sábado, 7 de agosto de 2010

Cátedra Divina 87

Me agrada sorprenderos en la forma más inesperada para poner a prueba la fe de vuestro corazón. Me place probar vuestra fortaleza para que deis ejemplo a vuestros hermanos. Existe en vuestro espíritu la simiente de Jacob, a quien llamé Israel, que quiere decir fuerte. Aquel patriarca fue sometido por Mí a grandes pruebas para que diese grandes ejemplos. Yo le envié un ángel para que luchara con él, y el brazo fuerte del varón no se dejó vencer. Desde ese instante le nombré Israel, y por ese nombre fue conocido por la posteridad. Mas si Yo os preguntase: qué habéis hecho de aquella simiente espiritual que os transmitió Jacob, ¿Entenderíais mi pregunta y sabríais responderme? A vuestro paso se han presentado mis ángeles para luchar contra vuestras imperfecciones y no les habéis sabido recibir. Os han sorprendido los seres en tiniebla y habéis sido débiles ante ellos.

Os vuelvo a interrogar: ¿En Dónde está la espada de Jacob, su celo y su fortaleza?

Os he concedido la presencia de los seres de luz en vuestra vida terrestre, para que os protejan, os ayuden y os inspiren. Ellos, que se encuentran más evolucionados que vosotros, descienden a cumplir un destino de amor, una misión de sembrar caridad y bálsamo entre sus hermanos. Los seres en tiniebla o espíritus en estado de turbación involuntariamente cumplen la misión de probar a los hombres en su fe, en su virtud, en su firmeza en el bien, y cuando al fin son vencidos por la fortaleza y perseverancia en el bien de aquél a quien han tentado, reciben la luz y renacen a la vida y al amor.

A vosotros, discípulos, os he dado sensibilidad para que podáis percibir la presencia de vuestros hermanos. El que no posee el don de videncia, tiene el de revelación o posee la facultad en su cerebro para recibir al mundo espiritual, o por lo menos tiene el don del presentimiento; Pero os ha faltado mayor amor para desarrollar vuestros dones. Por eso os aconsejo que viváis alerta, para que escuchéis la voz del pastor y de los guardianes que os cuidan, el lamento de las ovejas o los pasos del lobo que acecha entre la maleza.

No durmáis en este tiempo de acechanza y peligros, de abismos y tentaciones. Comprended que todo aquél que posea un don o la misión de dar luz espiritual, tendrá que ser asediado y perseguido de continuo. No vengo a despertar prejuicios ni supersticiones en mi pueblo, vengo a fortalecer vuestra fe en la existencia de lo espiritual, para abrir vuestros ojos a lo eterno, y entonces podáis mirar más allá de lo que es materia y para que sepáis que no todo lo que existe en el valle espiritual está envuelto en luz, porque también en lo invisible existen tinieblas que es preciso disipar, e imperfecciones que es menester se transformen en elevada espiritualidad.

La lección que os he dado para que en vuestra vida logréis atraer la luz transformando en claridad las tinieblas, os enseña a orar, a velar con fe y perseverancia en el bien.

Un hombre entregado a una vida de pecado, es capaz de arrastrar tras de sí una legión de seres en tiniebla, que harán que a su paso vaya dejando una estela de influencias maléficas.

El mundo se ha confundido tanto en sus ciencias, que hoy no puede por sí solo volver al principio de su camino de evolución, porque no sabría distinguir la verdad de la mentira, por carecer de fe, de amor, e ignorar la finalidad de su existencia; por eso he venido nuevamente al mundo. Bienaventurados los que me oigan, porque ellos me comprenderán, me seguirán y serán salvos. Yo les daré fuerza para restaurar todo lo que hayan profanado o destruído.

Pueblo, perseverad en mi Doctrina y de cierto os digo que tres generaciones después de la vuestra, el espíritu de vuestros descendientes habrá logrado una grande espiritualidad. Buscad la verdadera elevación y después lo hará toda la Humanidad, porque vuestro mundo no está condenado a ser eternamente un valle de lágrimas, una tierra de pecado, un infierno de lujuria y de guerra. El Día del Señor es ya con vosotros, mi espada de justicia tocará la perversidad. ¿Qué pasará si destruyo la mala simiente, el vicio y el orgullo, y en cambio ofrezco protección a la semilla de la paz, de la concordia, de la regeneración y de la verdadera fe en Mí? Tendrá que transformarse el mundo; el hombre se transformará una vez que su culto espiritual y su vida sean mejores.

Llegará el tiempo en que se levanten hombres que verdaderamente amen mi Ley, los que sabrán unir la ley espiritual con la del mundo, o sea el poder eterno con el poder temporal; mas no será para esclavizar a los espíritus como en tiempos pasados, sino para mostrarles el camino hacia la luz, que es la verdadera libertad del espíritu. Entonces volverá la moral al seno del hogar, habrá verdad en vuestras instituciones y espiritualidad en vuestras costumbres. Será el tiempo en que la conciencia haga oir su voz y en que mis hijos se comuniquen de espíritu a Espíritu con mi Divinidad, en que las razas se fusionen y todo ello determine la desaparición de muchas diferencias y contiendas, porque, hasta ahora, a pesar de ser tan pequeño vuestro mundo, no habéis sabido vivir como una sola familia, no habéis podido rendirme un solo culto. La antigua Babel os condenó a esta división de pueblos y de razas, mas la construcción de mi templo espiritual en el corazón de la Humanidad, os librará de esa restitución y os llevará a amaros verdaderamente los unos a los otros.

No penséis que a última hora elegí esta nación para mi nueva manifestación, todo había sido previsto desde la eternidad. Este suelo, esta raza, vuestros espíritus, habían sido preparados por Mí, así como el tiempo de mi presencia también había sido marcado por mi voluntad.

Yo dispuse iniciar mis manifestaciones entre los más humildes, entre aquellos que conservaban virgen el entendimiento y el espíritu. Después, dejé que a Mí viniesen todos, porque en mi mesa no existen distinciones ni preferencias. Mi palabra derramada sobre este pueblo, ha sido sencilla y humilde en su forma, al alcance de vosotros, y su sentido, lleno de claridad, ha sido profundo para vuestro espíritu, porque Yo, aunque soy el Arcano, siempre me manifiesto y me expreso con sencillez y claridad. Yo no soy un secreto para nadie; el secreto y el misterio son hijos de vuestra ignorancia.

¿También en este tiempo surge Tomás con la duda en su corazón? ¿Qué más esperáis ver y oir para poder creer? ¿Acaso queréis que Cristo se haga hombre nuevamente para vivir entre vosotros? Devolvedme el cuerpo que me quitasteis sacrificándolo en la cruz y os prometo volver en cuanto hombre. ¿Podéis hacerlo? No. En cambio, Yo os he encontrado muertos a la luz y a la fe y os he resucitado espiritualmente. Habíais perdido vuestro cuerpo en las entrañas de la tierra y Yo os he dado uno nuevo. Sólo Yo puedo hacer estas maravillas, mas en verdad os digo que la vida que a Jesús arrancasteis en el Calvario, se extendió sobre toda la Humanidad como un rocío de vida eterna.

Por eso os digo que vosotros sois mi templo, ese santuario que existe en vuestro espíritu y que es donde busco vuestra adoración, donde quiero que mi voz encuentre su eco, donde quiero que se levante mi altar y donde Yo pueda habitar por siempre.

Toda mi Doctrina y mi Ley, no son sino una preparación para que penetréis en la vida espiritual. Cuántos de los que me han escuchado en este tiempo, ya se encuentran morando en el Más Allá, llenos de gozo en su espíritu, porque no sufrieron tropiezos en su tránsito hacia aquel mundo infinito; mientras muchos hombres, escépticos en su materialismo, sonríen irónicamente cuando se les habla de la vida espiritual; mas llegará la hora de la muerte, aquélla en la que no hay corazón que no tema, ni espíritu que no tiemble ante la presencia inminente de la eternidad.

Velad y orad siempre para que esa vida que vibra sobre vosotros y palpita en lo más profundo de vuestro ser, os encuentre preparados.

Nadie más que Yo puede sustentar a vuestro espíritu, porque soy el maná divino de la vida.

Humanidad: despertad del profundo sueño en que os encontráis y mirad de frente hacia la verdad. Cuántos sueños humanos se están desvaneciendo en estos tiempos por la influencia de mi justicia, mas luego brillará para los hombres la aurora de un nuevo tiempo en el cual Yo les revelaré nuevas luces que les lleven al conocimiento de la suprema verdad.

Nuevas generaciones y nuevos espíritus vendrán a la Tierra a cumplir una misión elevada y al encontrar en su camino la gracia y el ejemplo que sus antecesores le dejaron, lograrán que de su corazón brote una simiente limpia que será una bendición para mis discípulos del tiempo de la espiritualidad y de la luz.

Las naciones han sido tocadas por mi justicia, la vuestra también lo será; mas de cierto os digo, que si mis discípulos perseveran en la fe y en el bien, no perecerán, porque sus oraciones y obras de amor les harán alcanzar el perdón para la humanidad.

El mundo no ha sabido ni ha querido sentirme cuando se encuentra en paz, entonces tendrá que sentirme a través del dolor, porque es en las pruebas donde el hombre eleva su súplica al Credor, cuando recuerda a su Padre y sabe estimar sus beneficios y reconocer sus prodigios.

Comprended que si mi justicia os toca, al mismo tiempo mi amor os custodia.

Ha sido menester que un caos espiritual sorprendiera a la humanidad, para que en esa lucha viérais surgir los dones con los que he heredado a vuestro espíritu y pudiéseis analizar y comprender mis divinas lecciones.

A vosotros que habéis escuchado mi voz en este tiempo, os encargo que seais como guardianes, que veléis, para que la pureza de esta inspiración divina no vaya a ser profanada por alguno que quisera venir a deformarla. No vayáis a formar ritos o idolatrías en torno, a estas revelaciones, porque no estaríais ofreciendo el culto espiritual que de vosotros espero.

Amadme en vuestros semejantes y orad con el espíritu, nada más eso os pido, y si cumplís con estas enseñanzas, me estaréis ofreciendo un culto perfecto a través de vuestras obras.

Nadie que se nombre discípulo de esta enseñanza espiritual, reclame al Padre el ser pobre en su vida material, carecer de muchas de las comodidades que otros tienen en abundancia, o sufrir escasez o privaciones. Esas lamentaciones son nacidas de la materia, que como sabéis, posee una sola existencia. Vuestro espíritu no tiene derecho a hablar así a su Padre ni a mostrarse inconforme, ni a blasfemar contra su propio destino, porque todo espíritu en su extensa jornada sobre la Tierra, ha reccorrido toda la escala de las experiencias, de los placeres y de las satisfacciones humanas.

Ha tiempo que ha comenzado la desmaterialización de los espíritus, para lo cual os ayuda ese dolor y esa pobreza que se resiste a soportar y a sufrir vuestro corazón, Todo bien espiritual y material tiene una importancia que debéis reconocer, para que no le quitéis a uno ni a otro su valor.

El buen espiritualista será aquel que en la pobreza de bienes materiales se sienta señor y se sienta rico y felíz, sabiendo que su Padre le ama, que tiene hermanos a quienes amar y que las riquezas del mundo son relativas junto a las riquezas del espíritu. También será buen espiritualista el que, siendo dueño de riquezas materiales, sepa emplearlas en buenos fines, tomándolas como medios que Dios le ha dado para desempeñar una importanate misión sobre la Tierra.

No es indispensable ser pobre, paria o miserable, para contarse entre los que me siguen, como tampoco es indispensable ser de los que lloran, para ser amados por Mí. En verdad os digo, Que Yo he querido que siempre seáis fuertes, sanos y dueños de cuanto he creado para vosotros.

¿Cuándo sabréis ser los poseedores de vuestra heredad, sabiendo estimar cada gracia y dándole a cada una su justo lugar en la vida?

Ved cuán alejado, del camino de la verdad andan los hombres; sin embargo, en mi omnipotencia existen todos los medios para hacerles volver a él. Esa obra la haré en un día, mas no en un día como el que marca el sol con el paso de su luz sobre la Tierra, sino en un día espiritual, que estará iluminado por la luz de mi divino Espíritu, en el que Yo, el buen Pastor, seguirá custodiando vuestros pasos a lo largo de la jornada. ¿No creéis que en mi Espíritu de Padre haya dolor cuando os descarriáis del camino que os selíalé con sangre corno una prueba de mi infinito amor? Volved, volved al camino, ovejas queridas, que por él llegaréis al redil de paz.

Venid a Mí multitudes, pero venid unidas, que ya no haya divisiones ni cismas entre mi pueblo, porque tenéis que dar al mundo un ejemplo de fraternidad y de concordia.

"Más tengo que daros, que vosotros que pedirme", os lo he dicho muchas veces, y Yo os pregunto. ¿Aquellos espíritus que fueron los primeros en venir a habitar la creéis que pudieron imaginarse el conjunto de maravillas que encerraba la Naturaleza que había de rodearles en la existencia humana? Aquellos seres estaban ávidos de saber, de crear, de conocer, de poseer libre albedrío, mas nunca imaginaron que encerrase esta vida tanto esplendor.

Ahora que habéis vivido en esta morada, que de paraíso convertisteis en valle de lágrimas, deseáis retornar a la vida espiritual y me pedís que en ese Más Allá, no vaya a faltar luz y paz a vuestro espíritu; sin saber que no sólo os daré éso, sino que descorrerá el velo de muchos misterios y os mostraré la fuente de la vida, desde donde miraréis, entenderéis y amaréis espiritualmente la Obra de vuestro Padre. Entonces comprenderéis que la creación material, con todas sxis perfecciones, es tan sólo un reflejo o un símbolo de Ia vida espiritual, grandiosa y eterna.

Hoy me pedís sólo un poco de paz y un destello de luz, y después de que hayáis dejado vuestro cuerpo en el seno de la tierra, cuando os miréis rodeados por el esplendor de la vida espiritual, recordaréis que en el mundo os dije: "Más tiene el Padre que dar a sus hijos, que ellos que pedirle". Mas no olvidéis que tenéis que recorrer la escala que conduce al espíritu al plano de la perfección y que será vuestro esfuerzo y vuestro amor, los que os conduzcan hasta la cumbre donde vuestros méritos os harán dignos del galardón que os prometo.

Mi luz vibra en el entendimiento del portavoz y se hace palabra humana. Reacia es la cerviz de estos entendimientos por quienes me comunico con los hombres, duro su corazón y torpes sus labios; sin embargo, cuando mi luz les toca, cuando mi rayo llega hasta su mente, las frases que vierten son manjar celestial para los hambrientos de amor y de verdad, son bálsamo y consuelo para los que llegan embargados por la pena y son un libro de luces divinas para los que aman la sabiduría.

Comed y bebed, le digo a vuestro espíritu; en este tiempo el pan y el vino están en la mesa, el pan es mi palabra y el vino es su esencia.

Comed y bebed, porque esta palabra la dejaréis de oír al finalizar el año de 1950. Aprovechad estos años en los que aún tendréis mi manifestación, porque llegada la hora no me volveréis a escuchar en esta forma y lloraréis amargamente tratando de conmoverme para que os conceda un tiempo más de enseñanza; pero de antemano os digo, que si la palabra de un rey no vuelve atrás, imaginad cómo será la palabra de un Dios.

Mi voluntad se hará, porque antes dejaría de alumbrar el astro rey o pasarían los Cielos y la Tierra, que dejara de cumplirse mi voluntad.

Mucho tendréis que hacer después de que Yo levante mi palabra. Todo lo que ahora no habéis practicado ni habéis podido cumplir, lo haréis en aquellos días.

Os buscarán vuestros hermanos necesitados y no os ocultaréis. Vuestro corazón será un manantial de caridad y de piedad hacia los necesitados, y sabréis buscarme en lo más elevado de vuestro pensamiento donde recibiréis inspiraciones divinas.

No estaréis exentos de pruebas, mas ellas os servirán para templar vuestro espíritu y para que mostréis vuestra conformidad y elevación espiritual a los hombres de poca fe.

Bienaventurados los que con mansedumbre y sumisión acatan mi voluntad, porque en ellos serán los dones de la paz, de la sabiduría y de la espiritualidad.

Hoy busco a los que no han comprendido el sentido de la vida, a los que no saben lo que es la verdad, a los débiles, a los que flaquean en cada empresa, en cada propósito, en cada paso, y les digo. Venid a escuchar esta palabra y os sentiréis fortalecidos como nunca lo estuvisteis. La fe os dará una fuerza invencible y el conocimiento de mi Doctrina os dará una luz que no se extinguirá jamás.

Ninguno de los que así despierten volverán a hundirse en el letargo ni a estacionarle en la jornada. El que mire esta luz podrá decir que mi voz lo estuvo llamando siempre, y que mi presencia se le manifestó a cada peso en el sendero de la vida, por lo que nunca más y en ningún trance volverá a decir que le ha faltado la luz.

Bienaventurados los que sin temor al mundo procuran llevar esta luz a sus hermanos, propagando así la verdad y sembrando la paz. Ellos conocerán el camino que conduce al Reino de los Cielos.

El libre albedrío, del cual habéis hecho muchas veces uso para se1guir un camino equivocado, está siendo tocado por mi justicia, pero tiempo vendrá en que gocéis plenamente de ese don y os servirá para hacer tan sólo obras dignas de vuestro Padre.

Multitudes: tened fe en Mí y no habrá tormenta que os disperse, porque la virtud protege a quienes elevan su pensamiento a las alturas.

En el Más Allá tengo una morada, vivir en ella será como estudiar un libro de maravillas inagotables para el espíritu. Mientras seáis huéspedes en la Tierra, vivid lo mejor qué podáis, acatando siempre los preceptos de mi Ley. Sed limpios e idealistas de lo perfecto, de lo bello, de lo bueno, sed útiles a vuestros semejantes y de ese modo habréis atesorado los caudales que, al desprendemos de la materia, acompañarán a vuestro espíritu en su tránsito hacia la eternidad.

Conoced vuestros dones, descubrid vuestras fuerzas, comprended vuestra misión, y entonces venid sin prisa por el camino, hasta donde os espera mi amor de Padre para daros vuestro galardón.

Ahora que las muchedumbres vienen en pos de mi palabra como en el Segundo Tiempo, hay entre ellas algunos espíritus que han escuchado en ambas etapas mi palabra; en su forma, en su texto, podrá parecerles diferente si la comparan con la que dí por boca de Jesús, mas de cierto os digo que su sentido es el mismo y que jamás cambiará. Mi palabra viene a mostraros el camino que he venido a ofreceros en todos los tiempos, camino en el cual quiero que vuestro espíritu llegue a brillar con la luz que irradia de vuestro Maestro.

El camino rutinario de vuestra vida se verá azotado de pronto por recios vendavales, pero luego brillará en el infinito la luz de una estrella cuyos destellos darán la paz, la luz y la calma que el espíritu encarnado necesita para meditar en lo eterno.

Sentid mi presencia, me encuentro cerca, muy cerca del corazón de esta humanidad, le estoy hablando para que despierte de su sueño profundo e insistentemente ilumino la senda. de cada criatura, para que se levante en busca de mi caridad.

Tan claras y vibrantes serán mis manifestaciones y mis pruebas de este tiempo entre los hombres, que exclamarán: "Es el Señor". Como en aquel tiempo, cuando pasé como hombre por el mundo, las gentes maravilladas ante mis grandes obras exclamaban: "Es el Hijo de Dios".

Volverán a hablar los mudos, a ver los ciegos, a andar los paralíticos y a resucitar los muertos. Estos prodigios, serán en lo espiritual para unos y también en lo material para otros. Sorprenderé a los hombres de ciencia, y al preguntar éstos a quienes han recibido tantas maravillas cómo lo han logrado, por toda respuesta les dirán que ha sido por medio de la oración y de la fe.

Los rumores de todos estos prodigios y los testimonios palpables de su verdad, surgirán de todos los puntos de la Tierra, lo mismo en las grandes ciudades que en las humildes aldeas. Entonces el corazón endurecido de la humanidad, insensible a las manifestaciones espirituales, comenzará a sentir mi presencia, hasta llegar al instante en que de su corazón brote el grito de fe y de gozo al comprender que Cristo ha vuelto a los hombres y que se encuentra presente en cada corazón.

He venido a comunicarme por vuestro entendimiento para legaros el libro de mis mensajes y de mis revelaciones divinas, el cual debéis hacer llegar en el instante propicio a la humanidad, porque en esta misiva celestial que por vuestro conducto envio al mundo, podrán encontrar los hombres la explicación de muchos misterios que no hablan alcanzado a comprender.

No os levantéis como emisarios de mi Doctrina si no la habéis analizado y si no podéis testificar con vuestras obras el amor hacia vuestros hermanos, porque no levantarais buen fruto. Seria como esos discípulos que ruegan por la paz de las naciones, cuando no saben hacer la paz en sus hogares.

Delicada es la misión de estas multitudes que han oído la voz del Señor en el Tercer Tiempo, porque deben de llevar en su corazón este mensaje, con la pureza con que Yo se lo he dado, porque su luz ha de ser delante de la humanidad, como aquella estrella de Oriente que guió a los magos y a los pastores ante la presencia de su Señor.

Saciad vuestra sed en las aguas cristalinas de esta fuente inagotable, su frescura os ayudará a llevar con paciencia y conformidad vuestra cruz.

Soy la vida que en todo momento se manifiesta a vuestro, espíritu, mas así como a ella la lleváis en vuestro ser, pensad que también la muerte que detiene los pasos de los hombres en la Tierra, marcha junto a cada criatura humana.

Os dice esto el Maestro para que no dejéis transcurrir las horas, los días y los años, sin hacer algo que pueda recoger vuestro espíritu mañana, cuando sea llegada la hora de entregar su cosecha.
04-087.63 Gran fe, fortaleza y presencia de ánimo necesitan los hombres en este tiempo de justicia, para no sucumbir en las grandes pruebas; eso es lo que con mi Doctrina vengo a ex tender sobre la Tierra, para alimentar la esperanza de la humanidad. Tiempo de justicia es este, en el cual, si supieseis observar, veríais surgir la luz en medio del dolor y del pecado.

Fuerzas materiales y fuerzas espirituales se agitan en torno a la humanidad, todas ellas hablando de justicia, lo mismo haciendo estremecer al hombre rudo e inculto, que sorprendiendo al hombre de ciencia.

Las legiones de espíritus que vagan errantes por el mundo, llamando en distintas formas a las puertas del corazón de la humanidad, muchas veces son voces que quieren deciros que despertéis, que abráis vuestros ojos a la realidad, que os arrepintáis de vuestros errores y que os regeneréis, para que más tarde, cuando dejéis vuestra materia en el seno de la tierra, no tengáis que llorar como ellos su soledad, su ignorancia y su materialismo. He ahí la luz surgiendo de las mismas tinieblas porque la hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad; así esas manifestaciones que día a día aumentan, llegarán a abrumar en tal forma a los hombres, que al fin vencerán el escepticismo de la humanidad.

Cristo, que hacia salir de las mentes turbadas a los espíritus materializados y que demostró su divina potestad al ser obedecido por ellos, siempre ha estado en el Padre y desde ahí ordena y hace su voluntad en cada uno de esos seres, sirviéndose de la luz de unos y a veces hasta de la turbación de otros, para llevar a cabo sus sabios designios en el destino de sus hijos muy amados.

¡Toma de mi amor y mi bendición en Mi nombre que Soy el Padre, el Hijo el Espíritu Santo, la paz de mi Divinidad nunca se aparte de Vosotros!

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