Si las ovejas no llaman al pastor, éste las busca para conducirlas al aprisco.
Discípulos: vengo a preparamos para que después de mi partida os levantéis de
comarca en comarca dando la buena nueva de que el Maestro estuvo entre los
hombres. Para ese tiempo, los cerebros de mis portavoces se habrán cerrado a
esta comunicación, mi rayo divino y mis hijos espirituales ya no se manifestarán en esta forma. Todo cambiará después de 1950, mas si los que
fueron pedestales y facultades, perseveran en su preparación y elevación, serán
quienes primero alcancen la comunicación de espíritu a Espíritu para enseñarla
a las multitudes.
Los labios de mis discípulos quedarán preparados para dar el consuelo a los
necesitados y su hogar dispuesto para recibir a los que vengan en busca de paz.
De mis labriegos, no todos partirán a dar a conocer mi , unos permanecerán en
espera de sus hermanos, mientras otros irán a buscarles por aldeas, comarcas y
naciones.
Los seres espirituales que os han custodiado, estarán cerca de vosotros y os
darán en vuestro camino inspiración, fuerza y fe.
Por ahora escuchadme, aprended de Mí, practicad y orad por este mundo que
perece y se desangra. Si vosotros esperáis que sólo el Padre se desvele por el
mundo, estáis en un error, vosotros tenéis que llevar gran parte del peso de
esta cruz.
Que vuestras penas no os hagan olvidar a los que viven en continua
desesperación y angustia. Grandes son vuestras aflicciones y dificultades en
la vida diaria, mas no podéis compararlas con aquellas que agobian a algunos de
vuestros hermanos.
Bien está que algunos corazones los encuentre por ahora sordos a mi llamado,
alejados de Mí, ocupados en sus ambiciones y odios; mas ¿Por qué a vosotros hay
instantes en que también os encuentro sordos a mis inspiraciones y os mostráis
negligentes en el camino espiritual que os he trazado? No pretextéis que es la
dureza de vuestra materia y el cúmulo de vuestras necesidades y preocupaciones
lo que os aleja de Mí.
Yo estoy en todas partes, a cada paso podéis encontrar la ocasión de poner en
práctica mis enseñanzas, porque siempre habrá tiempo y oportunidad para que el
espíritu cumpla su misión, aun en los trabajos materiales.
Meditad cinco minutos en cada día sobre vuestras obras, juzgaos a nosotros
mismos y formad el propósito de mejoraros más y mas.
La oración es baluarte, arma y escudo del espíritu, refugiaos siempre en ella y
no seréis débiles.
Vengo a hablaros con verbo sencillo y comprensible a todos, Yo no he venido a
sorprendemos con lenguaje florido ni filosofías incomprensibles, ni a hablaros
en idiomas extraños. La grandeza de mi palabra está en su sencillez, buscadla y
analizadla.
Confesaos espiritualmente conmigo, sabiendo que Yo descubro lo que más
profundamente guardéis; dejad que nazca en vuestro,corazón el verdadero
arrepentimiento y esforzaos por llegar cada vez más limpios a Mí.
Aprended todo ésto y en vuestro camino seréis reconocidos como mis discípulos.
Habrá quienes al contemplar vuestro don curativo quieran comprar vuestro
secreto, unos con buena fe, otros con fines de lucro; mas a ellos diréis que el
secreto para sanar el dolor del hermano es la caridad, y ese don todos lo
poseen.
Tenéis dones con los que podréis sorprender al mundo. Por medio del don de
videncia, estaréis profetizando, adelantándoos a las predicciones de la misma
ciencia.
Por conducto de mis labriegos, hasta de los a mas humildes, estoy haciendo
prodigios. Es el tiempo en que el torpe a y el rudo me dan gracias porque he
puesto en ellos mi caridad para convertirlos en mis servidores, porque en un
hombre de entendimiento rudo puede ocultarse un espíritu elevado al que sólo yo
descubro.
He visto a muchos suspirando y sollozando al borde del precipicio, porque su
envoltura ha sido reacia e indomable; y su espíritu, que lucha por destruir los
errores de la carne, se ha elevado en oración para decirme: "Señor, sino
venís en mi ayuda, perezco" Y el Maestro se ha acercado para doblegar con
una palabra o con una prueba aquella materia rebelde, y a dar al espíritu
potestad para vencer las pasiones y las flaquezas humanas.
Estos son los que siendo pobres de espíritu y humildes en la Tierra, hoy se
han revestido de fuerza y sus labios se han desatado hablando de enseñanzas
profundas y con amor van sanando enfermedades que para otros habían sido imposibles
de curar.
¿Sabrías contestar a mis preguntas sobre mi lección anterior, discípulos?
El libro permanece abierto ahí, en la misma página que os mostré la vez pasada,
pero es menester seguir adelante, sin detenerse; por eso, hago que mi palabra
quede guardada en vuestra conciencia para que cada uno de vosotros cuando la
necesitéis.
Yo soy el libro de la vida, haré que cada uno de vosotros sea un pequeño libro
del saber, para ello estoy escribiendo mis enseñanzas en vuestro corazón.
Mañana, esta enseñanza llegará a todos los pueblos y hogares, mas desde ahora
ya podéis decir que tuvisteis el privilegio de escucharme a través de esta
comunicación.
Llamé a los que se creían desheredados, a los que parecían sobrar entre la
humanidad, a los que sufrían humillaciones, hasta por parte de los suyos, y
deposité en sus manos este libro de amor.
Habéis visto iniciarse la alborada de una nueva era y por lo tanto no podéis
decir que ya lo habéis visto todo, porque os estoy preparando cuidadosamente,
para mañana, cuando veáis brillar esta enseñanza, no vayáis a confundiros ni a
cegaros con su luz. De discípulos os tornaréis en soldados defensores de la
verdad, para lo cual os estoy revelando cuales son las armas con las que
habréis de luchar; mas si lo habéis olvidado no es por demás que os recuerde
que las armas con las que seréis invencibles son: La oración, la caridad, el
perdón, la sinceridad, la mansedumbre, el celo por lo justo y lo bueno y el
amor.
Venísteis a morar a la Tierra, y cuando vuestros desengaños y penalidades os
hicieron preguntar al Arcano cuál sera vuestro destino, tuvisteis al instante
respuesta divina, al ser llamados para que escuchaseis mi palabra, que a la vez
que es caricia y bálsamo, es también Ley.
Oyéndome hablar como Padre, Como Maestro y como Dios, orientaréis vuestra vida
sabiendo que el fin para el cual fuisteis creados y enviados al mundo, es el de
llegar a Mí.
¿Quien que no fuese Yo, os hubiese revelado vuestro destino y os hubiese
descubierto vuestros dones?
Juan, mi discípulo, vio en su éxtasis este tiempo, el desarrollo de vuestros
dones; pero sólo los vio, era menester que el Cordero Divino viniese entre
vosotros a desatar el Sexto Sello de ese libro de eterna sabiduría y de
perfecta justicia para que pudieseis comprenderlo.
El sendero que hoy os muestro está iluminado con la luz de la verdad, para que
vengáis a Mí. En ese camino encontraréis muchas pruebas, tendréis muchos
motivos para estudiar mi Ley, conocer vuestro destino y entregaros a su
cumplimiento.
Cada día trae sus pruebas y Yo miro cómo las recibís y el fruto que me
presentáis. Muchas de esas pruebas son pequeñas y con ellas podíais dar
principio a una vida de enmienda y perfeccionamiento; pero sin analizarlas las
desecháis, y si así obráis ¿Cómo podréis prepararos Para pruebas mayores? El
juicio que Yo hago de vuestras obras no es riguroso, es el juicio de un Padre
cariñoso que os ama, que os aconseja para que vayáis siempre adelante en el
ejercicio de mi Ley, mostrando siempre vuestra paz y fortaleza espiritual; mas
Yo busco y amo a todos mis hijos, no desconozco al que delinque, antes bien, lo
perdono y le ofrezco una oportunidad para que se enmiende y vuelva al camino.
Entre los que me siguen, están los que no han podido librarse de sus pecados,
mas otros que orar, fervientemente cuando creen haber conquistado el triunfo,
al ser tocados en su amor propio o en su orgullo, olvidan mi enseñanza y dan
lugar a que sus malas inclinaciones se manifiesten. ¿Quién podré ocultarse de
Mí, que conozco vuestros pensamientos y el origen de vuestro ser?
Mientras el hombre no pueda penetrar en el corazón de su hermano para defender
su causa, Yo la tomo, justa o injusta, os defiendo y os amo.
Oíd mis palabras para que que no tropecéis, ni llevéis a vuestros labios un
cáliz de amargura. ¿Por qué no queréis comprender vuestro destino de amor,
vuestra gran misión? ¿ Por qué no imitáis mis obras, sintiendo que sois capaces
de hacer lo que Yo os pido, si sois porte de mi Ser y por lo tanto estáis
dotados de grandes atributos?
No quiero que al recibir mi palabra os sintáis lastimados, antes bien, quiero
reanimaros con ella. Si os he dicho alguna vez, "Vuestra voluntad es la
mía", pensad que cuando os sometéis a mis leyes, estáis haciendo mi
voluntad. Yo apruebo vuestros buenos propósitos y determinaciones, y vosotros
habéis sentido descender a vuestro corazón mi paz y mi bendición, cuando
cumplís con vuestro deber de amar.
Ocupaos en hacer el bien, orad con fervor y amad a vuestros semejantes, dejad
que vuestro espíritu crezca y se sienta fuerte y grande en el cumplimiento de
su misión.
Me ha complacido que seáis pobres en este tiempo, mas no os dejaré sin el pan
de cada día. Si algo os retengo, en cambio os doy el pan del espíritu, el pan
de vida eterna y os nombro benefactores de la humanidad.
Los tiempos de prueba anunciados por Mí, por conducto de Damíana Oviedo, han
llegado. Las naciones se debaten en sus guerras y el hambre y la peste se
cierne sobre la humanidad. Los elementos de la Naturaleza están desatados. Yo
dije por conducto del primer portavoz: "los tiempos cambiarán y cuando
veáis que la ciencia humana da grandes señales de adelanto, vosotros debéis
hacer penitencia y aprender de Mí, para llevar un mensaje de paz a la
humanidad".
Todos estáis iluminados y hasta en el mis apartado rincón de la Tierra donde
haya un discípulo mío, allí estará mi Espíritu derramando luz y fortaleza,
resolviendo problemas y allanando obstáctilos. Vosotros, que habéis sido
señalados en este tiempo por Mí, interceded por los que no han alcanzado a
conocer esta revelación que os estoy haciendo.
¡Descansad en este instante, en que Yo os bendigo y os doy mi paz! Porque
tenéis que cumplir vuestra restitución, para es os he concedido la gracia de
reencarnar. Mi amor os da esta oportunidad, para que podáis llegar a Mí, ¿Cómo
he de querer que lleguéis ante mi presencia, con el dolor en vuestro espíritu?
Mas vosotros que me escucháis, sabed que mi palabra no se apartará de vuestra
conciencia; mas ¡Cuántos hay a los que, haciéndoles el llamado, no quieren
venir! Son los que van tras el placer como supremo ideal de su vida y no tienen
por ley más que el dictado de su libre albedrío. No porque no quieran ellos
seguirme les abandono, por el contrario, son a los que busco más, porque sé que
ellos serán los que han de levantar sus ojos hacia Mí, cuando el dolor sea muy
grande en su corazón.
En esos instantes de arrepentimiento Yo recibo y perdono a todos; pero mientras
unos logran regenerarse para toda su vida, otros, cuando han recobrado la paz o
la salud, cuando nuevamente se sienten fuertes, olvidan mi prueba de amor y se alejan
aún mas. Estos no han sabido aprovechar la ocasión que la vida los ha brindado
Para volver al camino verdadero. Entonces les llamo al Más Allá, para que su
espíritu pueda meditar en sí mismo, fuera de la influencia de la materia y de
todo lo que le ataba al mundo.
¡A cuántos seres les hago el llamado día tras día! y Ellos se purificarán en la
luz de mi divina justicia antes de volver y esos que se limpian así, no
volverán a mancharse con el fango, porque vendrán con el firme propósito de hacer
obras meritorias, obras agradables y dignas ante el Señor.
¡Cuántos de vosotros tendréis que retornar a la Tierra en busca de la misión
que dejasteis de cumplir o en busca de una ocasión de reparar los errores
cometidos!
Pensad que muchos de vosotros habéis tenido tiempo suficiente para escucharme y
aprender de Mí, pero que, encontrándoos en las postrimerías de vuestra vida, no
vais a tener tiempo de sembrar lo que con tanto amor habéis acumulado en
vuestro espíritu. No temáis, Yo soy la vida y os haré vivir para que sembréis
en los corazones, esa semilla que tanto anheláis cultivar.
Entre la multitud que me escucha, no falta, aquel que creyendo saber mucho de
las lecciones de Dios, interiormente duda de esta palabra y la niega; mas lo
que no podrá negar es que su corazón se ha estremecido y ha latido de una
manera desconocida. Tratará de olvidar ciertas palabras que a él dirigí y no
podrá, y aun perderá algunas horas de sueño escuchando el eco de esta palabra
humilde y sencilla. Es que su conciencia le dirá que tras de aquella palabra
estuvo una luz que descubrió lo que en su corazón ocultaba y le habló de lo que
sólo él sabia.
He aquí una página más del Libro de la Vida, escrita por mi caridad; he venido
a hablarle a vuestro espíritu porque en todos los tiempos me he comunicado con
la humanidad. La forma en que ahora me manifiesto no es nueva ni extraña; sólo
al que se ha materializado podrá parecerle extraña o imposible, en cambio para
el que me esperaba, es lo más natural y justo oír la voz de su Padre en sí
mismo. Sólo las vírgenes que supieron velar con sus lámparas encendidas
escucharon la voz del esposo cuando éste llegó a media noche.
Ha habido seres a quienes he tenido que llamar por primera, segunda. y tercera
vez, algunos que además de escucharme, tuvieron que escudriñandlo todo para
encender su fe, y ha habido
quienes blasfemaron de mi Obra, pero más tarde, cuando hice el milagro en su
camino, vinieron arrepentidos y temerosos a confesar que el que hablaba era el
Verbo de Dios, el Divino Maestro. Esa es mi mejor enseñanza, vosotros tened
paciencia con vuestros hermanos, cuando al enseñarlos duden, nunca devolváis
blasfemia por blasfemia.
Benditos sean los que tratan de ocultar ante mis ojos el dolor que la humanidad
les causa con su mofa y su dureza de corazón. Benditos los que no se quejan y
en cambio me dan gracias, Porque a pesar de sus pruebas, mi gracia les sigue
por doquier.
¿Qué podéis ocultar a mi mirada que ella no descubra? Yo os Premiaré, veréis
aparecer siempre después de las tempestades el iris de la paz. Seguid
atesorando mi Doctrina, Ponedla en práctica Para que la caridad se acrisole en
vuestro corazón.
Entre vosotros se encuentran los que ayer sintieron placer en el mal, los que
se complacieron en el odio y en la perversidad, y en cambio sentían horror ante
el amor, la caridad y la humildad. Ahora se recrean con su transformación, con
su regeneración. Vuestro espíritu está ya tomando potestad sobre vuestra
materia. Ahora os recreáis haciendo el bien, experimentáis placer en hacer la
caridad y sentís satisfacción siendo mansos y humildes; comenzáis a sentir
horror y aversión. No hay uno que habiéndome escuchado, no haya modificado en
algo su vida. ¿Quién es aquél que habiendo recibido sobre su cuerpo y espíritu
el bálsamo del Doctor de los doctores, no ha sentido pasar por su ser la
verdadera salud? ¡Cuántos milagros ha hecho mi palabra solamente! Todo os lo he
concedido para ayudaros a salir de vuestro letargo, porque en este tiempo no he
venido a inmolarme como hombre, sino a inspiraros para que hagáis méritos para
merecer vuestra salvación. Sobre vosotros existe un arcano que es heredad para
vuestro espíritu, ¿cuándo poseeréis todo cuanto os tengo destinado?
Hoy ninguno puede saber cuánto es lo que ha alcanzado.
¡Cuán menesterosos os sentís por momentos! Unos lloran y sin saber porqué, la
enfermedad persiste en ellos; otros, siendo padres, se preguntan por qué si han
velado por su familia y la han cultivado con amor, sólo frutos de incomprensión
e ingratitud reciben. Y las mujeres que han ido en pos de cariño y apoyo en la
Tierra, también se preguntan por qué en la vida no han podido calmar esa de de
ternura. Los hermanos, llevando una misma sangre, se sienten distantes, no se
aman, ni se comprenden. Os preguntáis la causa de todo ésto, y no alcanzáis a
comprender porqué fracasa el bien ante vuestros ojos. Yo os digo: cuando el
bien de unos llegue a encontrar eco en les otros y su corazón se sienta
regocijado por ello; cuando las virtudes o valores espirituales hayan sido
debidamente estimados, entonces el hambre, la sed de justicia, de amor y de
comprensión, se apartará del corazón de la humanidad.
También os digo, que aquí en la Tierra, no sabéis espiritualmente quien sois,
ni sabéis quien es el espíritu de vuestra esposa o esposo, de vuestros o hijos.
Sólo así habéis podido llevar el peso de muchas expiaciones que forman vuestra
cruz. Llevad esta cruz con amor, no tratéis de saber por ahora quién o quienes
podéis ser vosotros, conformaos con saber que todos sois hermanos hijos de un
solo Padre, y que entre hermanos, no debe haber enemigos. Amaos los unos a los
otros y adelantaréis en el sendero de la evolución.
El Edén, ha mucho tiempo que cerró sus puertas a la humanidad, desapareció y su
fragancia se elevó hacia el infinito, la Tierra se convirtió entonces en valle
de lágrimas y comenzó la restitución espiritual, el campo de lucha donde se
purifica el espíritu; mas un paraíso mejor que el que perdisteis es el que
hallaréis, él os espera con sus puertas abiertas. Orad para que recibáis mi
fuerza y podáis seguir adelantando en vuestro camino de evolución espiritual, mas hacedlo
con el espíritu, no lo hagáis con oraciones aprendidas por muy hermosas que
ellas sean, si no las sentís. Luego, amad y perdonad a vuestros hermanos. Ya
veréis cuanta dulzura desciende de la conciencia al corazón cuando practiquéis
mis enseñanzas.
Tiempo ha, que vengo preparándoos porque llegarán a señalaros como
trastornadores del orden y de la paz espiritual en el mundo, porque os
calumniarán. Mi enseñanza viene a preparar a los que mañana serán los maestros
pacientes, humildes y mansos, aquellos que con amor contesten a todas las preguntas
de sus hermanos.
Cada una de mis lecciones es un volumen donde podéis aprender todo lo que
vuestro espíritu necesita para más tarde enseñar a vuestros hermanos. Mi
enseñanza os está preparando un nuevo mundo, una nueva vida desde esta Tierra;
pero cuando os hablo de esta verdad y pensáis en la guerra que sostienen las
naciones, donde sólo existe dolor, angustia y miseria, juzgáis de imposible
realización esta palabra, mas,en verdad os digo, que además de ser una doctrina
lo que os enseño, también, es una profecía.
Si vuestra ciencia y pecado os hicieron perder el paraíso de la paz, de la
pureza y de la fraternidad, la espiritualidad os devolverá aquella gracia, que
seré mejor, estimada que el alto grado de evolución que hoy poseéis que cuando estuvisteis en estado de inocencia.
Humilde y sencilla es mi lección, para que los párvulos la puedan comprender. A
pesar de estar comunicándome por medio de materias pecadoras, mi palabra va
quedando como una huella de amor en el corazón del pueblo. Esta forma de
comunicación es una prueba más de humildad que he dado a mis hijos. A cada paso
os enseño esta virtud, porque es una de las que más debe practicar el espíritu.
A unos les he dado un origen humilde en el mundo para que imiten en su vida al
Maestro, a otros, se les ha dado un rico hogar, para que también imiten a
Jesús, que siendo Rey supo dejar su trono para venir a servir a los pobres, a
los enfermos y a los pecadores.
Tan grande es el mérito del que sabe descender de su posición para servir a sus
semejantes, sean los que fueren, como del que, se eleva desde su vida humilde e
ignorada hasta la altura de los justos, por el camino del amor.
¡Ah si de entre vosotros surgiese un corazón humilde que pudiera servir de
ejemplo a los demás! porque cuántos de los que llevan una expresión de humildad
en su rostro, van sembrando el orgullo que llevan escondido en su corazón vanidoso. Yo he querido que de este pueblo caiga esa máscaras de hipocresía, a
fin de que la humanidad pueda reconoceros por vuestra humildad, como discípulo
del Espíritu Santo.
La vida de vuestro Maestro, es ejemplo para toda la humanidad; mas como a la
mujer le hacía falta enseñanza sobre su misión de madre, le fue enviada María,
en representación de la Ternura Divina, que surgió como mujer entre la
humanidad para daros también su divino ejemplo de humildad.
Cada vez que me oís ensalzar la virtud, sentís que el pecado y la imperfección
humanas aparecen delante de vuestros ojos en toda su plenitud; entonces,
inclináis con pena vuestra cerviz y hay quien me dice. "Señor, ¿Venís con
vuestra pureza y vuestra santidad a humillarnos por nuestros pecados, vos que
sois el que nos está aconsejando la humildad?" Yo contesto a ese corazón
qué no ha sabido comprender mi palabra, que sólo un átomo de mi luz y de mi
santidad es la que vengo a mostrar delante de vuestros ojos, para que no os
sintáis humillados delante de Mí, ni impotentes para imitarme en la virtud.
No confundáis la humildad con la pobreza de indumentaria; tampoco creáis que es
humilde el que llevando en si mismo una idea de inferioridad, sea esa la causa
que lo obliga a servir a los demás y a inclinarse delante de ellos. Os digo,
que la verdadera humildad está en aquel que, sabiendo valorizar que es alguien,
y sabiendo que algún conocimiento posee, sabe descender a los demás y gusta de
compartir con ellos lo que tiene.
La humildad es la luz del espíritu y por el contrario, la carencia de ella, es
oscuridad en él; la vanidad es fruto de la ignorancia. El que es grande por el
saber y vale por la virtud, lleva la verdadera modestia y humildad espiritual.
Qué emoción tan grata sentís cuando miráis que un hombre notable entre los los
hombres, os hace una manifestación de afecto, de comprensión, de humildad. Esa
misma sensación, la podéis llevar a los que sean o se sientan inferiores a,
vosotros. Sabed descender, sabed tender la mano sin sentir superioridad, sabed
ser comprensivos. Os digo, que en estos casos, no sólo goza el que recibe la
prueba de afecto, la ayuda o el consuelo, sino también el que la da, porque
sabe que sobre él, hay Uno que le ha dado pruebas de amor y de humildad y que
Ese es su Dios y Señor.
Experimentad en vuestro corazón el goce de sentiros amados por vuestro Padre,
quien no ha venido nunca a humillaros con su grandeza, sino a manifestárosla
dentro de su humildad perfecta, para haceros grandes llevándoos a vivir la
verdadera vida en su Reino, que no tiene principio ni fin.
¡Toma de mi amor y mi bendición en Mi nombre que Soy el Padre, el Hijo el Espíritu Santo, la paz de mi Divinidad nunca se aparte de Vosotros!
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