sábado, 7 de agosto de 2010

Cátedra Divina 10

En esta hora bendita responded a las preguntas de vuestra conciencia, porque es tiempo de juicio.
Os encontráis ante vuestro Juez, porque es necesario que por un instante os toque con mi justicia; mas de cierto os digo que mi juicio es amoroso y justo.
Me encuentro dando grandes pruebas de que estoy entre vosotros. ¿Por qué no todos me creéis? ¿Queréis que os deje a merced de la maldad humana? No os perdáis en los senderos del mundo. Venid a Mí, Yo soy el camino que os conduce a la verdadera felicidad.
He confiado a vuestra nación una misión de paz y no de guerra; comprended que en ella está resonando mi divina palabra en la que os he revelado que la Nueva Jerusalén se encuentra en el Valle Espiritual; y en ella han de penetrar todos los espíritus por medio de la elevación convirtiéndose en sus moradores.
Todavía hoy me mostráis vuestros graneros escasos de simiente, y es que no aprovecháis las tierras que os voy proporcionando. Ante vosotros muriendo están vuestros hermanos y no os conmovéis.
¿No creéis que en esa forma estéis ocultando mi Ley? No ignoráis que fuisteis los que hicisteis pacto conmigo tiempo ha, pacto, que escrito quedó en el Libro de la Vida.
Vuestro corazón confiesa que aún sois como el soldado débil.
Escuchadme, pueblo, porque llegarán las pruebas y ellas os despertarán y darán el temple que os falta.
Es necesario que vuestra fe y conocimiento sean grandes, para que comprendáis que en esta vida tenéis que ser los guardianes de la paz, por medio de vuestros pensamientos y oraciones.
Nace entre vosotros un nuevo año del cual me responderéis. Este tiempo os lo concedo para vuestra preparación y vuestra lucha.
Si os preparáis, no lloraréis ni sentiréis el dolor en vuestro corazón. Más no desafiéis mi justicia con desobediencias porque entonces sí apuraréis el cáliz de amargura.
Convertíos en mis labriegos, que las tierras esperan vuestra simiente de amor. Elías, el pastor incansable, ya preparó los caminos y los campos para que empuñéis vuestras herramientas y empecéis a labrar la tierra.
Vuestra faena es muy delicada, pero no será difícil ni fatigosa; ante el sol candente de mi justicia, siempre se interpondrá el manto maternal de María como una nube bienhechora que os da su protección celestial mientras mi voz, como el trino o el arrullo de las aves os deleitará haciendo agradable vuestro trabajo.
Discípulos amados: Mi voz os ha hablado incansablemente en el Tercer Tiempo, mi palabra apareció como un faro luminoso mostrando la ruta a los náufragos extraviados.
Os he dado la fuerza espiritual con mi enseñanza, no sólo para resistir las vicisitudes de este mundo, sino también para cumplir con la misión espiritual que habéis traído en este Tiempo.
No todos os recibirán con los brazos abiertos cuando vayáis a esparcir mi Doctrina, habrá quienes os tiendan lazos para haceros caer.
Surgirá la lucha, porque si hay quienes tienen potestad para hacer el bien, también existen quienes tienen poder para el mal.
Vengo a purificaros y a prepararos de espíritu y materia para que comprendáis las inspiraciones del Padre y después las llevéis a vuestros hermanos con la misma pureza con que Yo os las entregué.
Demostraréis que esta Doctrina no es una teoría; que no ha sido extraída de los libros, que ella encierra en su verdad el mensaje del Espíritu Santo.
Vengo a prepararos porque la vida en la Tierra cada día cambiará y lo que hoy es la paz, mañana será guerra; lo que hoy parece luz a los hombres, mañana los hará confundirse. La humanidad prepara sus múltiples armas para la batalla, vosotros preparad las vuestras.
En la oración y en la práctica de mi Doctrina, los hombres encontrarán la luz. En la práctica de mi Ley, mis nuevos soldados encontrarán la fortaleza, y cuando lleguen los días de dolor, os uniréis para daros valor y orar por todos.
Mi Ley será el arca de salvación en este tiempo; cuando las aguas del diluvio de maldades, de dolores y miserias se hayan desatado, en verdad os digo que los hombres de otras naciones, en caravanas llegarán a este país atraídos por su espiritualidad, su hospitalidad y paz, y cuando hayan conocido esta revelación y tengan fe en lo que dije en mi nueva venida como Espíritu Santo, les nombraré también israelitas por el espíritu. Entre esas multitudes estarán mis emisarios, a quienes haré retornar a sus pueblos para llevar a sus hermanos el divino mensaje de mi palabra; mas no todos vendrán a esta nación para conocer la enseñanza que os traje, porque muchos la recibirán espiritualmente.
Veréis entonces como muchos que nunca me escucharon, se levantarán como los grandes apóstoles, llenos de fe, de amor y de ahínco, olvidando temores y prejuicios que vosotros no habéis podido vencer, y penetrarán doquiera se abra una puerta para dar testimonio de mi palabra; no temerán a sectas y religiones, porque antes que considerarlas enemigas, las verán como hermanas.
A nadie miréis como extranjeros en este camino, sabed recibir a vuestros hermanos con las puertas de vuestro corazón abiertas y entregadles la lección que a vosotros os di.
Más tarde, cuando mis emisarios se hayan diseminado por el mundo, se sentirán unidos todos en su misión.
El labriego cultivará la tierra y abrirá el surco, ahí depositará la semilla, con la fe y el anhelo de levantar abundante cosecha. Y el Maestro os dice: acordaos siempre de elegir la tierra que sea propicia, para que no se malogre la simiente. Siempre recogeréis frutos de acuerdo con el amor con que los hayáis cultivado.
Todos podréis ser labriegos en mis tierras, pero es preciso antes sentir y comprender esta misión.
Esta labor consiste en quitar la venda de oscuridad del ignorante y del fanático, enseñándole que Yo soy el único Dios a quien todos deben servir. Por eso os estoy preparando, para mostraros a los demás como un ejemplo, ya que supisteis abrir vuestros ojos a la luz y confesar con humildad que erais ignorantes.
A través de vosotros sembraré mi simiente y más tarde recogeré los frutos del cumplimiento a mi Ley. Vuestros hermanos os preguntarán cómo habéis recibido esta enseñanza, cuáles han sido mis manifestaciones y por qué seguís este camino, y a toda pregunta responderéis con absoluta verdad. Porque si no supierais defenderos con la verdad, no seréis fuertes y saldréis derrotados; entonces la semilla no podrá germinar.
No quiero que al final de la lucha quedéis sin levantar vuestra cosecha, después de haberos apartado de las tentaciones del mundo para oírme y de haber sido llamados mis discípulos. No sería justo que recogieseis desengaños y amarguras sólo por no haber aprendido a tiempo a defender mí Obra, estudiándola y analizándola, para hacer frente a las pruebas.
Mi enseñanza es una sola lección, dicha sabiamente en muchas formas para que podáis comprenderla y a la que nada tenéis que añadir. Y aunque es ley, no vengo a imponérosla, porque caerías en hipocresía; aparentaríais cumplimiento, mientras con vuestros actos estaríais infringiendo mi Ley.
He puesto la conciencia en vuestro ser para que ella esté de por medio en todos vuestros pasos, ya que la conciencia sabe distinguir el bien del mal, y lo justo de lo que no lo es. Con esa luz no podréis ser engañados, ni llamados ignorantes. ¿Cómo podría el espiritualista engañar a su semejante o tratar de engañarse a sí mismo, si conoce la verdad?
En el Segundo Tiempo se acercó un rico mancebo a Jesús y le dijo: Maestro, creo merecer el reino que prometes porque practico tu enseñanza. Jesús le preguntó: ¿Cumples con la Ley? Y el mancebo contestó: "Si Señor, yo ayuno, trato bien a mis hermanos, no hago mal a nadie y doy una parte de mi caudal para ayuda del templo". Entonces Jesús le dijo: "Si queréis seguirme, da a los pobres lo que posees y ven en pos de Mí". Más era tanto lo que poseía el mancebo, que no quiso abandonar sus riquezas, y prefirió apartarse del Señor. Creía cumplir y a sí mismo se engañaba.
Cuántas veces os he dicho: practicad la caridad, manifestad esta virtud, mas no hagáis ostentación de ella porque dejará de ser caridad y os engañaréis.
Discípulos: Si no queréis sufrir errores en la práctica de mi Doctrina, analizad vuestros actos por medio de la conciencia, si ella os reclama, examinaos a fondo, encontrad donde podéis ver si estáis limpios o no.
El espiritualista deberá ser reconocido por sus actos, los cuales para que sean limpios, tendrán que haber sido dictados por la conciencia. Quien así practicase, sentirá en su espíritu el derecho de llamarse mi discípulo.
¿Quién podrá engañarme a Mí? Nadie. Más no vengo a juzgaros por lo que hacéis, sino por la intención con que lo hacéis. Yo estoy en vuestra conciencia y más allá de ella. ¿Pensáis que Yo pueda ignorar vuestros actos y la intención de ellos?
Preparaos para la lucha, para que mi Obra no sea mal comprendida por causa de vuestros malos actos, porque muchas veces dependerá de vosotros el reconocimiento o desconocimiento de mi Enseñanza. Mas Yo os pregunto: ¿Qué podrá opacar mi Obra si es la verdad misma, si es pureza y perfección? Nada. Mas por vuestra falta de cumplimiento, sí perderéis ocasiones para hacer méritos y elevar vuestro espíritu.
Si alguien ignora mi verdad, es porque no ha sabido acercarse a beber de la fuente de sabiduría que es mi palabra y que desborda sus aguas cristalinas para todo sediento.
La verdad que revelé a los primeros, a los patriarcas, a los profetas y a los justos, es la misma que ahora os estoy mostrando, porque mi Doctrina que estáis recibiendo, es la Ley de todos los tiempos. Yo sólo vengo a enseñaros el camino para que continuéis vuestra jornada hasta el fin.
Discípulos: He aquí mi palabra en la que encontraréis siempre mi verdad, mas si vosotros dieseis explicaciones erróneas o en forma complicada, si modificáis mi Doctrina o entregáis un análisis confuso a los necesitados, mala cosecha recogeréis.
Mirad cómo entregáis mi Enseñanza y cómo habláis de ella, porque sois responsables de una heredad muy grande.
Yo soy el dueño de la simiente, vosotros los labriegos, haced que ella germine, florezca y fructifique según os he enseñado.
Más no os sintáis siervos o esclavos. Sentíos libres para amar y trabajar dentro de mi Obra. Yo soy la luz que ilumina los caminos y vosotros los caminantes que elegís la senda.
Si alguno caminase como ciego y contemplase esa luz; si alguno fuere perezoso y por ello no la encuentra, si hay quien se pierda del camino, no me culpe a Mí, porque doquiera estéis me encuentro hablándoos en distintas formas; reconoced que algún esfuerzo tiene que hacer aquel que quiera encontrarme.
Mi palabra penetra en vuestro corazón como el trigo en la tierra fértil y vosotros al recibirla, debéis hacerla florecer y multiplicar.
Analizad esta palabra para que podáis conocer su contenido y practicadla para que sepáis su valor. Y el conocimiento que alcancéis por el análisis, no lo guardéis sólo para vosotros, dadlo a conocer a la humanidad, veréis con regocijo que es bien recibido por vuestros hermanos y les veréis despertar al amor y a la fe.
Después de este tiempo, los hombres vendrán a vosotros en busca de mi enseñanza y sin haber oído mi palabra trasmitida por conducto de los portavoces, sabrán que he venido una vez más y tendrán la certeza de que he hablado a la humanidad en esta forma.
01-010.49 Llegará el momento en que mi palabra se extienda en todas las naciones y mis mandatos dados en esta Era, obtengan vida y fuerza a través de los tiempos. Todo el que se prepare sentirá mi presencia en su espíritu, y al fin, el hombre obedecerá mi Ley, el libre albedrío será bien entendido por él y hará obras justas dentro de mi Ley divina.
01-010.50 Estoy trazando una vez más la huella para que me sigáis. Cuando os levantéis en busca de la humanidad para llevar la buena nueva, no supliquéis que os oigan. Llevad con dignidad vuestra misión, y aquellos que os creyeren, serán los que he escogido para hacer de ellos mis discípulos. Habrá rumores de que el Maestro ha vuelto para formar su nuevo apostolado y vosotros testificaréis estas manifestaciones y aún más, les revelaréis que vosotros también habéis vuelto a la Tierra, que en el Segundo Tiempo estuvisteis conmigo y oísteis mi palabra en Galilea y en la Judea; y si dudan de vosotros, decidles que mediten en mis palabras y en las profecías dadas a mis apóstoles y sabrán que ésta es la verdad.
A vosotros que me oís, os entrego mi palabra por conducto de los portavoces, después vendrán otras generaciones que estudiarán todo lo que he dicho, lo cual quedará impreso llenando grandes volúmenes.
Yo soy la Vida y cada instante os vivifico, mas tengo que luchar con vuestras ideas y pensamientos. Vuestras obras os conducen al dolor y a la muerte y no sabéis buscarme para fortaleceros en el bien. ¿Por qué no venís a Mí? ¿Quién me ha llamado, que no haya sentido mi presencia? ¡Cuánto os amo y os he amado siempre! Antes de crearos os amaba en Mí y desde el instante en que brotasteis de mi Espíritu habéis recibido mis dones y mandatos para todos los tiempos.
La Tierra que hoy pisáis, no es vuestra morada eterna, no es la Tierra de Promisión, por eso siempre anheláis otra vida superior, aspiráis a la perfección, porque ella os corresponde por herencia eterna; es el estado de elevación que vuestro espíritu alcanzará después de grandes luchas. No os conforméis con los bienes terrestres porque sabéis que estáis destinados a conocer la vida espiritual perfecta, con todas sus gracias y bellezas.
No esperéis que vuestros hermanos se regeneren sólo por mi Obra divina, sin que vosotros hayáis luchado por ello. Vuestra misión es trabajar para formar los cimientos de una nueva humanidad que ame y obedezca mi Ley. Para ello, la oración es vuestra mejor arma.
Estoy hablando al espíritu y al corazón de todos los hombres, los estoy cultivando y llegará un momento en que sabrán comunicarse conmigo de espíritu a Espíritu y entonces, no habrá secretos entre el Padre y el hijo. Preparaos para ese tiempo en que ya no me comunicaré por el entendimiento humano.
Escribid mi palabra para las generaciones venideras y cuidaos de no equivocar mis mandatos. No quiero que mis nuevos discípulos, aquellos que sólo conocerán mi palabra a través de los escritos, encuentren imperfección en mi enseñanza por vuestra falta de preparación. Es mi voluntad que en esas páginas esté contenida toda la esencia y verdad de mi Obra. En este libro que os he confiado, he reunido mi palabra revelada en tres tiempos, y todo lo que ha permanecido oculto o envuelto en misterio, lo comprenderéis cuando os comuniquéis de espíritu a Espíritu con mi Divinidad.
Si creéis que mi manifestación en este tiempo no es un acontecimiento y que al desaparecer vosotros mi Obra habrá terminado, en verdad os digo que no habéis presentido su trascendencia, ni habéis contemplado la luz del Sexto Sello, iluminando y vivificando a todo lo creado y marcando una nueva etapa para la perfección del espíritu.
Si contemplaseis la humildad de vuestro espíritu al oír mi palabra, a él se unirá vuestra materia para formar una sola voluntad, pero la envoltura es un obstáculo para vuestro progreso espiritual. He ahí la lucha y en ella los méritos necesarios para vuestra elevación.
Si os sentís abatidos por las pruebas de la vida, acogeos a Mí y seréis fuertes y no habrá quien destruya vuestra paz ni os despoje de vuestra heredad.
Os quiero siempre ardientes en vuestro amor para que no seáis como los sepulcros, ardientes sólo cuando el sol envía sus rayos y al atardecer cuando se oculta, vuelven a enfriarse.
No os conmováis sólo cuando escuchéis mi palabra, sino amadme y amaos los unos a los otros eternamente como os amo Yo.
En los corazones agradecidos he escuchado esta oración: "Señor, eres incansable concediéndonos tantos beneficios". Y Yo os digo: Soy vuestro Padre y contemplo vuestra necesidad. ¿Cómo no ha de conmoverse mi Espíritu ante vuestra oración? Os he consolado en la soledad de vuestra alcoba y os he iluminado para que vuestra meditación sea provechosa.
Estoy dejando un álbum en el corazón de mis discípulos, para que después de 1950 cuando mi palabra haya dejado de escucharse a través del entendimiento humano, sean ellos los que lleven mi mensaje a la humanidad.
En estas humildes casas de oración donde se manifiesta mi palabra, cuántas enseñanzas habéis escuchado y aprendido, a pesar de que en ellas no existen ritos, altares, ni imágenes, aquí habéis dejado de sentir vació vuestro corazón.
Benditos seáis los que con mansedumbre y humildad me habéis escuchado, porque mañana sorprenderéis a las multitudes con la esencia de vuestra palabra.
Discípulos: Ahora es tiempo que reconozcáis la grandeza y pureza de mi Obra, para que en el futuro cuando la prediquéis, vuestros actos estén de acuerdo con mi Doctrina.
Se acercan las multitudes hacia este pueblo, estad preparados, no quiero que os sorprendan haciendo obras ilícitas, porque podrían decir: ¿Son éstos los nuevos discípulos del Señor?
Después de que os he hablado tanto, no quiero que encuentren vuestro granero vacío de buenas obras.
Mañana seréis escudriñados y puestos a prueba por los hombres que deseen veros flaquear para delataros y negar mi verdad.
No esperéis que mi sola palabra escrita en libros, haga el milagro de convertir a la humanidad, es necesario que surjan grandes soldados de mi causa para que con su fe, su valor y su amor como armas, sellen y confirmen mi verdad.
No será necesario que indaguéis si el camino está limpio o no, ni tendréis que ir en busca de multitudes, porque Yo me encargaré de poner a vuestro paso a los necesitados.
Es necesario que se levanten hombres entre la humanidad reconociendo y haciendo reconocer la grandeza de mi Ley.
Vosotros que me habéis escuchado en este tiempo, sed grandes por la humanidad, por mi palabra, por vuestra virtud y buen cumplimiento de mi Ley, mas no creáis que por haberme oído seréis los más grandes entre la humanidad; cuántos que están ajenos a mi enseñanza, el día que os escuchen, les bastará vuestro testimonio para hacer obras mayores que las vuestras. De esto mucho os alegraréis, porque esas obras serán el fruto de vuestro cumplimiento.
Ahora os fortalezco y cierro las heridas que antes la humanidad os abrió, para que tengáis el temple necesario cuando la lucha llegue.
Comprended que la luz del Sexto Sello os ilumina, el Sexto Candelero alumbra a la humanidad, mas a pesar de que todos están iluminados por esta luz, mientras unos se dan cuenta de que viven en un tiempo de trascendencia, otros dejan pasar inadvertidas todas las enseñanzas.
¿Por qué si todos habéis sido creados por igual, no todos tenéis fe? Por virtud de vuestro libre albedrío y la diferente evolución de cada espíritu. Así, mientras unos esperan que una luz y una fuerza superior les guíen, otros confían en lo que consideran sus propias fuerzas, y cuando éstas les faltan, se sienten perdidos.
Tiempo ha que vuestro espíritu ha brotado de Mí, sin embargo, no todos han progresado en forma igual en el camino espiritual.
Todos los destinos son diferentes aunque os llevan al mismo fin. A unos les están reservadas unas pruebas, a otros otras. Una criatura recorre un camino, otra sigue distinta jornada. Ni todos habéis surgido a la existencia en el mismo instante, ni todos retornaréis en el mismo momento. Unos caminan delante, otros detrás, pero la meta a todos os está esperando. Ninguno sabe quién está cerca, ni quién viene distante, porque aún sois pequeños para tener este conocimiento; sois humanos y vuestra vanidad os perdería.
El Padre os dice a todos que perseveréis y a los que tienen fe les dice que alumbren el camino de los que avanzan entre tinieblas.
Analizad vuestra trayectoria y veréis que a veces habéis caminado con brío, a veces lentamente, otras habéis caído para levantaros más tarde, hasta llegar al final a tomar un paso más seguro y firme.
Vuestra evolución sólo Yo la sé, aunque debo deciros, que el espíritu verdaderamente elevado, tiene conocimiento de su adelanto, sin que por ello se envanezca.
Por el don de intuición podéis saber si vuestro paso es demasiado lento o si vais en carrera vertiginosa, si os habéis estacionado o si creéis haber logrado un paso firme.
Por vuestra conciencia podéis saber si el camino en el que transitáis es lícito o lo habéis equivocado.
Para que dejéis una huella benéfica de vuestro paso por el mundo a los que vienen detrás de vosotros, es necesario que cumpláis con mi Ley, por medio de ella dejaréis grandes obras y vuestro recuerdo y ejemplo serán imborrables.
Discípulos: Yo soy la alondra bajo cuyas alas vivís como polluelos. También os digo que el Sexto Sello es el único que está abierto y os alumbra en este tiempo.
Ved que muchos de mis labriegos que fueron de los primeros discípulos del Espiritualismo, han caído en el grave error de creer que los sellos son recintos, que los sellos fueron desatados en esta nación y que ellos son sus poseedores.
A ellos les toco incesantemente con mi justicia, porque son como primogénitos en este tiempo, a los que llamé e invité a mi mesa, a los que tenía reservada mi palabra de amor. Ellos van por los caminos de la Tierra llevando sus dones y sus cargos sin querer saber lo que llevan. Creen estar cumpliendo con mi Ley y juzgan a sus hermanos.
No saben a dónde van, ni presienten lo grande de mi Obra y cuando les he llamado para que me escuchen a través del entendimiento humano y les he preguntado: ¿Creéis en mi presencia bajo esta forma? Muchos de ellos me han negado.
Yo les he dicho: Mostradme vuestras multitudes, enumeradme los prodigios que habéis hecho y muy poca simiente me han mostrado. Le he señalado las grandes multitudes que se congregan donde es oída mi palabra, el sin número de testimonios de mi poder y les he recordado: El árbol por su fruto será reconocido. Este es el Sexto Sello, bajo cuya luz todos deberéis seguirme. Hoy os ilumina el Sexto Candelero, que es el Verbo Divino.
He aquí entre mi pueblo a los hijos de la duda junto a los hijos de la fe, los que me desconocen y los que me siguen: Unos apegados al materialismo y otras esforzándose por lograr la espiritualidad. He aquí la primera causa de vuestra división en este tiempo.
Mas mi enseñanza es clara como la luz del día.
El Cordero de Dios desató los sellos y sólo El podrá atarle nuevamente.
La nueva Jerusalén no está en ésta ni en ninguna nación, esa ciudad es espiritual, aunque podréis habitarla desde este momento.
Elías no es quien desató los sellos, él fue el precursor para que el Sexto Sello fuese desatado y revelado a su tiempo. Elías representa el Sexto Sello y su misión es altísima, él vino a revelaros que comenzaba para vosotros un nuevo tiempo de revelaciones.
Las siete iglesias de Asia, que fueron santuarios donde la voz de mis apóstoles resonó y fue mensaje para todas las generaciones de los pueblos, son una hermosa figura del Libro de los Siete Sellos.
Roque Rojas trajo al mundo la misión de ser el primer entendimiento por el cual Elías llamó a los primeros labriegos del Tercer Tiempo, y entre aquellos primeros en recibir cargos, se levantó una doncella con la espiritualidad y la entrega necesaria para que en ella se consumase el prodigio de mi comunicación por el entendimiento humano. Desde entonces y por ese conducto mi palabra iniciada con la manifestación de Elías marcó el tiempo de esta comunicación que será desde 1866 hasta 1950.
Muchos entendimientos vine preparando para que tuvieseis mi palabra inagotable, que es fuente de sabiduría y de revelaciones, hasta el instante final de mi comunicación.
Después vendrá el tiempo de la espiritualidad y aunque ya no escuchéis mi palabra, me sentiréis más cerca de vosotros.
Sobre la buena preparación de unos y la mala preparación de otros, seguiré descendiendo a manifestarme. Por la buena intención de unos y la impreparación de otros, estará presente mi Espíritu, bajo esta forma hasta 1950, porque nada podrá impedir que mi voluntad se cumpla.
Mas aquellos que mezclen a este manjar algo extraño y den a beber a las multitudes agua que no sea cristalina y pura, de ello me responderán.
Es mi voluntad que volváis a los lugares en donde dejasteis de cumplir alguna misión.
Los senderos están preparados, las tierras esperan la simiente. Preparaos y dejad que llegue la hora de vuestra lucha, entonces os daréis el abrazo fraternal, partiréis y dejaréis que en vosotros se cumpla mi voluntad.
No olvidéis que mi Obra es pura y que debéis amarla hasta el fin.
Haréis la caridad a lo largo de vuestra jornada, esa es vuestra misión. Muchos dones espirituales tenéis para hacer la caridad en diversas formas. Si sabéis prepararos, haréis aquello que llamáis imposible.
La caridad que hagáis por medio de una moneda, con ser caridad, será la menos elevada que hagáis.
Amor, perdón y paz, debéis llevar al corazón de vuestros hermanos.
¡No quiero más fariseos ni hipócritas amparados en mi Ley! Quiero discípulos que sientan el dolor de sus semejantes. A todos los que se levanten con arrepentimiento Yo les perdonaré, no importa la secta o religión que profesen y les haré contemplar con claridad el verdadero camino.
Benditos sean los que lleven mi enseñanza a tierras extranjeras, porque mi Ley y mis ángeles guardianes les protegerán. Os he dicho que por uno de mis hijos que preparado se encuentre podrá salvarse una comarca; haceos dignos de esta gracia y mucho os concederé.
Os hablo en muchas formas para que mi palabra os fortalezca y no flaqueéis cuando más necesitáis de la fe.
Amaos estando reunidos, amaos encontrándoos distantes y a esa fraternidad descenderá la bendición de vuestro Padre.
¡Mi paz sea con vosotros!

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