sábado, 7 de agosto de 2010

Cátedra Divina 47

Humanidad: os estoy preparando con mi palabra en este tiempo, para que comprendáis mi doctrina. Estoy haciendo el llamado a los espíritus, para darles a conocer sus dones, para que estudien mis manifestaciones y no se sorprendan, sino que con ellas confirmen lo que estaba profetizado para este tiempo.

Quiero que cada uno de vosotros ocupe el lugar de discípulo en que le he colocado. Todos habéis sido enviados a la Tierra a cumplir una misión, he esperado pacientemente vuestro cumplimiento, os he dado muchas oportunidades y aún no os habéis perfeccionado. ¿Queréis que esta nueva era pase sin que la aprovechéis porque la cruz de vuestro cumplimiento os parece pesada? El tiempo es vuestro mas tiene un límite, y no quiero que el mañana cuando os dispongáis a trabajar estéis en los umbrales de la tumba próximos a partir al valle espiritual y hayáis perdido vuestras facultades, corporales; trabajad desde el momento de vuestra iluminación, ya sea que estéis en la infancia, en plena madurez o en la ancianidad; sembrad para que cosechéis y guardad vuestra semilla en mí granero, ahí en donde el tiempo no la destruye ni el ladrón puede robarla.

Hoy se debate el hombre en grandes luchas, mientras unos están librando crueles guerras, otros lucháis para vencer las pasiones y liberar al espíritu; la humanidad se ha dividido y la vida es como una barca que zozobra en medio de la tempestad, vosotros aún habitando esta nación que ha permanecido en paz, no saboreáis la tranquilidad, todos apuráis un cáliz de dolor.

¿Por qué oyendo el sonido de la campana celestial algunos aún permanecen sordos a su llamado? Esa campana es mi voz que se deja oír en este tiempo en todas las moradas donde habitan mis hijos, al oír mi palabra sentís que no es el eco de la voz humana de la cual me sirvo para hablaros, sino que mi voz llega a vuestro corazón, os alienta y os da vida.

Sólo recibiré de vosotros un culto limpio, solamente vuestras obras de amor y caridad, os darán mi paz.

Oíd mis consejos de Padre, no huyáis de Mí, Yo os he dicho que por un justo se salvará una comarca, mas si no llegáis a ser justos, al menos enmendaos, trabajad, que así recobraréis la gracia y seréis mis emisarios en todas las naciones. No seáis indiferentes al dolor, que vuestra oración llegue a Mí, y por ella se enjugarán muchas lágrimas y alcanzarán paz y bendición vuestros hermanos. Antes de que la humanidad desfallezca bajo el peso de su cruz, Yo seré su Cirineo y tomaré su pesado fardo para que siga adelante.

Bienaventurados los que saben limpiar su corazón para recibir mi palabra, porque ella les alimentará eternamente. Bienaventurados los que gimen y sufren al contemplar el desquiciamiento en que viven sus
hermanos, porque su oración llegará a Mí; ellos verán el florecimiento y la restauración de la virtud en el corazón del hombre.

Pedid que se os dará; buscad y encontraréis, os he mostrado mi Espíritu para que penetréis en él, y os recuerdo las palabras que os dije en el Segundo Tiempo: "Tomás, hunde tus dedos en mi costado y no seáis incrédulo". Llegad a Mí por la fe, dejad vuestra incredulidad, mirad que os estoy señalando en el infinito, la tierra prometida que con sus puertas abiertas espera la llegada de mis amados discípulos.

Os he dado en abundancia el pan para que seáis hartos y mañana no os sintáis hambrientos de esta palabra que hoy despreciáis. Elevaos para que alcancéis vuestra evolución, orad por todos y pensad que sois como un rayo de luz en el camino de vuestros hermanos; sed los buenos pastores de ese rebaño que es la humanidad; todos los que lleváis luz en el espíritu, juicio e inspiración podréis guiar y rescatar a los que se han perdido.

Profetizado está que el dolor será muy grande, vosotros permaneced tranquilos si sabéis orar y practicar mi doctrina, porque sentiréis mi fortaleza en todo momento, mas ay de los que habiendo escuchado estas lecciones no hayan creído en mi manifestación, porque su duda los hará flaquear en la prueba. Vosotros que habéis recibido y guardado en vuestra memoria las palabras de los profetas, cuando llegue el tiempo en que el dolor agobie a la humanidad, no blasfeméis, no desesperéis, callad y preparaos, que Yo os protegeré con mi amor.

No me pidáis que retroceda en mis leyes y juicios, solicitad con humildad y os daré lo que en justicia os corresponda, para que encontréis la salvación.

Analizad y comprended las lecciones que incansablemente os he dado en el Tercer Tiempo. Mi palabra apareció ante vosotros como un faro luminoso que mostró la ruta a los náufragos extraviados.

Mi enseñanza os ha dado fuerza espiritual, no sólo para resistir las vicisitudes propias de este mundo, sino también para desempeñar la misión espiritual que habéis traído. No esperéis que todos os reciban con los brazos abiertos cuando vayáis a esparcir mi doctrina; Habrá quienes os tiendan lazos para haceros caer.

Vengo a purificaros y a prepararos de espíritu y de materia para que comprendáis las inspiraciones del Padre y después, las llevéis al
corazón de vuestros hermanos con la misma pureza con que Yo os las envié, dando testimonio con vuestras obras de la verdad de mi enseñanza.

En los corazones agraciados con mi caridad he escuchado esta oración. "Señor, sois incansable concediéndonos dones y beneficios". Y Yo os digo: Soy vuestro Padre y conozco vuestras necesidades. ¿Cómo, no ha de conmoverse mi Espíritu ante vuestra oración y petición? Os he consolado en la soledad de vuestra alcoba y os he iluminado para que vuestra meditación sea provechosa presurosos llegáis a escuchar mi palabra, mas antes preparáis vuestro corazón cómo un altar y en él me mostráis vuestras obras como una ofrenda.

Llegáis ante Mí, como el niño que ofrece su mano a su Padre, para que lo conduzca por el sendero. Y en verdad que sois niños delante de Mí. Mas, mirad que Yo me asemejo al pastor que cuida de sus ovejas y las llama con dulce voz desde el aprisco. Vosotros habéis escuchado mi voz por conducto del entendimiento humano en este Tercer Tiempo, mas me buscasteis hasta que vuestros labios se encontraron secos por la sed, al atravesar el desierto de vuestras pasiones, fue entonces cuando oísteis el llamado de vuestro Padre Celestial.

Siempre que me llaméis en vuestra ayuda, sentiréis mi presencia dándoos consuelo y paz; mas llegó el instante en que sentisteis hambre de escucharme y os levantasteis buscando mi enseñanza.

Para cada uno el reloj de la eternidad marcó la hora y la campana llamó, indicando que había llegado el instante en que vuestro espíritu encontrase el agua que mitigaría su sed.

Algunos dudaron ante la forma inesperada en que me encontraron, mas luego, penetrando en el sentido de la palabra que escuchaban, encontraron que su sabor y su esencia sólo de Dios podía proceder; Entonces interiormente, llenos de júbilo, me dijeron: ¡Padre, Padre, creemos en tu nueva manifestación entre la humanidad! Os visteis engalanados de dones espirituales, experimentasteis en vuestro corazón la paz, y en vuestro hogar visteis brillar la luz de la concordia. Y mientras los hijos se recreaban ante la presencia y bajo la mirada del Padre éste también sentía calmarse su sed de amor al contemplar la alegría de sus pequeños, al ver su regeneración y al recibir sus caricias a través de sus oraciones.

Entonces os dije: seguidme, ya os he dado pruebas de mi presencia, ya se ha encendido la luz de la fe en vuestro corazón. Por eso
fue que desde ese instante, cuando las pruebas se han presentado a vuestro paso, no habéis flaqueado, ni os habéis rebelado ante mi ley.
02-047.21 Habéis visto partir al más allá a Vuestros seres queridos, habéis visto cerrarse las puertas del trabajo y escasear el pan en la mesa, habéis perdido vuestros bienes terrenales, mas la fe como un faro, os ha hecho llegar a puerto seguro. Ha habido también quienes en medio de la prueba han flaqueado y se han hecho preguntas sobra mi palabra y han sentido extinguirse la fe.
02-047.22 Mas mi palabra que por medio de la conciencia llegaba a su corazón, les hablaba así: ¿Por qué habéis debilitado? ¿Por qué habéis faltado a la fe y olvidado mis palabras? Recordad que os dije que los escogidos serán siempre probados, para que su fe, su firmeza y su amor se acrisolen.
02-047.23 Los que han sabido ser fuertes, han visto pasar las tempestades y hacerse nuevamente la luz en su camino. Han visto retornar la paz, la salud y los bienes perdidos.
02-047.24 Así voy modelando el duro corazón de quienes he de servirme, para que mañana sean mis buenos testigos y siervos entre la humanidad, en la que deben sembrar la simiente de mi verdad.
02-047.25 El espíritu es noble ante el toque de mi palabra, la materia es frágil, entonces os digo, si, Yo vengo a fortalecer y a levantar a vuestro espíritu, él debe encargarse de reanimar y sostener a su materia en el camino.
02-047.26 Muy probados habéis sido, discípulos muy amados, porque cada prueba encierra un misterio para vosotros, no sabéis si sea para fortaleceros en la lucha, para revelaros algo que no conocéis, o para expiar alguna falta; mas nunca retrocedáis ante las pruebas, que ellas no son enviadas con ese fin, ni son superiores a vuestras fuerzas morales o espirituales.
02-047.27 Sed de los que sepan permanecer fuertes en las grandes pruebas. De vosotros haré brotar generaciones llenas de luz y de gracia.
02-047.28 Para prepararos venid a recibir mi lección de amor, con la cual se apartarán de vuestra mente todas las confusiones que pudierais haber recogido en la Tierra. Esta palabra os mostrará el camino verdadero, si lo habíais perdido. Mi voz celestial llega a vuestro corazón para anunciaros y hablaros del Tercer Tiempo.
02-047.29 Vuestras faltas e imperfecciones no han sido un obstáculo para mi manifestación entre vosotros, por el contrario, ellas la han originado. Vengo en vuestra busca porque os habíais perdido, y ahí, en vuestro destierro os encontrabais enfermos y agobiados, de sufrimiento. Hasta ahí ha descendido vuestro Maestro, para deciros: "Venid a Mí". Entonces os habéis levantado solícitamente a seguir el camino de la ley escrita por Aquél que es dueño y Señor de la Creación.
02-047.30 La luz del Tercer Tiempo ilumina los caminos, para que vuestra mirada descubra los abrojos y podáis apartarlos, porque este sendero está sembrado de pruebas.
02-047.31 A la puerta de vuestra morada he llamado, incesantemente mi amor para que veléis; ¿cómo puede haber quien después de tantas pruebas de amor aún niegue mi palabra? Porque teniendo ojos no ven, teniendo entendimiento no entienden y teniendo corazón no sienten.
02-047.32 No me conocéis aún; cuando lleguéis a amaros los unos a los otros como os he enseñado, entonces alcanzaréis un conocimiento y una comprensión muy grandes de los dones espirituales. Os he dicho que de la abundancia de buenos sentimientos en vuestro corazón hablarán vuestros labios; ¿mas podrá hablar de amor aquél que no lo lleva en su corazón? ¿No os estremece el pensar que a quienes digo estas enseñanzas, son los mismos a quienes ya en otros tiempos les he dado lecciones de amor? Ved que Yo en mi amor de Padre y de Maestro, vengo a confiaros esta doctrina, como un libro al cual debéis conservar con la pureza y la sabiduría que en él ha puesto la caridad divina del Señor, para que al llegar las turbas ante Él, entre las cuales vendrán los escudriñadores como nuevos escribas y fariseos a ponerme a prueba, vosotros podáis presentarles una obra perfecta, una doctrina espiritual desbordante de justicia y de amor, un culto profundo en su interior y sencillo en su exterior, confirmados con vuestras obras de amor y caridad hacia vuestros hermanos.
02-047.33 Velad y orad, estad preparados, porque mi doctrina será perseguida. No es inquieten estas revelaciones; dejad que ellas cuando lleguen, os sorprendan en vuestra misión, sanando enfermos, consolando al que sufre. Os daré la fortaleza al concederos que la savia del árbol de la vida sea en cada uno de vosotros. Sentaos a la mesa, bajo esta sombra, pero cuidad de no manchar el blanquísimo mantel. Semejante es esta blancura a la del camino que luego habréis de recorrer. Mi manto de amor
cubre a todos mis hijos y mi caridad prepara el camino de todos los que han de oírme en este tiempo.
02-047.34 Los elementos desatados despiertan a cada instante a la humanidad, vosotros velad para que no dejen la huella de su paso en vuestras comarcas.
02-047.35 Dejad que lleguen a vosotros las multitudes, cada corazón y cada espíritu traen una aflicción. Ponedlos en comunicación con mi mundo espiritual, ahora que aún es el tiempo de esa manifestación, para que reciban el bálsamo espiritual que desciende de mi Reino. Quiero veros preparados, trabajando afanosamente en mi obra de amor, y que la hora de mi justicia os encuentre sanando al enfermo, consolando al triste, doctrinando al que se hallaba sediento de verdad, aconsejando al que se había perdido del camino. Ved que si ese día os sorprendiese fuera de este cumplimiento, seréis vosotros los afligidos.
02-047.36 No quiero miraros cabizbajos ante mi presencia, quiero veros siempre dignos y satisfechos. Con esa paz y esa fortaleza quiero dejaros entre la humanidad, cuando sea llegado el instante de mi partida, porque de cierto os digo que tendréis que luchar. En esas pruebas veo a los que han de seguirme y a los que han de volverme la espalda, porque a cada uno de vosotros he venido tocando y probando para darle fortaleza.
02-047.37 Quiero que el follaje y los frutos del árbol que vosotros forméis, sean saludables y vivificantes, entonces mi caridad providente, acercará hacia vosotros a las multitudes que sólo esperan el instante del llamado porque es muy amargo el cáliz que están apurando.
02-047.38 Enfermos de espíritu, de la mente y del cuerpo, viudas, huérfanos, hombres y mujeres desamparados, hambrientos de amor y de paz, serán los que se acerquen para dejar su carga y recobrar la fe; por los que no puedan venir oraréis, me pediréis y Yo os concederé.
02-047.39 Perseverad en la regeneración, no dejéis que la materia retroceda en su evolución, comprended que cuando logréis ese adelanto, habréis puesto los cimientos para vuestra espiritualidad.
02-047.40 Sentid, ¡oh pueblo!, El regocijo que el Espíritu Divino experimenta al hablaros y sentirse escuchado. Mirad cuánta luz arroja mi palabra sobre muchos misterios que no habíais podido comprender.
02-047.41 Hombres de este tiempo, que creíais encontraros en el ocaso de la vida, mi enseñanza como una nueva aurora ha venido a sorprenderos reanimando a vuestro espíritu.
02-047.42 Benditos sean los que reconozcan su misión y abracen su cruz en este tiempo, porque las tierras que pisen serán fértiles para mi palabra y podrán sembrar en ellas la simiente de mi doctrina.
02-047.43 Tomad asiento, párvulos y discípulos, aquietad en vuestra mente y en vuestro corazón las tempestades que en ellos se agitan y dejad que el iris de paz aparezca en el firmamento espiritual.
02-047.44 Ante mi divina lección vais a sorprenderos al descubrir ocultos en vuestro ser, innumerables dones y potencias con los que podréis en el futuro, vencer en las pruebas y triunfar en las vicisitudes.
02-047.45 Vuestro guía en este tiempo será mi Espíritu, Yo os abriré paso a través del nuevo Mar Rojo como en los tiempos de Moisés. Yo os rescataré y os sustentaré en el desierto, mas sólo os pido que practiquéis incansablemente mis ejemplos de amor y que seáis fieles hasta el fin, porque el fin lo hallaréis cuando se presente vuestro espíritu ante las puertas de la Tierra Prometida, en donde hallaréis el descanso de las luchas humanas, la liberación de las pasiones y de las miserias de este mundo. Ahí conoceréis la verdadera luz del espíritu, que le mostrará la verdad con tanta plenitud como podéis contemplar la luz del sol en este mundo.
02-047.46 Del Padre salisteis y a Él tendréis que volver trayendo no sólo vuestra pureza original, sino la grandeza que os dará el desarrollo de los dones que poseéis, cumpliendo con mis leyes divinas; mas ninguno llegará solo a mi presencia, cada quien traerá a todos los que salvó, a los que sanó, a los que consoló y condujo por el camino de salvación. Para ayudar a vuestro espíritu en su camino de evolución, he venido en este tiempo a darle mis lecciones de amor.
02-047.47 Ahora es tiempo de aprender, mirad como mi Espíritu se está derramando sobre toda carne y sobre todo espíritu. Unos manifiestan a través de su éxtasis mi palabra, otros fuera del éxtasis. Los ancianos, los jóvenes y los niños hablan de mi reino espiritual. ¿No son éstas las pruebas que tanto mis profetas como Yo os anunciamos en aquellos tiempos, acerca de mi nueva manifestación?
02-047.48 Limpiad vuestro corazón y vuestra mente para que vuestro espíritu se eleve y se purifique. Entonces Yo manifestaré mi luz a través de vuestro ser y sorprenderé a la humanidad con vuestras obras de amor. Por medio del niño hablaré al anciano, por medio del rudo e ignorante hablaré al sabio y a través del humilde hablaré al orgulloso. Hoy no comprendéis aún lo que os espera, pero mañana lo sabréis y con sumisión
os levantaréis a caminar hacia las comarcas que hoy duermen y que mañana al recibir mi mensaje divino, se levantarán dispuestas a seguirme.
02-047.49 Hoy esperáis con ansia que descienda vuestro Maestro a doctrinaros, a recordaros las enseñanzas de los tiempos pasados. Vivís alerta con vuestro oído preparado y el corazón latiendo de amor por Mí. Vuestro entendimiento está atento, dispuesto a analizar mi palabra y después ya en el silencio, recordáis mis consejos y mandatos y tratáis de comprenderlos, para ponerlos en práctica, entonces comprendéis cuán pura es mi enseñanza y cuán delicada vuestra misión, y me decís, si será necesario transformaros en seres espirituales dejando la envoltura que hoy lleváis para ser más solícitos, porque sentís que ella es un obstáculo para vuestra elevación y cumplimiento. Os digo que debéis tomar esa envoltura con amor y serviros de ella con acierto; no en vano la he creado y os la he ofrecido. Si sabéis guiarla, ella será colaboradora vuestra y sabréis apreciar y disfrutar vuestra existencia en la Tierra, con la cosecha que logréis de vuestra siembra de amor en vuestros hermanos.
02-047.50 Imitadme y haced prodigios, pues sois mis escogidos. Sed médicos y consejeros de vuestros hermanos, abogados e intercesores de la humanidad, y en vuestra obra poned todo vuestro espíritu para llevarla a puerto seguro y que ella sienta que marcha sobre tierra firme en el sendero de su restitución.
02-047.51 Penetrad a los campos que Yo he preparado y sembrad en ellos, como buen labriego ablandad las tierras con vuestro amor porque el corazón humano se ha endurecido y es menester trabajar pacientemente en ellas. Cuando habéis encontrado espíritus reacios, habéis querido huir diciendo: éste no es de los que Dios busca, Él quiere corazones humildes. ¿No sabéis que es a esos corazones a los que vengo a buscar y a convertir? Yo os pregunto: ¿Cuándo llegasteis a Mí, vuestro corazón era ya como un hogar o como un templo para Mí? Volved vuestra mirada hacia atrás y veréis que ya habéis dejado vuestro pesado fardo y que habéis renacido a la vida verdadera.
02-047.52 ¿Por qué dudáis a veces de mi comunicación por el entendimiento humano y me pedís pruebas, y mientras no veis concedido el favor que solicitáis, os falta la fe? Queréis oírme hablar en un lenguaje superior para creer, y os estáis intercalando en mis altos juicios. Yo os pregunto: ¿Estáis ya en la cumbre de la espiritualidad para saber interpretar mis inspiraciones? ¿Estáis ya tan elevados que podéis leer mi voluntad en mi Espíritu? Sois pequeños todavía para comprenderme, mas
Yo os conduzco por el camino en el que alcanzaréis la comunicación espiritual conmigo para que conozcáis mi arcano.
02-047.53 Habéis desvirtuado la misión encomendada a vuestro, espíritu, siendo que Yo os he hecho poseedores de un destino que os conducirá a la paz y a la perfección de la vida eterna.
02-047.54 Cuando seáis humildes seréis grandes. No está la grandeza en la soberbia y la vanidad, como muchos creen. Sed mansos y humildes de corazón, os he dicho a través de los tiempos. Reconocedme como Padre y amadme, no busquéis para vuestra envoltura un trono, ni un nombre que os distinga de los demás, sed uno más entre los hombres y llevad en vosotros la buena voluntad.
02-047.55 Preparaos para que me miréis en todo mi esplendor y deis testimonio de Mí y a medida que os elevéis, Yo derramaré en vosotros mi saber.
02-047.56 ¡Oh humanidad, que no habéis sabido desprenderos de las vanidades del mundo, para cumplir con las leyes del espíritu! Amáis esta Tierra que os hace llorar y venís a ella una y otra vez, sin saber el fin para el cual habéis sido enviados. Yo os digo, cumplid vuestra misión y preparaos para el viaje hacia la tierra que os tengo prometida, para que oigáis mi voz de Padre que os recibe y os da el descanso que hayáis alcanzado con vuestras obras de amor y caridad hacia vuestros hermanos.
02-047.57 No temáis a las pruebas de este tiempo. Revestíos de fortaleza y ayudad a vuestros semejantes. Encontraréis entre ellos a muchos a quienes el dolor los hace desfallecer, veréis a vuestros hermanos angustiados y tendréis para todos bálsamo de curación, una palabra de fortaleza y de valor y un rayo de luz de vuestro Padre. Haced vuestra la pena de los que sufren y habréis compartido su aflicción y les habréis dado amor y caridad.
02-047.58 A vosotros que lloráis en silencio os digo: Bienaventurados los que venís en busca de consuelo. No habéis buscado símbolos ni imágenes para orar, porque sabéis que Yo estoy con vosotros y en vuestro interior me habéis encontrado. He derramado fortaleza en vuestra materia y en vuestro espíritu.
02-047.59 Benditos sean los que han sabido guiar a las multitudes y al sentir el pesó de la cruz me han buscado como Cirineo. Yo ilumino el camino de todos los seres que habitan en las regiones espirituales y materiales. No os miréis como extraños unos a otros, daos calor y amaos
en verdad, que si sabéis amar a vuestros hermanos, me habréis amado a Mí.

¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS!

No hay comentarios: