sábado, 7 de agosto de 2010

Cátedra Divina 126

¿De quién es la voz que llega hasta el fondo de vuestro corazón? ¿Adónde os conduce y por qué la buscáis? Venís a buscarla, porque en ella encontráis la presencia de Aquél que constantemente ha venido a buscar a los hombres; y como vuestro espíritu necesita adorar a su Dios, cuando lo siente cerca, ya no quiere apartarse de El.

Por muchas sendas vienen los hombres en mi busca; son las diferentes religiones que existen en la tierra, y dentro de ellas los que más cerca me sienten son los que llevan mayor espiritualidad, los que van sembrando amor en su jornada.

Mi voz es de Padre porque os acaricia; mi palabra es de Maestro porque os instruye. Como a niños y a párvulos os contemplo, y por ello os prodigo mis cuidados.

Sé que esta forma de comunicarme con vosotros, que esta palabra que os doy ahora, será combatida y negada por muchos; mas también sé, que después será comprendida y creída; entonces comenzará mi luz a brillar con esplendor en el corazón del hombre. Este tiempo será como un nuevo día para la humanidad; mas no porque la luz divina vaya a brillar con mayor intensidad que anteriormente, porque ella es inmutable; se deberá a que los ojos de vuestro espíritu se abrirán para penetrar en la verdad.

Hoy me encuentro con una humanidad desfalleciente en lo espiritual, a causa del abuso que ha hecho del don del libre albedrío. Yo tracé un camino de justicia, de amor, de caridad, de bien; el hombre ha creado otro de aparente luz, el cual le ha conducido al abismo.

Al volver, mi palabra os marca el mismo camino, aquel que no habéis querido tomar; y sería injusto e insensato el que dijera que esta doctrina confunde o aletarga.

Mi luz brilla desde el infinito en los espíritus y hace que miréis con más claridad las veredas que habéis creado, para alejaros de Mí o para buscarme. Caminad hacia Mí, hacia lo perfecto. Sólo el que se eleva rumbo a la cumbre de la montaña, podrá saber cuánto ha dejado abajo, cuánto ha progresado y de cuánto se ha libertado. ¿Creíais, humanidad, que por haber descendido tanto, no vendría a buscaros y a sacaros de vuestro pecado? Aquí tenéis mi presencia; vengo a curar vuestras heridas y a secar vuestras lágrimas; vengo a consolaras en vuestra tristeza y a acompañaros en vuestra, soledad; vengo a conversar con vuestro espíritu para haceros sentir mi ósculo divino.

Mi amor levantará del fango a los que en él hayan caído y les salvará, porque también ellos brotaron del seno divino para cumplir una misión de amor.

Reconoced que cuando habéis caído en error, vais buscando la muerte, sin comprender que habéis sido creados para vivir. Vais tras del cáliz de amargura, cuando he sembrado de elevados deleites y de verdaderos goces vuestra existencia.

Ved, pueblo, ¡cuán distinta es mi justicia de como la concebís vosotros, cuando creíais que vendría mi cetro a exterminaros por desobedientes a mi ley! He llamado a los que más se han manchado para confiarles hermosas misiones y nobles cargos que les signifiquen ante los demás y los salven de sus errores. Esta obra bendita será dada a conocer con hechos, y para que vosotros seáis de los que den ejemplos, necesitáis preparamos.

Vengo a depositar mi palabra, que es la ley, la doctrina y la simiente, en vuestro espíritu, no en vuestra materia; el espíritu es el depositario, el responsable; si allí guardáis esta palabra, no caerá en el vacío, no sufrirá alteración.
05-126.12 Yo soy la aurora que empieza a iluminar en este tiempo, y vosotros sois de los primeros en despertar en este amanecer. No es una nueva luz, es la que ha alumbrado en todos los tiempos vuestra conciencia. Esta voz que os dice: Elevaos por medio de la espiritualidad hacia Mí, es la mima que os dijo en aquel tiempo: "Perseverad en el bien y seréis salvos", y también os dijo: "Amaos los unos a los otros". Este camino espiritual del que os hablo ahora, es el que di a conocer a Jacob en lejanos días, al revelarle la escala de perfección. Ahí está esa escala delante de todo espíritu, como un camino que os invita a la ascensión. Su base es este valle humano, más abajo hay abismos, pero esos no los he creado Yo. Hacia arriba están los peldaños en número infinito, como una cuesta que conduce a la cumbre de la espiritualidad.

¿Quién estará apenas en el primer peldaño? ¿Quién en las tinieblas del abismo? ¿Quién en los más elevados peldaños? Son secretos que sólo mi justicia conoce.

A vosotros os envío a la explanada, al valle, a empezar la caminata y os señalo en el horizonte la montaña que debéis escalar.

Ved cómo esta doctrina es para el espíritu, porque mientras la materia cada día que pasa se acerca más al seno de la tierra, el espíritu en cambio, se aproxima cada vez más a la eternidad.

El cuerpo, es el punto de apoyo en el que descansa el espíritu mientras habita en la tierra. ¿Por qué dejar que se convierta en cadena que sujeta o en celda que aprisiona? ¿Por qué dejar que él sea el timón de vuestra vida? ¿Acaso es justo que un ciego guíe al que tiene vista en sus ojos?

Yo soy quien os da a conocer la vida en todas sus fases; ella es el sustento del cuerpo y del espíritu; quien cumpla con las leyes del espíritu y con las leyes humanas, ha consagrado su vida entera al Creador.

Yo seré precursor de vosotros cuando estéis por llegar al valle espiritual; siempre voy delante. Que no caiga vuestro espíritu jamás en la ociosidad, que procure dar siempre un paso más en el camino del progreso que es perfeccionamiento.

No os conforméis con decir: Creo en el Señor, mostrad vuestra fe en lo que hagáis. No digáis tan sólo de palabra: Yo amo al Padre; someteos a la prueba para que sepáis si en verdad me amáis.

Os he hablado y mi palabra es unción; os he ungido como maestros,

¿Por qué me siguen desconociendo cada vez más los hombres, a pesar de que la mente humana se ha iluminado con nuevos adelantos? Porque atendiendo tan sólo a cultivar el árbol de la ciencia, han venido descuidando el perfeccionamiento del espíritu.

Ya os había dicho: "Velad y orad para que no caigáis en tentación, pero hasta la oración, que es el lenguaje que emplea el espíritu para hablar con su Señor, ha sido olvidado. Es un idioma desconocido para los hombres de este tiempo.

Cuando alguna vez sienten la necesidad de orar, no encuentran palabras con qué expresarse ante Mí; sin embargo, Yo entiendo a perfección lo que cada uno pide, sin necesidad de palabras ni pensamientos; mas cuando mi Espíritu les responde, ellos no me entienden, porque no se han preparado; entonces la voz de su Maestro que debiera series familiar, es para ellos desconocida.

Si la oración que he enseñado a la humanidad se hubiese practicado con pureza, de generación en generación, los hombres habrían alcanzado cada vez mayor espiritualidad para escuchar mi voz; entonces en este tiempo su comunicación espiritual con lo divino les serviría para formar un mundo más amable, más justo y más real que el que han creado con su materialismo.

¿Por qué habéis creído que el espiritualismo es algo que se opone al desenvolvimiento de vuestra vida material? ¿Cuándo he condenado a vuestra ciencia aplicada al bien de la humanidad? Si alguno se atreviese a decirlo, no sería justo con su Padre.

Por medio de la espiritualidad se logra un grado de elevación que permite al hombre concebir ideas más allá de lo que puede su mente presentir y tener potestad sobre lo material.

Ahora pensad, si la elevación del espíritu se emplea en el estudio de la creación material que la naturaleza os presenta, o de cualquier otro ideal humano, ya podéis imaginar los frutos que podríais obtener cuando vuestros descubrimientos no fuesen debidos tan sólo al escrutinio con la mente, sino que también interviniera la revelación espiritual que os hiciere El que todo lo ha creado.

Velad y orad, vuelvo a deciros, para que lleguéis a conocer mi voz, para que llegue a vosotros mi inspiración y la podáis entender, porque muchas son las lecciones que aún tengo que deciros.

Vengo a salvaros de vuestro naufragio; Yo soy el faro que brilla entre las tinieblas; buscadme, confiad en Mí y Yo os ayudaré a transformar vuestra vida en un mundo de paz, de virtud y de elevación espiritual.

Compartid Conmigo el gozo que experimenta mi Espíritu, cada vez que plantáis uno de los árboles que deben dar su sombra a la humanidad. Siete recintos abrieron sus puertas en el presente año de 1944, como una representación de los siete que implantó Roque Rojas en 1866; mas si aquellos primeros se dividieron y no supieron vivir en armonía, vosotros llevad vuestro cargo con obediencia y fraternidad Imitad al sexto recinto del cual provenís y perseverad en mis mandatos; formad los siete una misma sombra y dad a todos el mismo fruto; este es un pacto que habéis hecho con mi Divinidad. Antes de que brote de vuestro corazón el juramento de seguirme, os pruebo, os purifico y fortalezco, para que vuestro propósito sea inquebrantable y la conciencia os diga que esa promesa ha quedado escrita ante el arca de la nueva alianza.

El pacto que Conmigo hacéis, no es un compromiso material, es un cargo espiritual que habéis aceptado contraer con vuestro Padre, con Aquel que ha hecho todo lo creado; Yo os enseño a cumplir vuestra misión espiritual, mas también os encargo que cumpláis todo compromiso y toda promesa que en lo humano hagáis, para que os reconozcan por la verdad de vuestro espíritu y por la sinceridad de vuestro corazón; haced que vuestro sí, sea siempre sí, y vuestro no, sea siempre no; entonces habrá confianza en que vuestras determinaciones sean siempre firmes. Nunca rompáis un pacto sagrado, como son el del matrimonio, el de la paternidad y el de la amistad.

Si el desconocer los deberes y compromisos humanos acarrea tan grandes sufrimientos, ¿qué será cuando deis la espalda a una misión espiritual contraída con vuestro Señor? Es verdad que mi causa requiere renunciaciones y sacrificios, mas también os digo, que es el ideal que no defrauda jamás a quien lo persigue; el que alcance la meta, logrará la inmortalidad. Ahora os digo, estudiad a fondo mi palabra para que no forméis un grupo aparte en la tierra; llegad a un grado de comprensión y de preparación que os permita vivir espiritualmente con todos y no divididos. Mi doctrina no viene a sembrar simiente de división.

Se acerca el tiempo en que sea la verdad, la razón y la luz, las que se impongan a la fuerza, a la violencia y al temor; mas ¿cuándo podrá decir el hombre como Cristo: "Mi reino no es de este mundo", y sin desconocer nada de lo creado, tomándolo todo con justa medida, reconozca que los bienes terrenales son pasajeros, Comprended que la verdadera fuerza está en el espíritu, que el poder de la tierra, sus vanidades, sus glorias y el esplendor de su ciencia, por largo que sea su reinado, sucumbe ante la eternidad.

Con su falsa grandeza muchos desengaños ha sufrido la humanidad, y en verdad os digo que otros mayores sufrirá. ¿Qué será de los hombres cuando su conciencia, que es su juez, los despierte y contemplen su obra? Su dolor será acerbo, su arrepentimiento
grande, y entonces su reacción será buscar una senda espiritual para expiar sus faltas; ese tiempo será de exaltación religiosa, que alcanzará la mayor altura de fanatismo; entonces vendrán las luchas y batallas entre religiones y sectas; vosotros permaneced despiertos y no vayáis a esperar que el rumor de aquella lucha sea el que venga a despertaros, porque entonces no sabréis dónde están vuestras armas para luchar. Mirad cómo estoy multiplicando el número de estos recintos a los que en sentido figurado llamo árboles, con el fin de que sus ramas se extiendan ofreciendo sus frutos.

Estoy construyendo el templo del Espíritu Santo; mas cuando éste haya sido construido, no existirán o habrán perdido su razón de ser los recintos, los templos y santuarios, junto con sus símbolos, sus ritos y sus tradiciones; entonces sentiréis mi grandeza y mi presencia, reconoceréis por templo el universo y por culto el amor a vuestros semejantes. Del seno de la madre naturaleza brotarán nuevas luces, que harán de vuestra ciencia un camino de bonanza, porque estará encausada por la conciencia que es la voz de Dios.

No será ya el cerebro él señor del mundo, sino el colaborador del espíritu, quien le guiará y le iluminará.

En estos tiempos en que el amor y la caridad han huido del corazón de los hombres, el Padre os dice: Tranquilizaos y descansad.

Os he probado en todos los tiempos y más aún en el presente; os habéis preguntado cuál será la causa de vuestros dolores, eleváis vuestro espíritu para conversar Conmigo y me decís: Mis sufrimientos son mayores que los de mis herrmanos. No, hijos míos, la guerra con todas sus consecuencias no ha llegado a vuestra nación. Otros sufren más que vosotros. Si sentís dolor, es porque lleváis el peso de una gran responsabilidad y porque estáis sintiendo el dolor ajeno. Si por ellos sufrís, benditos seáis, porque vuestra obra dará buenos frutos. Trabajad entre la humanidad y mi palabra os alentará a cada instante.

Sentís que el juez está en este tiempo muy cerca de vosotros y cada uno se dispone a dar cuenta de su trabajo. Penetráis en recogimiento, examináis vuestro corazón y esperáis que la voz de vuestra conciencia os señale vuestros errores, y Yo os digo: He mirado que habéis puesto vuestro espíritu y corazón en vuestras obras, que a veces habéis ido más allá de vuestros deberes, llegando al sacrificio por cumplir mis mandatos, por ello os bendigo; mas en verdad Yo no os he pedido sacrificios; hay obras que Yo haré por vosotros, porque están fuera de vuestras posibilidades. Vosotros sólo debéis orar y confiar.

Hoy, que he venido a comunicarme con los hombres, encuentro que ellos y sus costumbres han cambiado, y para comprenderme y seguirme tienen que luchar más. El pecado se ha multiplicado y el ambiente está contaminado. Las malas influencias invaden y causan trastorno, ofuscando la mente y el corazón; y en medio de este ambiente lucha el pueblo de Israel por alcanzar su liberación y ayudar a la humanidad. Vuestros méritos serán mayores, si trabajáis pacientes y humildes por mi obra, venciendo las difíciles condiciones de vida que padecéis.

Si os sentís preparados para hablar de mi doctrina, hacedlo; si aún no habéis analizado y vuestra palabra no tiene fuerza para convencer, esperad un tiempo más, seguid escuchándome hasta que hayáis asimilado mi enseñanza.

¡Cuántos hay que escuchando mi Palabra a través del entendimiento humano, no me han creído ni se han convencido! ¡Cuántos más dudarán de vosotros si no os preparáis! El mundo vendrá a vosotros con sus armas, con sus teorías, y si no estáis preparados, debilitaréis. Os escudriñarán sin piedad, os preguntarán cómo habéis recibido la revelación de mi venida, por qué medio habéis recibido mi doctrina, y vosotros contestaréis a cada una de sus preguntas. Seréis benévolos e indulgentes, buscaréis la forma más clara para explicar la verdad de mi palabra, para hacerles comprender su sentido y les ayudaréis para que puedan iluminarse.

Mi paz dejo entre vosotros, saboreadla, disfrutad de ella hasta el punto en que vuestra vida os lo permita, porque el reino de paz no ha descendido aún entre los hombres. Hoy vivís un tiempo de caos, de perturbaciones, mas Yo he venido a traeros el antídoto de todo mal y os prometo en cumplimiento a mi palabra de los tiempos pasados, que la paz vendrá como aurora radiante a iluminar vuestro espíritu y que de este tiempo de dolores no quedará huella.

Ya se acerca el tiempo en que nuevas generaciones llenas de gracia habiten la tierra trayendo una misión sagrada, entonces se cumplirá mi palabra que os dice: "Los postreros serán Primeros y los primeros postreros". Cada uno cumpla en su etapa porque no sabéis si os conceda venir en el tiempo de paz.

Sentid mi consuelo, humanidad. Vivid en Mí y no temeréis el rigor de las pruebas.

María, vuestra intercesora, os bendice, Yo os bendigo también.

El mundo cristiano olvida muchas veces las obras espirituales de Jesús, por darle mayor importancia a algunos de sus hechos materiales. Así por ejemplo su pobreza humana, la confunde con su humildad, y su dolor físico con la verdadera pasión que en Espíritu vivió; y su sangre corporal la toma como la que lavó los pecados del mundo, olvidando que la verdadera sangre, aquella que es vida eterna para el espíritu, es la esencia de su palabra.

El Maestro os dice, que si aquel cuerpo hubiese tenido razón de habitar por siempre entre vosotros, el Padre lo hubiese protegido de sus verdugos, o una vez muerto, si en algo hubiese sido útil para vuestra salvación, os lo hubiese dejado; pero una vez concluida su misión en aquella cruz, ya no pudieron contemplarlo vuestros ojos, para que buscaseis del Divino Maestro lo que de El deberíais de tomar, su palabra, sus obras, su humildad y todos sus ejemplos de perfecto amor.

Desaparecida de la tierra aquella forma humana, sólo quedó flotando en las conciencias la esencia divina del Verbo, que habló en Jesús. Eso es lo que debéis de buscar, la esencia, el sentido espiritual de aquel mensaje de vida y amor.

Dejad de adorar a vuestro Padre a través de formas materiales, para que aprendáis a amarle directamente con el espíritu.

Cuando alguien preguntó a Jesús: ¿Tú eres rey? el Maestro contestó: "Yo para éso he venido"; mas todos dudaban de que Aquel pudiera ser rey a juzgar por la pobreza de su indumentaria. Nadie vislumbraba detrás de la humildad de aquel hombre la majestad del que hablaba, ni presentía en el fondo de aquella palabra la promesa de un reinado de paz, de amor, de ventura y de justicia.

La mirada humana se detiene siempre en lo exterior; no analiza, de ahí provienen las interpretaciones injustas y erróneas del hombre.

¿Sabéis que Jesús fue interrogado, insultado y aun negado en aquel tiempo? ¿Sabéis que ni sus propios discípulos sabían decir quién era El, cuando se les interrogaba? De la misma manera en este tiempo se preguntará el mundo quién es el que os ha hablado, y muchos negarán que haya sido Cristo, el que ha conversado con vosotros, Entonces algunos de mis discípulos se confundirán y no sabrán quién es el que les ha hablado, si ha sido el Padre, el "Verbo", o el Espíritu Santo, a lo cual Yo os digo, que así como una sola es la verdad, una sola es la esencia divina que os he dado a través de los tiempos, así le llaméis: ley, doctrina o revelación.

El que ha amado esa verdad y ha seguido esa luz, ha amado y seguido a su Padre.

El discípulo espiritual debe buscar siempre la esencia de mis obras, para que descubra la verdad en mis mensajes divinos. Veréis entonces cuan sencillo es encontrar el sentido de todo aquello que unos envuelven en el misterio y otros complican con sus teologías.

Espiritualidad quiere decir sencillez; ¿por qué complicar entonces lo que es simple, claro y diáfano como la luz?

En este tiempo os habéis levantado en pos de mi palabra, para calmar en ella vuestra sed de justicia y de amor. Me oís como buenos discípulos y contemplo atentos pasar las páginas del libro de la enseñanza. Sois los escogidos, no os sorprendáis cuando os digo estas lecciones. Mas no sois los únicos privilegiados; en mi obra de equidad y de amor he donado a todos los espíritus con preciosos atributos. Vosotros que habéis sido llamados antes, no os engrandezcáis; preparaos tan sólo para que podáis cumplir con vuestra misión y ser comprendidos y seguidos por vuestros hermanos.

Siempre me habéis buscado para darme gracias por los beneficios que os concedo. Y mi Espíritu, a quien no alcanzáis a contemplar, es el que os habla con claridad en esta forma. No permitiré que los portavoces, de quienes me sirvo, mientan. Yo me haré sentir en su conciencia y ellos sabrán que su trabajo es grato por la paz que experimente su corazón.

Yo colmaré vuestra ambición de progreso. A todos pongo en el principio del camino para que deis comienzo a la jornada.

Reconoced que la razón de mi tercera venida entre vosotros es mi amor a la humanidad. He venido en Espíritu a cumplir mi promesa.

Os dije en aquel tiempo: "El que conoce al Hijo, conoce al Padre". Yo di testimonio de Mí. En este tiempo vengo a esclarecer con la luz de mi Espíritu, lo que era misterio para la humanidad. Os ilumino para que reunáis en un solo libros los mandatos de Jehová, la palabra de Jesús y las revelaciones que mi Espíritu Santo os está haciendo en este tiempo, y confirméis que he venido a vosotros para dar testimonio de mi verdad en tres tiempos.

Mi palabra de los tiempos pasados no ha sido debidamente interpretada, mas la semilla está en el espíritu y ahí será cultivada por Mí.

Israel puede conversar con su Dios desde un elevado plano espiritual. Venid a Mi y si tenéis dudas, preguntad. He querido que os conservaseis en comunicación constante Conmigo, pero vosotros queriendo espiritualizaros, habéis caído en misticismo o en fanatismo. Y mi voluntad es que comprendáis mi palabra, que aconseja la sencillez y la pureza en todos vuestros actos.

Hoy venís en corto número a escucharme, mas las legiones espirituales que se acercan a Mí en estas manifestaciones, son inmensas. Mi palabra es como agua purificadora que a todos limpia. Vengo a enseñaros para que sintáis vuestra responsabilidad y no me digáis más tarde: No supe lo que hice, me faltó luz, mis padres no me aconsejaron, mi hogar fue nido de discordia. He contemplado que los hijos desconocen a los padres, que los padres no dan buen ejemplo a sus hijos, que hermanos con hermanos se hacen guerra, y Yo os pregunto: ¿Cuándo estaréis unidos? Yo siempre os he enviado seres virtuosos a la tierra, para que os aconsejen y os hagan progresar en vuestro mundo.

Si sois esposos, llevad presente que el hombre y la mujer que se han unido en matrimonio, deben hacer de su hogar un templo, para que en él podáis cobijar y conducir a vuestros hijos. No les dejéis herencia de dolor. Cada uno de vosotros en vuestro paso por la vida encontraréis justa compensación a vuestras obras.

Así como buscáis agradar a un amigo, buscad agradarme a Mí. Solicitad, pedid y os daré. Os he formado para recreo de mi Espíritu y me complazco en concederos lo que os ayude en vuestra evolución.

La tentación os inspira odio, y el hombre que es débil por naturaleza, hace obras de destrucción en el corazón de su hermano. Y os pregunto: ¿Qué derecho tenéis para destruir lo que Yo he creado? ¿Por qué matáis la fe, por qué censuráis? La humanidad no hace en este tiempo obras gratas delante de Mí, mas la luz de mi Espíritu brilla y os preparo para que combatáis la iniquidad. Os invito a luchar para que arrojéis de vosotros lo que es perjudicial, lo que os hace retroceder en vuestra evolución.

Vivificaos en Mí. Tomad mi palabra para que no volváis a tener hambre. Hoy hacéis festín en la mesa, saboreáis mi pan, y siempre recordaréis que el Maestro sentó a su mesa a sus discípulos, conversó con ellos y los alimentó para una eternidad. Os he dicho que, cuando me invocáis con vuestro corazón limpio, Yo soy con vosotros. He oído vuestra plegaria y por eso he descendido, vedme con los ojos de la fe, que son los que he preparado; estoy delante de vosotros y os he hecho acreedores a mi presencia. Reconocedme por la verdad de mi palabra. Este es el regazo del que os habíais alejado; mas siempre que el mundo os aparte de Mí, haced un esfuerzo por retomar, y este seno amante estará siempre abierto para que penetréis en él.

Así corno Yo vine a vosotros en el Segundo Tiempo en señal de alianza con el hombre y volví al Padre, hoy he venido por un tiempo y mi rayo universal será retenido en 1950; por eso os he dicho que esta manifestación ya no la tendréis después de ese año. Entonces os comunicaréis Conmigo de espíritu a Espíritu y mi gracia descenderá a vuestro corazón. Llegará el día en que os sentiréis muy cerca de Mí, corazones sencillos de mi pueblo. Servidme sirviendo a vuestros hermanos; convertíos en doctores, y si pagasen con una sonrisa vuestra caridad, deberéis quedar satisfechos. Yo escribiré en el más allá vuestras obras.

Amad a María, vuestra dulce Madre, buscadla espiritualmente; no pongáis delante de vosotros efigie alguna para sentirla cerca. Ella es la ternura de Jehová, que habéis visto manifestarse en todos los tiempos. Es vuestra intercesora divina. Amadla, para que Yo pueda decirle nuevamente: "¡Madre, he ahí a tu hijo!"


Te perdono y te bendigo en mi nombre que Soy el Padre, El Hijo, el Espíritu Santo, Mi paz sea con vosotros Pueblo Bendito de Israel. 

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