de amor sus manchas permitiéndole restituir sus pecados.

Sobre las tablas de la Ley del Primer Tiempo, cuánta sangre ha caído tratando de borrar lo que en ellas estaba escrito; sobre mi Doctrina del Segundo Tiempo cuánta profanación se ha hecho sin poder llegar a empañar su luz; mas todo lo he perdonado porque el perdón es resurrección y es vida y os he dicho que "Yo soy El Camino, la Verdad y la Vida".

Alguno suele preguntarme: Maestro, si perdonáis nuestras faltas ¿Por qué dejáis que con dolor las lavemos? A lo que os digo: Yo os perdono, pero es necesario que reparéis esas faltas para que devolváis a vuestro espíritu su limpidez.

En el Segundo Tiempo os dije: "Pedid y se os dará, llamad y se os abrirá" Ahora os digo que vuestra mano llame siempre a la puerta del Padre y no a la del Juez. Buscad mi amor, mi sabiduría, mi perdón, pero no busquéis mi justicia que es inexorable.

La virtud ha sido menospreciada y tenida como algo nocivo o inútil; ahora ha llegado el tiempo en que comprendáis que sólo la virtud os salvará, os hará sentir la paz y os llenará de satisfacciones; pero todavía ha de sufrir muchos tropiezos y vejaciones la virtud para poder penetrar en todos los corazones; los soldados que la defiendan tendrán que luchar con gran esfuerzo y fe. ¿En dónde están esos soldados del bien, de la caridad y de la paz? ¿Creéis ser vosotros? Os examináis interiormente y me contestáis que no sois vosotros; en cambio, Yo os digo que con buena voluntad todos podéis ser de esos soldados. ¿Para qué creéis que he venido entonces entre vosotros?

Si ponéis de vuestra parte todo vuestro amor por esta causa, tendréis el mérito de haber preparado el camino para el advenimiento de las nuevas generaciones que traerán al mundo un mensaje de felicidad.

Mucho de lo que os he hablado en mis leccioncs es para que lo cumpláis; mas también reconoced que en vosotros estoy hablando a vuestros hijos. Oíd y analizad para que vuestra envoltura se doblegue mansamente y ayude a marchar a vuestro espíritu por el sendero que le estoy trazando con mis lecciones de amor.

El momento para que me encontráseis, os fue propicio; el hambre os había agobiado y con el fruto de este árbol, habéis recobrado el vigor.

Este tiempo es de peligro para la humanidad y los hombres aún se encuentran distantes del Arca de salvación que es mi Ley.

Estoy preparándo a los discípulos que tendrán que demostrar al mundo que no es un imposible, ni significa un sacrificio, el cumplimiento de mi Ley.

Con amar a vuestros semejantes estáis a salvo; cumplir con ese precepto no es una penitencia. A quien viva para servir a su propio hermano, sintiendo y aliviando su dolor, le bastará una breve oración a Mí, para que Yo por su conducto haga prodigios.

No envío todavía a mis emisarios a lejanas comarcas, porque aún les falta mucho por aprender; cuando se sientan fuertes y dispuestos desde el interior de su corazón me dirán: Maestro, ya estamos preparados. Yo penetraré en el santuario de aquellos discípulos y ahí encontraré sumisión, humildad, sabiduría y caridad.

Daré mi ósculo al labriego y le mostraré el camino; ese sendero que aunque largo, lo acercará a Mí; en él están los abrojos, a sus lados los abismos, a veces las acechanzas y los peligros, también las tentaciones, pero quien persevera con fe en él, siente a cada paso mi presencia, porque ya os he dicho que el camino soy Yo. ¿Quién podrá pensar que Yo le abandone en la lucha? ¿Cómo podéis pensar que Yo me aleje de vosotros cuando estáis en el cumplimiento de mi Ley, si en vuestro pasado no me he apartado jamás de vosotros? Dejad que os pruebe; las pruebas de la vida fortalecen al espíritu, dan temple al corazón y lo perfeccionan.

¿Cuándo soñarán los hombres con alcanzar la perfección de su espíritu? Hoy ni siquiera tienen paz porque entre ellos no existe la buena voluntad. La luz de los Cielos comenzará a reflejarse en este mundo, cuando en los hombres surja esta buena disposición para encauzar su marcha por el sendero de la fraternidad, del respeto mutuo, del amor de los unos hacia los otros.

Varones y mujeres de este pueblo: sois sencillos y humildes y por eso os entrego mi enseñanza con palabras sencillas para que todos la comprendan, Mi palabra es el baluarte de vuestra fe y de vuestra esperanza, y los beneficios y caridades de que voy sembrando vuestra jornada son el aliciente y el estímulo para que prosigáis el camino sin flaquear en las pruebas.

La humanidad, dividida en reinos y naciones, presiente que ha llegado el tiempo de mi manifestación espiritual; interiormente me espera y me desea. ¡Cuán grato será para ella el anuncio que le llevéis de mi presencia y de mi comunicación con vosotros!

Pueblo: Preparáos, para que seáis el heraldo de la buena nueva; cuando ese tiempo llegue que no se cierre vuestra boca ni vuestro brazo sea perezoso para sembrar y cultivar la porción de la tierra que os corresponda.

Algunos pueblos ya han recibido la visita de los precursores, pero es indispensable que los labriegos doctrinados por el propio Maestro en el Tercer Tiempo lleguen a dar el riego a aquella simiente sedienta del rocío de gracia.

¡Cuán pronto veréis dar buenos frutos a muchos pueblos que hoy creéis duros de corazón y muy distantes de la espiritualidad!

Las tierras serán fértiles, porque han sido preparadas grandemente; de ellas se apartará la ortiga y la cizaña hasta quedar limpias. Así cuando a ellas lleguen mis discípulos, al contemplarlas dispuestas, me dirán: Gracias Maestro.

El tiempo de esa predicación será anunciada por medio de la campana sonora, la cual será echada a vuelo.

Esta nación estará dispuesta y ataviada para recibir a las multitudes que buscando sustento y paz se acerquen a ella. Vosotros, preparáos, limpiad vuestro hogar y aderezad el mejor manjar para que sentéis a vuestra mesa al forastero.

De cierto os digo que en esas caravanas vendrán desde pordioseros hasta reyes; los que encuentren hospitalidad y amor en vosotros elevarán al infinito un himno de gratitud.

Los que han sido marcados por mi caridad saben que son guardianes y soldados de esta Arca y que deberán destruir toda huella de idolatría y fanatismo. Grande es la lucha que os espera pero la antorcha de vuestra fe os salvará. Ya habéis sabido lo que es la calumnia, la persecución, la intriga. Ya habéis sufrido todas estas pruebas, las cuales no os sorprenderán si en vuestro camino vuelven a presentarse, porque no es un camino de rosas el que conduce a mi Reino, es el que lleva grabada la huella ensangrentada de mis pasos. Por eso os digo: Bienaventurados los que sufren por mi causa persecución y calumnia, y les fuera negado el pan y el agua, porque ellos llegarán a Mí y serán ensalzados.

No temáis a los insultos ni a la blasfemia; recordad que ellas también fueron lanzadas sobre vuestro Maestro; no temáis que los hombres digan de vosotros lo que no sois, recordad que a Mí me llamaron brujo y hechicero; si el mundo os aborrece, recordad que a Mí me aborreció antes que a vosotros.

Aprended a callar y dejadme a Mí la causa. Sed los intercesores de los mismos que os ofendan y vuestro mérito será grande. Hoy ignoráis muchas faltas de vuestros semejantes, mas cuando sepáis juzgar con verdadera justicia sus faltas os serán reveladas porque entonces estaréis capacitados para enseñar y salvar a vuestros hermanos.

Esos son los caminos del espíritu que el buen discípulo del Espíritu Santo tendrá que conocer y recorrer sin perderse.

El hijo de la luz sabra andar entre tinieblas y entre ellas sabrá encontrar al perdido para salvarle.

¿Cómo es posible que en este tiempo en que gime la humanidad todavía estéis soñando con poseer grandes riquezas materiales? ¿Acaso os he dado mi paz para que penséis tan sólo en vuestras ambiciones mundanas? lncesantemente llegan a vosotros rumores de guerra y nada hacéis para prepararos. Ha mucho tiempo que vengo pidiéndoos vuestra unificación y aún os encuentro divididos. ¿Cuándo se sentirá toda la humanidad deseosa de unirse espiritualmente en pensamiento y en voluntad? Ya os he dicho que el día en que os unáis seréis la murralla invulnerable que rechace toda agresión. Ya deberíais estar fuertes, porque el fruto de estos arboles ha sido abundante y todo ha sido vuestro.

¿No lleváis en vuestro espíritu los prodigios que a cada quien le he entregado? ¿No habéis comprendido que todo cuanto os he enseñado ha sido una revelación de vuestro Padre? Si alguno se avergonzare de ser discípulo de esta Obra, será porque no ha comprendido nada de mi enseñanza. Hoy aún podéis estar tranquilos aunque faltéis a vuestros deberes espirituales; mas llegarán las pruebas y entonces os lamentaréis y sonará vuestra hora postrera y no sabréis cómo penetrar en aquel mundo que os espera, ni con que acallar la voz de vuestra conciencia. Ved que por uno de vosotros que me cumple y obedece ¡Cuántos corazones llegan a mi presencia! Daos cuenta de cómo sois observados en cada uno de vuestros pasos por aquellos que quisieran saber si realmente estáis oyendo al Espíritu Santo.

¿Creéis que si de vuestros labios brota una blasfemia o una palabra obscena, el incrédulo piense que sois discípulos de Cristo, el Verbo Divino? ¿Son por ventura esas palabras y esas frases los proverbios y máximas que os he enseñado? Los niños también os observan, ¿Por qué reñís delante de ellos? Ved que con ese ejemplo lo que hacéis es que penetre entre los pequeños la maldad de Caín. Pensad que ellos son vuestros próximos herederos, los que dirán lo que vosotros aprendisteis y lo que fuisteis en el camino de vuestro Dios y Señor.

Labrad un buen galardón para vosotros cultivando un buen fruto para vuestros hermanos. Preparaos para los tiempos venideros porque antes de mi partida aún habrá división entre vosotros, porque la tentación os tocará a todos. Es necesario que veléis. Orad y practicad mi divina enseñanza; de cierto os digo que estos cortos instantes que dedicáis a la práctica del bien, harán sentir sus benefícios aun en muchas de las generaciones posteriores a vosotros. Nadie ha podido ni podrá trazarse su propio destino, eso pertenece solamente a Mí. Confiad en mi voluntad y recorreréis la jornada hasta el fin sin mayores tropiezos.

Juzgad bien cuando os digo que la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad, así sabréis cuándo soy Yo quien os está probando y cuándo sois vosotros los que llenáis vuestro cáliz de amargura para luego culparme, Entonces os convertís en jueces y me tomáis por reo. Sabed reconocer vuestros errores y enmendadlos. Aprended a perdonar los defectos de vuestros hermanos y si no podéis corregirlos por lo menos tended sobre ellos un velo de indulgencia.

Vuestra plegária por vuestros hermanos ha llegado hasta mí, porque habéis penetrado en el santuario del Señor, y ahí vuestro espíritu se ha sentido seguro. Los que buscan paz, los que buscan un sendero que los lleve a una vida mejor, son los que van penetrando en mi santuário. Los que buscan tesoros y honores del mundo afanosamente luchan por encontrar otros senderos. Yo os digo que la paz que sólo está en mi Espíritu al fin sera anhelada y buscada por todos.
03-064.46 ¿Quién o qué puede daros la verdadera paz del espíritu en la Tierra? Sólo el infinito amor de vuestro Padre.
03-064.47 Existen ricos acaudalados que no tienen salud, ni conocen la alegría, y hombres pobres que teniendo salud no saben lo que poseen y viven amargados porque desean caudales o comodidades. No descubro ambiciones nobles en el corazón de los hombres y cuando llegan a tenerlas no persiguen aquel ideal por buenos caminos; la prueba la tenéis en esas guerras insensatas e indignas de seres que poseen la luz de Dios.
03-064.48 Yo soy la paz, en mi sabiduría infinita existe cuanto podáis desear, mas ¿Cuándo han orado los pueblos para alcanzar mi paz? ¿Cuándo han puesto sus ojos en Mí los hombres que conducen y gobiernan a los pueblos? ¿Cuándo se han postrado los ejércitos a pedir perdón a su Padre Celestial después de haber dado muerte a sus semejantes? Y es tan sutil la paz, que es necesario velar y prepararse para saberla retener, para no dejar que retorne a Mí. Mirad cómo vosotros quedáis llenos de paz después de escucharme y con esa gracia salís de los recintos y llegais a vuestro hogar, pero ¡Cuán breves son los instantes en que lográis retener en el corazón esa paz! Yo os he nombado "el pueblo de la paz", "los hijos de la paz". Por eso no os decidís a levantaros a enseñar la buena nueva, porque sabéis que para llevar la paz es menester tenerla, mas ¿Cuándo vais a cumplir con ese sublime mandato?
03-064.49 Discípulos: aprended a retener mi paz, convertidla en espada y destruid la discordia y la desunión que existe en vuestro hogar, id llenando de paz la vida de los que os rodean para que os sirva esto de práctica y mañana llevéis la paz a otros hogares y a otros pueblos. Esa es la semilla que estoy depositando en vuestro alfolí.
03-064.50 Cuán pronto sería reconocido este pueblo si en su seno existiera la paz y si en su vida lo demostrara; los huracánes, las tempestades y los torbellinos se desvancerían al llegar ante la fuerza de vuestra paz; mientras exista división entre este pueblo habrá fragilidad y sus puertas estarán abiertas a las acechanzas.
03-064.51 Mi palabra en estos recintos ha descendido a torrentes, mis prodigios han sido en abundancia para alentar vuestra fé. ¿Acaso no habéis comprendido el sentido de mi Obra entre vosotros?
03-064.52 Os he llamado Israel para que os levantéis fuertes a seguirme y llevéis mi paz y mi Ley al corazón de la humanidad. Este es vuestro destino y llegará el tiempo en que surja en el mundo este pueblo lleno de fuerza espiritual, Aparecera como luz en el tiempo de la confusión y de la duda, cuándo el hambre y la sed de verdad sean mayores.
03-064.53 El Maestro os dice: Pueblo, que vuestra mano jamás se encuentre vacía, que no sea mezquino vuestro corazón, porque no sabéis el instante en que podrías veros cercados por las turbas de menesterosos o abrumados por las preguntas de los escudriñadores. Vuestro deber es dar a todos de lo mucho que en vuestro espíritu he derramado. No lleguéis a sentiros más que nadie, ni a creeros los más amados y los dueños unicos de la verdad que encierran las revelaciones divinas y las complacencias del Señor, porque estaríais en peligro de caer bajo el dominio de otros como en los tiempos antiguos cayó Israel en cautivero por su desobediencia a mis mandatos.
03-064.54 ¿Qué sentiría vuestro corazón si viese a vuestros hijos alejarse del camino decepcionados de vuestro ejemplo? ¿Qué sentiría vuestro espíritu si desde el más allá viera a las nuevas generaciones buscándome en la idoltría?
03-064.55 Las tribus aún están dispersas; la mayor parte de este pueblo todavía no ha encontrado el camino; es menester que los que han oído esta voz y han recibido mis mandatos velen y aguarden preparados la llegada de las multitudes para que al ver vuestra unión y vuestro culto reconozcan mi Doctrina y me sigan; no esperéis que sean de una sola raza o nación porque entre ellos vendrán hombres de todas las razas.
03-064.56 Elías viene paso a paso conduciendo a su rebaño y en verdad os digo que el instante en que unos y otros os encontréis pronto llegará.
03-064.57 Os he nombrado los fuertes de mi casa y os doy a cada instante mi fuerza divina para que veléis por la misión que os he confiado, orando en el interior de mi santuario que en cada uno de vosotros existe.
03-064.58 Bienvenidos seáis los que dejáis por unos instantes el mundo para venir a escuchar mi palabra. De cierto os digo que por uno de vosotros que aprendiera y practicara mi lección se salvaría una comarca, así como también si todo este pueblo se preparase y con amor orase,
alcanzaría a salvar a la humanidad. No es que vuestro número sea pequeño sino que vuestro amor es aún muy reducido. Por ahora limpiad vuestro corazón. ¿Quién mejor que vosotros puede conocer sus defectos y sus manchas? Comprendedlo y purificaos de todo aquello de lo que os reclame la conciencia.
03-064.59 Hay muchos que tratan de disculpar sus pecados y Yo os pregunto: ¿Por ventura el Padre puso sobre el hijo ese fardo de trabajos y sufrimientos? ¿No soy Yo quien ha venido en todos los tiempos a aligerar vuestra carga de penalidades y sufrimientos?
03-064.60 A toda hora mi voz os llama al buen camino donde existe la paz, pero vuestro oído sordo, sólo tiene un instante de sensibilidad ante aquella voz, y ese instante es el postrero de vuestra vida, cuando la agonía os anuncia la proximidad de la muerte del cuerpo. Entonces es cuando querríais comenzar la vida para reparar yerros, para tranquilizar vuestro espíritu ante el juicio de vuestra conciencia y poder ofrecer algo digno y meritorio al Señor.
03-064.61 Yo soy el Camino y ese camino os lo he mostrado desde los primeros pasos de la humanidad en la Tierra. Decidme: ¿Cuándo os he dejado sin ayuda o sin luz? ¿En qué edad o en qué era he borrado mi Ley de vuestro espíritu; Jamás he dejado de hablaros, por eso es que ahora os vengo pidiendo vuestra cosecha. A través de mi nueva comunicación os he reclamado con divino rigor y absoluta justicia y os hago responsables de vuestras faltas a mi Ley.
03-064.62 He nombrado discípulos a todos los que habéis escuchado esta palabra, pero es menester que lo demostréis con vuestra conducta y que extendáis esta buena nueva para que la humanidad actual prepare el camino de las nuevas generaciones. Esos seres no deben venir a apurar el cáliz de la amargura y del dolor desde los primeros días de su infancia porque ellos traen otra misión; más si de ese cáliz les diéseis a beber, de ello me responderéis.
03-064.63 ¡Ah si supiéseis vivir con la sencillez de las aves que viven amándose y que cuando sienten que el invierno se aproxima emprenden el vuelo en busca de mejores climas, pero dejando preparados sus nidos en los árboles para que sirvan de hogar a sus hermanos! El invierno de vuestra vida es la vejez; mas vosotros que sois hombres de poca fe, miráis en ese invierno la frialdad de la muerte y del fin sin comprender que siempre después del invierno llega la primavera con sus renuevos, sus trinos y sus perfumes.
03-064.64 Esa poca fe en la resurrección espiritual despues de esta vida es lo que os hace ocuparos de lo humano, de lo material hasta el último instante de vuestra existencia, sin preparar las alas del espíritu para emprender el vuelo y sin dejar un nido formado con virtud y fe para los nuevos moradores.
03-064.65 No os asemejáis a las aves porque vuestro mundo no es de paz; sois más bien soldados que luchan dentro de una batalla interminable y os digo: luchad con nobleza, esgrimid armas de justicia; perseverad en el bien, el bien es la verdad; dejad preparados los caminos para los nuevos soldados, dejadles libre y limpio el campo para que en él triunfe al fin la razón, el amor y la justicia mientras vosotros llegáis a descansar en Mí.
03-064.66 Tengo que hablaros así porque vuestro mundo vive envuelto en guerras de toda índole. Cuando las pruebas llegan al mundo siempre le sorprenden impreparado, porque mientras piensa y medita poco en lo eterno gusta demasiado de los halagos del mundo y de la carne.
03-064.67 En verdad os digo, que si en este tiempo los hombres no limpian las manchas que han dejado en su espíritu, vendrán los elementos como heraldos anunciando mi justicia y mi gloria y purificando a la humanidad de toda impureza.
03-064.68 Bienaventurados los hombres, las mujeres y los niños, que al comprender la proximidad de aquella justicia glorifiquen mi nombre sintiendo que el día del Señor es llegado porque su corazón les dirá que el fin del reinado del mal se acerca. Yo os digo que éstos por su fe, su esperanza y sus buenas obras serán salvos más ¡Cuántos de los que vivan en esos días van a blasfemar!
03-064.69 Humanidad que creéis que se necesitan grandes riquezas y posesiones terrestres para conquistar al mundo y olvidas a Cristo que nació en un pesebre y que sin tener nada en la Tierra, sin embargo, conquistó el corazón de la humanidad, hizo a los pueblos sus vasallos y fue proclamado Rey y Señor.
03-064.70 Cuando lleguéis a comprender y a sentir la verdad veréis cuán fácil es para el espíritu seguir los pasos de su Maestro, aun en las pruebas más duras. Haced cuanto este de vuestra parte, que Yo no os pediré más de lo que podáis hacer; entonces habréis dejado preparado el camino para la nuevas generaciones; os recomiendo a los niños y os encargo que les conduzcáis por el camino certero. Congregadlos, habladles de Mí con amor y con ternura, buscad a los desheredados, aquellos que viven perdidos entre miserias y vicios. Doy esencia a vuestras palabras para que ellas sean camino de salvación cuando broten de vuestros labios. Abrid delante de los inocentes el "Libro de la Vida Verdadera", para que su espíritu despierte y sea grande al penetrar en las revelaciones del Espíritu Santo; asemejaos a vuestro Maestro y seréis escuchados.
03-064.71 Si en el Segundo Tiempo busqué un lugar humilde para nacer en cuanto hombre y corazones donde habitar, vosotros no vayáis en pos de un lugar que os haga notables; buscad la fibra sensible que existe en cada corazón para que ahí depositéis mi semilla y mi bálsamo. El lugar para nacer en cuanto hombre me fue indiferente, pero di hasta la vida porque mi amor naciera en vuestro corazón. Ahora os digo: humanidad,la semilla de ese amor representada en mi sangre, cayó en el corazón de todos los hombres, ¿Por qué ahora no amáis ni cultiváis lo que Yo con tanto amor sembré?
03-064.72 No seáis sordos a esta voz, abrid vuestros ojos a la realidad de este tiempo y emprended la jornada con plena confianza y fe, de otra manera tendréis que despertar ciegos en el más allá y Yo os he dicho que en aquella mansión no se debe penetrar con los ojos cerrados.
03-064.73 ¿Por ventura el Señor os pide imposibles? Sólo vengo a enseñaros a sembrar amor para que recojáis al final el fruto de la vida. Cultivad hoy el corazón de los niños para que mañana les escuchéis hablar de las grandezas del Espíritu Santo.
03-064.74 Velad por las rosas y los lirios que son el corazón de la juventud y mañana os deleitaréis con el florecimiento de la virtud. Enseñad a orar con el espíritu y reconoceréis todos que esa es la comunicación perfecta cuando sintáis que vuestro espíritu ha llegado a mi presencia y ahí se ha sustentado con mi amor.
03-064.75 Hoy aún desciende mi rayo divino entre las multitudes; mas recordad lo que oísteis cuando os decía: "Donde se reunan dos o tres de mis hijos, ahí descenderé para darles mi palabra"; desde entonces ha venido aumentando el número de mis oyentes hasta formar multitudes.
03-064.76 Si os cumplí mi promesa de volver, os cumpliré también mi voluntad de partir; aprovechad debidamente los instantes que os restan de escuchar mi palabra y quedaréis preparados como discípulos del Espíritu Santo.

¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS!

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