sábado, 7 de agosto de 2010

Cátedra Divina 174, El hombre que ora directamente ante Dios, es un hombre espiritualizado, Elías, destinado a anunciar la llegada del Maestro entre sus discípulos, es la luz que abre brecha a los espíritus.

Amados discípulos: cada instante que transcurre en vuestra vida, es un paso más que os acerca a vuestro Padre. Lentamente, paso a paso, váis recorriendo el camino que conduce al Reino de la luz.

Os acercáis a un tiempo en el que sabréis dar en justicia lo que corresponde a vuestro espíritu y al mundo lo que a él le pertenece. Tiempo de verdadera oración, de culto libre de fanatismo, en el que sabréis orar antes de cada empresa, en el que sabréis velar por lo que os haya sido confiado.

¿Cómo podrá equivocarse el hombre, cuando en lugar de hacer su voluntad se anticipe a interrogar a su Padre a través de la oración? Quien sabe orar vive en contacto con Dios, sabe el valor de los beneficios que de su Padre recibe y a la vez comprende el sentido o la finalidad de las pruebas por las que atraviesa.

El hombre que ora directamente ante Dios, es un hombre espiritualizado, que no lleva venda en sus ojos y que está preparado para descubrir dentro y fuera de él, mundos desconocidos, de sabiduría y verdad, que existen en la vida de la humanidad sin que ésta lo perciba.

Quien llega a descubrir esa senda, ya no puede detenerse, porque habiendo despertado sus sentidos y sus dones espirituales sensibilizándose, hoy escucha voces de la Naturaleza, mañana percibe mensajes del Reino Espiritual, más tarde oirá la voz de su Señor en una comunicación de espíritu a Espíritu, fruto del amor entre el Padre y sus hijos.

Pueblo: No envidiéis a estos portavoces por quienes me comunico, porque si en verdad os preparáis en materia y en espíritu, llegaréis a superarles después de que esta comunicación haya pasado.

Un tiempo de maravillas, pruebas y prodigios está reservado a este pueblo, testigo de mi comunicación en este Tercer Tiempo.

Aún no he dicho mi última palabra en la que os haré grandes revelaciones; pero mi voluntad y mis mandatos están escritos en la conciencia de todo este pueblo, para que tengan pleno conocimiento de cómo habrá de ser el final de mi manifestación, así como el día elegido y marcado para mi postrera lección.

Es necesario que comprendáis que he venido a enseñaros todo lo que debéis saber para poder penetrar en los mundos o moradas que os esperan, porque así como vuestro espíritu tuvo que ser preparado en el valle inmediato en que anteriormente moraba para poder encarnar y habitar en la Tierra, así habrá de prepararse para retornar al Valle que dejó, aunque a moradas más elevadas en amor, en pureza y en sabiduría.

No dudéis de mi palabra; os cumplí en el Primer Tiempo mi promesa al librar a Israel de la esclavitud de Egipto, que significaba idolatría y tinieblas, para llevaros a Canaán, tierra de libertad y culto al Dios viviente. Allí os fue anunciado mi advenimiento en cuanto hombre y la profecía fue cumplida palabra por palabra en Jesús, El Maestro que habitó y os amó, prometió manifestarse en espíritu y aquí tenéis el cumplimiento de esa promesa.

Hoy os anuncio que tengo reservadas para vuestro espíritu maravillosas regiones, moradas, mansiones espirituales donde podéis encontrar la libertad verdadera para amar, para extender el bien y hacer la luz. ¿Dudaréis de ello, después de haberos cumplido todas mis anteriores promesas?

Sabed que los grandes espíritus trabajan en mi Obra eternamente: Elías, destinado a anunciar la llegada del Maestro entre sus discípulos, es la luz que abre brecha a los espíritus, descendiendo hacia los perdidos del camino, hacia los que duermen o han muerto a la fe en la vida espiritual, para envolverse en el fuego de amor que de él emana, fuego que es fe, exterminio del mal y purificación. Su voz llama en cada nación, su fuego purificador avanza. Ciertamente la purificación deja a su paso una estela de dolor, mas pronto llega un divino consuelo, representado en María, a derramar su bálsamo en todo corazón sollozante, en toda criatura atormentada por el dolor.

Luego llegaré a visitar corazón por corazón para hacer oír mi divino llamado a los hombres, diciéndoles tan solo: "Seguidme".

Mi Doctrina desarrolla al hombre en todas sus fases; sensibiliza y ennoblece al corazón, despierta la mente y perfecciona y eleva al espíritu.

Haced de mi Doctrina un profundo estudio que os permita comprender la forma justa de practicar mis enseñanzas, con el fin de que vuestro desarrollo sea armonioso, es decir, que no sólo deis desenvolvimiento a la mente sin preocuparos por los sentimientos que debéis cultivar o por los ideales del espíritu, que debéis alentar.

Todas las potencias de vuestro ser, pueden encontrar en mi palabra la senda luminosa por donde podrán evolucionar y perfeccionarse hasta lo infinito.

Os he dado tiempo suficiente para asimilar y comprender mis enseñanzas, tanto que muchos de vosotros que llegasteis niños, sois ahora jóvenes, así como otros que llegaron jóvenes, son ahora ancianos. Unos han nacido en este camino y forman ya parte del número de mis labriegos y otros han exhalado el último suspiro ocupando su lugar entre mis escogidos.

He concedido el tiempo suficiente a este pueblo, para que en él se avive la luz de una fe firme y verdadera y para que su espíritu tenga un profundo conocimiento de mi Obra. Mi palabra os prepara para cuando dejéis de escuchar esta voz y tengáis que concentraros en el fondo de vuestro ser, podáis sentir mi presencia y recibir mi inspiración.

Mi lección está siendo escrita en vuestra conciencia; ahí está el arca que mejor guarda mi Ley, para que cuando los tiempos pasen y estas horas de recreo espiritual que tenéis con vuestro Maestro queden distantes, la esencia de mi palabra vibre llena de vida en vuestro espíritu, fresca, palpitante de amor y de sabiduría.

En mi palabra encontraréis que a cada paso os digo que alcancéis la espiritualidad porque será lo que deba distinguiros en la Tierra. Sin la espiritualidad no podréis dar a vuestros hermanos el testimonio que debéis dar.

No temáis porque Yo haga cesar mi palabra entre vosotros; mi Obra no decaerá, ni vuestro espíritu desmayará. Tengo dispuestos en el valle espiritual a los seres que deberán llegar a encarnar para ser guías y profetas de los pueblos; seres de luz, espiritualistas que os enseñarán a dar un paso hacia adelante en la senda abierta por mi palabra.

Hoy quiero deciros que así como aquí necesitáis que vengan del Valle Espiritualidad seres de luz que os ayuden en la jornada, también hay moradas espirituales que están necesitando que algunos de vosotros lleguéis a ellas con la luz de mi enseñanza. No sabéis quienes de los que en estos instantes me escuchan tendrán que partir pronto en pos de una misión espiritual. Esa es la razón por la que hace tiempo se están purificando muchos corazones y por la que, a cada día que pasa, sienten su espíritu más dentro de mi Obra.

Quiero que entre mis huestes espirituales estén algunos de vosotros, para unirlos con aquellos que en esta Obra bendita de restitución y de justicia trabajan Conmigo por la salvación de todos los seres que caminan fuera del sendero de la vida y la verdad.

Guardad en vuestra conciencia esta palabra que podrá serviros de preparación en el instante supremo de abandonar esta existencia para liberaros espiritualmente.

¡Hermoso tiempo de revelaciones es éste, oh pueblo amado! ¡Tiempo de luz que eleva a los espíritus! ¡Bienaventurados los que se preparan, porque ellos reciben mi luz en plenitud!

Mas, pensad que son apenas los principios de una era, que no os he revelado todo cuanto este tiempo reserva a los hombres, ni todo lo que habéis recibido ha sido ya comprendido por vosotros.

Días, años y siglos pasarán en los que esta humanidad será testigo de maravillosas luces y revelaciones espirituales jamás conocidas.

Esos tiempos se acercan, por eso debéis preparar el camino a los que vendrán a ocupar vuestro lugar; debéis bendecir la senda con vuestras buenas obras, entonces habéis iniciado la construcción del templo verdadero, que otros vendrán a continuar y más tarde otros vendrán a concluir.

Os he dado mi enseñanza por largo tiempo para que ella, como buena semilla, eche profundas raíces en vuestro corazón y viváis con el testimonio presto a desbordarse entre vuestros hermanos.

Formad con mi palabra un libro. Extraed de ella la esencia, para que alcancéis a tener el verdadero concepto de la pureza de mi Doctrina. En la palabra trasmitida por el portavoz, podéis encontrar errores, mas no así en la esencia. Mis intérpretes no siempre han estado preparados; por eso os he dicho que no la miréis superficialmente, sino que penetréis en su sentido, para que podáis encontrar su perfección. Orad y meditad, para que podáis comprenderla.

Todos necesitáis fe para vivir. ¡Ay de aquel que sólo vive para las vanidades del mundo porque su espíritu estará vació y al final de su jornada terrestre, no podrá presentar cosecha alguna! Pensad que habéis sido enviados a la Tierra para desempeñar una misión espiritual, que después tornaréis a Mí; mientras, la materia irá a confundirse con la tierra de la cual ha brotado. Para alcanzar una gran fe, inspiraos en mi amor, haced de vuestro corazón un templo. Cerrad los ojos del cuerpo y abrid los del espíritu, para que miréis más allá de vuestro mundo. Yo estoy fuera y dentro de vosotros, en lo más íntimo de vuestro ser, velando y vigilando a vuestro espíritu. Conozco todos vuestros anhelos y esperanzas y os digo: Escalad el monte del perfeccionamiento llenos de paciencia y sacrificio. Cuando estéis cerca del final, entreabriré las puertas de mi Reino, para que presintáis mi paz y seáis fuertes en la última hora.

Todo evoluciona. El hombre adelanta en su ciencia, mas no aprovecha este saber que ha adquirido en hacer el bien, no sabe consolar ni proteger a sus semejantes. Las ambiciones y el mal entendimiento del libre albedrío, han causado una nueva guerra y su consecuencia es el dolor. Contemplo orfandad, miseria, desolación y muerte por doquier, y de todo esto me responderéis. ¿Qué habéis hecho de mi palabra? La habéis desoído y os perdéis en un mar de dolores y confusiones, y aun así, no será la última guerra que haréis, mas el juicio se acerca para todos. Están en mi presencia jueces y reos, verdugos y víctimas. Todas las naciones oirán mi voz. Yo os invito a orar en esta hora suprema y os doy la luz de mi Espíritu.

Mi creación es constante y nada muere. Si el dolor consume la carne y el espíritu queda desnudo sin haber cumplido su misión en la Tierra, Yo le daré una nueva vestidura corporal y le haré tornar a ella.

Os invito a hacer obras espirituales que perduren a través de los tiempos. Edificad sobre tierra firme, para que no haya elemento alguno que destruya lo que habéis hecho.

Estáis frente a mi mesa, sentaos en torno mío y escuchadme.

Es mi voluntad que en este tiempo, todo hombre y todo espíritu alcance este conocimiento divino que el Espíritu Santo ha venido revelándoos.

Mi palabra en este tiempo ha sido como un libro de sabiduría que se ha abierto ante los hombres.

A vosotros, a quienes he nombrado mis discípulos, os hago celosos guardianes de esta enseñanza.

Sois la familia humilde de Jesús, a quien se le ha confiado una heredad. Comprended que Yo, el Maestro, he venido a manifestaros mi voluntad.

Ninguno de los que habitan la Tierra, conoce la morada celestial. Sois aun peregrinos en el desierto de la vida, algunos caminan errantes sin saber a dónde van; pero desde la eternidad os está esperando el amor de vuestro Padre, por eso desciendo a ayudaros en vuestra fatigosa jornada, para que lleguéis al seno de donde partisteis.

Antes quiero unificaros en el amor, para que los méritos que hagáis, luchando por acercaros, perdonándoos unos a otros y estrechándoos con fraternidad, os acerquen a Mí. Tengo preparado el camino para que lleguéis por él a la paz de mi Reino, esa paz que en esta vida no encontráis, porque en ella sólo habéis conocido el dolor. ¿Por qué no seguisteis el camino que os tracé en el Segundo Tiempo? No habríais tropezado ni caído. Ahora sois mis discípulos, porque os amo y quiero daros una nueva oportunidad para salvaros. Vais a aprovecharla, ¿O vais a estacionaros nuevamente? Mirad que lo que os he revelado con tanta sencillez y humildad, es algo que pertenece al arcano del Padre que había estado oculto aun para los sabios y los teólogos. Más, no por saberos poseedores de esta gracia, vayáis a imitar a los hombres de ciencia que debido a sus descubrimientos han caído en vanidad y ceguera, hasta el punto de desconocer a quien todo lo ha hecho.

Hoy poseéis vosotros lo que otros han desconocido o despreciado; pero cuando os levantéis a extender mis enseñanzas, no os detengáis a juzgar, si aquél a quien estáis hablando, es digno o no de recibir mis lecciones, aun cuando sean los que más me han desconocido.

Vosotros, que al escucharme mostráis vuestro espíritu rebosante de alegría, sois los que daréis a conocer mi Obra. Se acerca la hora de mi partida y debéis estar preparados.

En el Segundo Tiempo elegí doce hombres, los cuales después de mi partida, extendieron la buena nueva por el orbe. Doce hombres fueron bastantes para realizar aquella obra. En este tiempo he doctrinado a millares de hombres y mujeres; he enviado en vuestra ayuda a mis huestes espirituales, porque estáis en el tiempo de liberación de los espíritus. Si son muchos mis soldados, es porque ahora la humanidad es mayor y sus pecados y tinieblas más grandes también.

Sed humildes y conformes con vuestro destino.

A veces formuláis en vuestro corazón esta pregunta: ¿Habré progresado espiritualmente o me encontraré estacionado? Y Yo, el Maestro digo a mis discípulos, que si han llegado a sentir el dolor de sus hermanos, han dado un paso hacia adelante; que si han sabido perdonar a los que les hayan ofendido gravemente, han dado un paso más; y que si su corazón ha llegado a identificarse con todos los hombres sin distinción de razas, o clases, han avanzado bastante en el sendero de la evolución espiritual.

Y ¿Cuál ha sido el móvil de esos sentimientos y actos? El amor que mi Ley ha sabido inspiraros. Sólo el amor podrá enseñaros mi Doctrina, porque de él se derivan todas las virtudes. Es en vano que los hombres traten de encontrar la solución a sus problemas por otros medios; inútilmente querrán establecer la paz en el mundo, si ella no está cimentada en el amor de los unos hacia los otros.

06-174.48 Sin embargo, veo que mi Doctrina es vista aún con indiferencia, y a veces hasta con burla por quienes sólo ven la vida a través de los sentimientos que les inspira un corazón materializado y egoísta; más Yo os digo que hasta ellos llegarán a convencerse de que sólo una moral elevada, un conocimiento claro y una razón justa, serán las que puedan llegar a salvar a la humanidad del abismo en que ha caído. Y esa moral elevada, la puede dar únicamente la espiritualidad que vengo enseñándoos, esa limpidez de vuestras obras ante la luz de la conciencia y esa justicia para razonar, las encontraréis sólo en mi palabra, porque Yo no vengo hablando de imposibles, ni vengo a enseñaros sólo fantasías; mi Doctrina se basa en la realidad, en la verdad.

Imposibles son los que ha tratado de realizar el hombre a través de los medios que no os ha aconsejado mi Ley de amor y de justicia, y si Yo le he permitido que obre con libertad, es para que experimente por sí mismo, aun cuando siempre ha tenido mi Ley presente en su conciencia.

Si el corazón de los hombres no se hubiese endurecido tanto, el dolor de la guerra hubiera bastado para hacerle reflexionar sobre sus errores y hubiera vuelto al camino de la luz; pero aún tiene el recuerdo amargo de aquellas matanzas humanas y ya se está preparando para una nueva guerra.

¿Cómo podréis concebir que Yo, el Padre, el Amor Divino sea capaz de castigaros con guerras? ¿Creéis que quien os ama con amor perfecto y desea que os améis los unos a los otros, pueda inspiraros el crimen, el fratricidio, la muerte, la venganza y la destrucción? ¿No comprendéis que todo ello se debe al materialismo que ha acumulado la humanidad en su corazón?

06-174.52 Los hombres se han alejado de la senda que les marca su conciencia, han perdido la razón, se han apartado del sendero de la moral y de los buenos sentimientos. No han querido detenerse a tiempo, no han meditado y van hacia el fondo del abismo que han labrado, al encuentro de las tinieblas. Sin embargo, mi amor les ha perdonado sus faltas y mi luz ha tratado de detenerles, mostrándoles que van por un camino equivocado; pero mi Ley respeta el libre albedrío de que les he dotado, aunque mi justicia les dejará que recojan el fruto de lo que van sembrando en su vida.

Y cuando parezca que todo ha terminado para el hombre y que la muerte es la que ha vencido o que el mal es el que ha triunfado, de las tinieblas surgirán los seres a la luz; de la muerte resucitarán a la verdadera vida, y del abismo del mal se levantarán a practicar la Ley eterna de Dios.

No todos conocerán el abismo porque así como unos han procurado permanecer aislados de esa guerra de pasiones, de ambiciones, de odios y han vivido en las afueras de la Nueva Sodoma, otros que si habían pecado mucho, sabrán detenerse a tiempo, y con su arrepentimiento oportuno y su completa regeneración, evitarán muchas lágrimas y mucho dolor.

Los que estáis escuchándome, no alimentéis ni contribuyáis en forma alguna a esas guerras, perseverad en mi camino para que vuestra vida y vuestras palabras, así como vuestras obras, sirvan para que muchos corazones se detengan a tiempo en su vertiginosa carrera, para que experimenten mi paz y se liberen de tener que beber ese cáliz de amargura.

Aprovechad este día que dedicáis a vuestro Creador. Vuestro corazón se prepara y late de amor hacia mi Divinidad y os llenáis de mi gracia porque os hacéis dignos de recibir mi presencia.

Dejad que la alegría de vuestro espíritu se refleje en vuestra materia, que no por ello será alegría insana. ¿Cómo podría estar alegre vuestro espíritu y al mismo tiempo triste vuestro corazón si ambos viven en armonía?

Es bello ese estado cuando proviene del goce del espíritu. Buscad la perfección de vuestras obras, porque en la perfección está la suprema dicha.

¿Qué imperfección encontráis en la Creación? Ninguna, me decís. Sin embargo, las imperfecciones abundan y esas se encuentran en las obras de los hombres. Haced mi voluntad, porque todo lo que se haga fuera de la Ley es imperfecto.

Comprended: No deis rienda suelta a la imaginación, no juzguéis las obras de vuestros hermanos. Os quiero buenos y además, deseo que lleguéis a ser perfectos, porque vosotros aparentemente tan pequeños, sois más grandes que los objetos materiales y los mundos, porque tenéis vida eterna, sois una chispa de mi luz. Sois espíritus. Es menester que reconozcáis lo que es espíritu para que podáis comprender por qué os llamo al camino de perfección.

En vuestro dolor, he venido a buscaros para salvaros, es el amor de vuestro Padre que no se ha cansado aún de llamar a las puertas de vuestro corazón.

Desde 1866, a través de hombres inspirados por Mí, he venido a comunicarme con vosotros para mostraros el camino del bien y la justicia.

El Maestro os dice: Es mi voluntad testificar que esta es la Tercera Era.

En el Primer Tiempo, Abraham pactó con el Padre. En el Segundo Tiempo, Cristo selló con su sangre el pacto que hizo con los hombres, porque con su sangre, que quiere decir amor, vida, sacrificio y perdón, mostró al mundo el camino para la redención de sus culpas, dando salvación y vida eterna al espíritu.

En este tiempo vengo a desbordar mi luz en el espíritu, porque si queréis llegar a Mí en cuanto hombre, jamás lo lograréis porque la mansión prometida en la eternidad es para el espíritu.

Os recomiendo mi enseñanza para que en la misma forma que os la doy la transmitáis a vuestros hermanos, mas nunca discutáis con violencia al enseñarla. Cuidaos de censurar lo que no conocéis, pero comprended que un ejemplo limpio será suficiente para convertir a los hombres a la espiritualidad.

En mi mandato en que os digo: "Amaos los unos a los otros", está condensada mi enseñanza. ¿Por qué si al crearos os di a todos el mismo grado de comprensión, no todos me han llegado a comprender? ¿Por qué mientras unos saben dar a Dios lo que es de Él y al mundo lo que a él pertenece, otros se lo dan todo al mundo, del que llegan a hacer su dios, su paraíso y su gloria? Porque han olvidado que os dije en el Segundo Tiempo: "Mi Reino no es de este mundo".



¡Te perdono y te bendigo en mi nombre que Soy el Padre, El Hijo, el Espíritu Santo, Mi paz sea con vosotros Pueblo Bendito de Israel!

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