viernes, 24 de julio de 2015

Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana

La Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana no es una religión.

Es el Espiritualismo Trinitario Mariano la Doctrina del espíritu, que viene a enseñaros el culto perfecto a Dios, pues sus máximas ennoblecen y elevan, sus enseñanzas desmaterializan al espíritu, despojando a la materia de todo vicio y de toda práctica superflua, innecesaria o impura.

"El Espiritualismo no es una religión, es la misma Doctrina que en cuerpo de Jesús vine a derramar en el mundo para la orientación de todos los hombres en todos los tiempos. Es mi Doctrina de amor, de justicia, de comprensión y de perdón". 

"Mi palabra os enseña mas no os obliga, os he dado el libre albedrío para que os sintáis dueños de vuestros actos y cumpláis la Ley por convicción, para que vuestros méritos sean legítimos".

"He llamado Espiritualismo a la revelación que os habla de la vida del espíritu, que os enseña a comunicaros directamente con vuestro Padre y os eleva por sobre la vida material. Sí, Espiritualismo es la Doctrina que os estoy dando, la cual os enseña el amor perfecto a Dios y a vuestros semejantes, y os ofrece el camino que conduce a la perfección; Espiritualismo fue también lo que os enseñó la Ley de Dios en el Primer Tiempo y la palabra de Cristo en el Segundo Tiempo"

Espiritualismo es la Doctrina del espíritu, que os eleva y acerca a la Divinidad.

Espiritualismo es la Doctrina que enseña al espíritu el culto perfecto hacia el Espíritu Santo.

Espiritualismo es la Doctrina que desmaterializa al espíritu y despoja a la carne de todo lo superfluo, innecesario e impuro.

Espiritualismo es la revelación más elevada que Dios ha entregado al hombre. Y a través de las eras, edades y tiempos, el Padre os ha venido preparando, permitiendo que vuestro espíritu se acrisole, se forje, se fortalezca y crezca en el camino, a través de todo un cúmulo de pruebas y sufrimientos. Vuestro espíritu, por voluntad divina, ha caminado un largo sendero.

Las religiones son simplemente ramas del Árbol de la Vida, y la Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana es el mismo Árbol de la Vida.

En las religiones, todos sus adeptos caminan bajo un mismo sendero, lo entiendan o no, siguen a los mismos dirigentes, forman parte de una organización; Israel, ni siquiera en el Primer Tiempo en que tuvo como guía a Moisés o como rey a David, ha seguido el mismo sendero: cada quien sigue su camino sin querer depender de nadie, sin estar de acuerdo con nadie.

Israel se distingue de los adeptos de las religiones, en que en uso de su libre albedrío decide seguir a su Señor, a veces de buen grado y a veces con renuencia, sin que nadie le amenace ni le obligue.

La Obra del Padre ha estado siempre por encima de las religiones.

La Ley que en el Primer Tiempo Jehová nuestro Padre entregó a Moisés, no debe tomarse como una religión, fue la Ley divina que Dios envió al hombre, al espíritu encarnado; Jesús, en el Segundo Tiempo, vino a confirmar la Ley y a darle cumplimiento, y vosotros sabéis que no enseñó ritos ni cultos exteriores o materiales y mucho menos liturgias, sólo dijo: "Practicad mi enseñanza y llevad la buena nueva a las naciones, Yo soy el camino, la verdad y la vida", queriendo decir con ésto, que no eran menester templos materiales ni sacerdotes.

Y en este Tercer Tiempo en que el Padre se comunica por el entendimiento humano, no ha venido a crear una nueva religión, pues Él mismo ha dicho que ya tiene demasiadas el hombre.


Si analizáis profundamente la Ley y la Doctrina del Padre y la comparáis con cada una de las religiones que ha habido y hay en la Tierra, no podréis establecer un punto verdadero de comparación, porque la Ley y la Doctrina del Padre se encuentran en lo sublime, en lo eterno, en lo infinito y las religiones, por el contrario, están atadas al mundo a lo temporal, sobre bases materiales tomando su fuerza precisamente de lo humano más nunca de lo espiritual.






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